tag:blogger.com,1999:blog-15563147403160417102024-03-05T18:58:07.500-08:00UN ENTENDER NO ENTENDIENDOUN ENTENDER NO ENTENDIENDOhttp://www.blogger.com/profile/02724945100264130290noreply@blogger.comBlogger20125tag:blogger.com,1999:blog-1556314740316041710.post-32093529461509300672013-01-24T03:55:00.000-08:002014-03-17T11:29:57.646-07:00La línea de la ausencia<br />
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Nada
más conectar los auriculares en el AVE, Claudio se encontró con el “Hallelujah”
de Leonard Cohen en la buenísima versión de Rufus Wainwright. Cerró las
ventanas de su mundo y no le faltó nada. Hasta que un pensamiento interrumpió el
hechizo. ¿Le habría gustado aquella música a Antonio?<o:p></o:p></span></div>
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<br /></div>
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<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> Este fue el único tema en el que no
había manera de que se entendieran. De Bach, Claudio sólo reconocía los
Conciertos de Brandenburgo, pero jamás había escuchado una misa. Y de la altura
misteriosa de “La flauta mágica”, sólo había retenido las gracias del tal
Papageno. Otros conciertos de Mozart le parecían bien, pero en dosis ajustadas.
Sin embargo, mucho peor era la resistencia musical de Antonio. La llamada
música pop simplemente no existía. Y el rock, colado furtivamente en su casa
por alguno de sus hijos, sólo tenía una virtud: enmudecer a la cuarta nota. Con
lo listo que era para tantas cosas y jamás consiguió Claudio que su amigo repitiera
aceptablemente el nombre de Bruce Springsteen .<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> Sin embargo, en los últimos meses de
Antonio, hubo en esto, como en tantas otras cosas, algunos cambios. Cuando la
geografía de sus desplazamientos se redujo de la gran ciudad a su pueblo de
residencia, y de ahí pronto sólo a su casa, para acabar instalado en su
habitación, Antonio comenzó a oír la radio por las noches, y comenzó a renovar un
poco las partituras de su banda sonora. Alguna fusión de flamenco y pop le
llegó al alma.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> Hubo un tiempo en que los diez años que
Antonio le llevaba a Claudio eran muchos, pero cada vez fueron menos, y
llegaron a hablar de casi todo, de filosofía, de psicología, de poesía, de
cine, de sexo, de espiritualidad, y hubo también confidencias por ambas partes.
Si se hubiera medido el tiempo de posesión de la palabra a lo largo de aquella
amistad, tal vez hubiera dado sobre un 70% para Antonio. Pero Claudio estaba
acostumbrado a escucharle, no en vano había sido su alumno, y en varias
ocasiones fue él quien tomó la iniciativa y le descubrió algún libro que acabó
siendo muy importante para el amigo. Esto y que cuando Antonio escuchaba emitía
una enorme sensación de presencia contribuyeron a una comunicación equilibrada,
sin altibajos, que con los años se fortaleció.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
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<br /></div>
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<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> A lo largo de aquellos treinta años de
relación, la vida había zarandeado con bastante fuerza a Claudio tres o cuatro veces.
Antonio estuvo siempre cerca. Hubiera querido ahorrarle el dolor, pero no
podía; así se lo dijo. Además, secretamente pensaba que aquellas amarguras iban
a desaparecer pronto para dejar paso a un Claudio mejor. Encontrar, a través
del dolor, la íntima esencia de lo real: la ternura. Ese había sido otro de sus
descubrimientos. No hablaba en vano. Cuando Antonio intervino en el funeral de
su primera esposa, dijo que ella, en aquel momento, era como un tarro de
perfume que se había roto. La intensidad de su olor se iba a notar como nunca.
Y así ocurrió. Aquel día Antonio llevaba una camisa que Claudio le había
prestado el día anterior, cuando compartieron algunas palabras y bastantes
silencios. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> Antonio Marsal trabajaba para
editoriales y era así como entraba alguna cantidad de dinero en su casa.
Después escribía sus propios ensayos para los que no había editoriales. El
dinero era para él algo imprevisible. No llegaba con regularidad, pero cuando
hacía mucha falta, aparecía. Y entonces solía compartirlo. Una de aquellas
ocasiones en que cobró unos atrasos, antes de tener familia, invitó a Claudio a
cenar en un típico restaurante de pescado junto a la playa. Aprender a
celebrar, esa era una de sus claves. Celebrar lo excepcional y lo habitual. El
pago de un trabajo y la existencia de un amigo. Después del rape con almejas,
caminaron por la arena. Había un zapatito de niño perdido en un rincón. Antonio
lo encontró e intuyó que tenía algún sentido, como tantas veces hacía con los
hechos azarosos. A los pocos días supo que estaba en camino su primera hija, de
la que Claudio acabó siendo el padrino y, en su niñez, el rey Melchor.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> Un día, ante su familia al completo y
sin que viniera a cuento, Antonio había dicho que si se moría, no pasaba nada.
Otro día, esta vez con Claudio delante, afirmó que iba a ser un autor
póstumo. Decía que perder el miedo a la
muerte hacía perder el miedo a vivir. Claudio escuchaba con un poco de miedo a
una cosa y a otra. Y muchas veces recordó una anécdota de Goethe que Antonio,
después de acabar una biografía sobre el grande de las letras alemanas, le
había contado. Cuando Goethe quería comunicarse con algún amigo fallecido,
ponía frente a él una silla vacía y le hablaba.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> Ellos dos pasaron muchas horas frente a
frente en conversación, aunque Claudio, a menudo, se dedicara sobre todo a
tomar apuntes mentalmente. Antonio era
un filósofo sin filosofía concreta. Era un teólogo apartado de la orden
religiosa que había profesado. Era un poeta que no escribía versos. Y un hombre
de espiritualidad que sabía que todos
los caminos, en el mejor de los casos, eran solo inspiración para el camino de cada
uno. Había que tratar las palabras con mucho cuidado. Con Rilke, amigo íntimo de Antonio, decía sobre Dios que
: “Sólo sé que me elevo desde un calor que es suyo”. Claudio atendía.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> Cuando Antonio tuvo que admitir el
diagnóstico como nuevo habitante de su vida, Claudio le visitaba una tarde por
semana. Siempre su amigo había comido más por ilusión que por pasión. Y en
aquellos tiempos lo de comer iba de capa
caída. Por eso en sus visitas le llevaba dos pequeños manjares que le
deleitaban: galletas de arroz y una leche con vainilla, que se bebía como si
fuera horchata. Le sabían a gloria. Cuando Claudio le veía disfrutar la
golosina, en su uniforme de pijama y bata, pensaba a veces que igual iba a ser
verdad lo de escritor póstumo. Antonio Marsal había encargado a una imprenta unas ediciones
reducidas para sus amigos de lo mejor que había escrito. Las gestiones
editoriales no habían ido bien. Quizá un día, más tarde, irían mejor. Si
entonces alguien le preguntaba qué relación había tenido con el autor, él
podría contestar: “Yo era el que le llevaba la merienda”.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
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<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> --------------------------------<o:p></o:p></span></div>
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<br /></div>
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<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Se
dio de verdad cuenta de que ya no estaba seis meses después. Había descubierto un
libro de un autor que escribía cosas así:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> <i>Dios
mío, ¿por qué habéis inventado la muerte?,¿por qué habéis permitido que venga una cosa
semejante? Es tan agradable la vida en la tierra, vuestro paraíso tendrá que
ser deslumbrante para que la ausencia de esta vida terrenal no se haga sentir
en él, necesitaréis ingenio para darme una alegría tan pura como la del aire
fresco de una mañana de abril, sí, necesitaréis mucho talento y por
consiguiente amor para que no llegue a vuestro paraíso ninguna nostalgia de
esta vida, herida, pequeña, muda.<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> </span></i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Era de un tal Christian Bobin y Claudio comprendió amargamente que no podría
regalárselo a Antonio. Estaba seguro de que lo habría disfrutado más que él
mismo. Cuando releyó ese casi lamento por tener que habitar el paraíso de los
muertos, empezó a preguntarse cómo estaría entonces Antonio, al otro lado de la
línea tras la que había desaparecido. ¿Sereno? ¿Maravillado? ¿Enmudecido? ¿Preocupado
por la desconexión con sus hijos, con su mujer? Las preguntas se iban poniendo
en fila: ¿Se entera de algo de lo que aquí nos pasa? ¿Con quién se ha
encontrado? ¿Con la esposa que se le murió? ¿Con Goethe? ¿Hay libros allí? ¿Hay
bancos para leer? ¿Hay cuerpo para sentarse? ¿Se duerme? ¿Suena Bach si alguien
lo pide? Bruce Springsteen, seguro que no. ¿O sí? Claudio no sabía nada de nada
del otro lado. Sólo una certidumbre, que era casi certeza, y sus motivos tenía,
de que Antonio Marsal estaba de alguna manera inimaginable en algún lugar
impensable. Lo que no era poco saber. Pero el silencio entre los dos se hacía
cada día más espeso. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> --------------------------------<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Yo
también había sido alumno de Antonio Marsal y tuve algún trato posterior con
él, pero mi relación con Claudio venía de más lejos y se había mantenido
siempre muy estrecha. Como él sabía que
andaba yo recogiendo historias de momentos excepcionales en la conciencia
humana, quiso aportarme lo que le ocurrió con Antonio cuando ya nadie podía
visitarle, y cuando la ausencia, a medida que pasaban los meses y los años, se
hacía cada vez mayor. Éste fue el texto que me envió.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Siempre hablamos
del dolor de la pérdida, del duelo por los que se nos han ido, del vacío que
nos han dejado, pero también el poeta dijo:</span></i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">“<i>¡qué solos se quedan los muertos!”, y quizá valdría la pena hacerle un
poco más de caso. Si creemos que la muerte mata, podemos mantener un recuerdo
en el corazón, por supuesto, pero es tan fuerte el peso de la vida de cada día,
que el olvido tiene bastante vía libre para su empeño. Pero si se siente, y se
piensa, porque son vivencias y son también hechos, aunque se los considere de valor
subjetivo, que la muerte nos envía a otro mundo, con ciertos cambios, sí, pero
sin amnesia de lo vivido aquí, entonces uno puede sentirse llamado a la
búsqueda. A la búsqueda de algún contacto. A no darle por perdido. Ese fue mi
caso con Antonio Marsal.<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> Durante algún tiempo pensé en sentarme frente a una silla vacía, como un Goethe más,
iniciando una conversación solemne con Antonio, pero la verdad es que lo iba
aplazando. Llámale sentido del ridículo o lo que sea, pero aquello no iba
conmigo. Tenía que haber otra manera. Tardó en llegar, pero llegó.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Surgió
por primera vez cuando yo estaba pasando una mala temporada. Tú sabes a qué me refiero y lo aturdido que me quedé con
aquella ruptura no deseada, después de tantos años, y cómo intenté inútilmente arreglar
algo que no entendía. Total que una noche, mientras iba conduciendo, rompí el
bloqueo. Las ventajas de ir solo en coche son bastantes, aunque ninguna para el medio ambiente, ya lo sé. Pero aislado
en tu cápsula, aferrado al volante y con la vista firme al frente, te puedes
poner a conversar con el más allá sin apenas margen mental para preguntarte qué
te crees que estás haciendo. Antonio conocía mi historia, aunque no las últimas
noticias, claro, pero de ponerle al día yo mismo me encargué. Sí, es cierto que
yo estaba muy sensible aquel día, más hablador de lo normal, un poco ausente
del mundo en aquel trayecto en coche, lo que quieras, pero en cuanto acabé las
explicaciones, sonaron en mi cabeza dos frases con una voz que no era la mía:
“Va a cambiar. Dale tiempo”. Yo sé que esas frases no las creé yo. Me
alcanzaron demasiado rápidas, no tuve tiempo ni de pensar nada entre mi
exposición del problema y lo que consideré una respuesta. Bien, el hecho cierto
es, como sabes, que al cabo de un año se cumplió la profecía y se produjo aquel
vuelco de la situación que entonces no podía ni imaginar.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> Pero no quise abusar de la gracia recibida.
Comprendí que él seguía estando y eso era abundancia pura. La palabra
continuidad, continuidad en la ausencia, se me alojó en la cabeza. Pero no se
iba a manifestar en cualquier momento. Me pareció que era tiempo de esperar más
que de empeñarme en buscar. <o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Y
sucedió que un día me entrevisté con un editor para ofrecerle uno de los ensayos
que Antonio había hecho imprimir sólo para amigos y que apenas habían circulado entre un centenar de lectores. Es
importante hacer notar aquí que Antonio, unos años atrás, había traducido y
prologado un libro de Rilke para aquella editorial. El editor había quedado
satisfecho de aquella colaboración, pero dudaba. El nombre de Antonio Marsal no
decía casi nada en el mundo del libro y, además, él no estaba aquí para
presentar y defender su obra, pensé yo en silencio. Parecía que el editor no lo
veía claro, y yo veía claro que la entrevista se estaba acabando, cuando sonó
su teléfono. Era un amigo suyo que estaba haciendo un crucero, cosa que él
ignoraba. Primero el diálogo fue bullicioso, fraternal, divertido, pero en un
momento dado al editor le cambió la
cara, se dedicó sólo a escuchar y de vez en cuando me dedicaba alguna mirada cuyo sentido yo no lograba descifrar. Al
colgar me anunció que iba a editar el libro. ¿Sabes lo que había pasado? Pues
que el amigo que estaba de crucero había encontrado en la pequeña biblioteca del
barco un ejemplar de los libros de su editorial y éste era, precisamente, el de
Rilke, que había traducido y prologado Antonio. Al amigo turista le había sorprendido tanto encontrar un ensayo
de los que él editaba en un lugar donde básicamente se jugaba, se tomaba el
sol, se comía a todas horas y se bailaba la conga al anochecer, que había
decidido llamarle. Yo no sé quién, ni cómo, movió no sé qué hilos para que las
cosas sucedieran con aquella precisión y se pudiera editar uno de los libros
que Antonio nos había dejado a los amigos como en custodia. Pero la sensación
de que algo se movía en aquel mundo desconocido al que yo no pertenecía, pero
Antonio sí, fue indiscutible. Y otra profecía de Antonio se cumplía: iba a ser
un autor póstumo.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Yo,
por supuesto, deseaba que se produjeran aquellas señales pero, como te dije antes, me limitaba a
esperar que la chispa se encendiera por sí sola. Así fue como ocurrió de nuevo con
un asunto de mi trabajo. Hace un año, más o menos, yo publicaba entrevistas de
tipo cultural en una revista. Era el año del centenario de un poeta al que
Antonio había dedicado uno de sus libros casi inéditos. Pero también había dado
una conferencia sobre él unos diez años antes, donde había conocido al hijo del
poeta. Era a éste a quien yo me dirigía a entrevistar, pues se había encargado
de ordenar y reeditar el legado de su padre. Vivía en otra capital y había
concertado por teléfono la cita con él. Cuando enfilé la autopista, de nuevo dentro
de la nave que una vez ya me había teletransportado a otros mundos, sentí una
fuerte presencia de Antonio. Era natural, iba a ver al hijo de un poeta por el
que sintió devoción y al que consagró años de lecturas, reflexiones y
escritura. Así que me salió de la manera más natural hablar de nuevo con él,
explicarle lo que iba a hacer y, ya en uno de mis mejores niveles de buen
humor, invitarle a que viniera conmigo a la entrevista. “Pero si vienes –añadí-,
abróchate el cinturón.” La réplica fue instantánea: “Sí, más vale que me lo
ponga, no me vaya a matar.”<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Ya
sé que la mente humana es muy compleja, muy rápida de conexiones y que puede
parecer que me estaba autoengañando. Pero espera a que acabe la historia. La
entrevista fue bien, una conversación fluida, interesante, amable. Tanto que al
final el hombre quiso anotarme el teléfono del director de una revista, amigo
suyo, donde pensaba que podía ofrecer otras colaboraciones mías. Para ello
alargó la mano a un montón de papelitos, restos de folletos o lo que fuera, que
él mismo había recortado y que guardaba para tomar pequeñas notas, en un
ejercicio admirable de ahorro de papel. Cuando ya en el coche di la vuelta al
papelito, descubrí que pertenecía al programa de mano de la conferencia que
Antonio había dado sobre su padre. ¡De todos los papeles reciclables del mundo,
me había tocado aquél precisamente y en aquel día! Sí, así fueron las cosas, con
esa carga simbólica que me hizo enmudecer todo el viaje de vuelta. Habíamos ido
juntos a la entrevista y ahora regresábamos juntos. Con los cinturones de
seguridad bien ajustados, por supuesto.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">No
fui el único que tuvo alguna señal de Antonio, también quiero que lo sepas.
Como tampoco fue la primera vez que me había pasado algo parecido. Había tenido
algún sueño muy revelador y alguna coincidencia fuerte con otra persona que
había fallecido bastantes años antes. Pero en el caso de Antonio la línea que
separa nuestro mundo y el de quienes nos desaparecen se había cruzado más veces
y de maneras distintas. No fue menor el
impacto que tuvo para mí lo del médico de la última etapa de mi hermano mayor. Cuando
tuvimos que aceptar en la familia que su enfermedad había rebrotado y que eso
significaba, según todos los médicos, empezar la cuenta atrás, me di cuenta de
que pronto ya no podría hacer nada por él, lo que entonces me desesperó. Se lo
expliqué a Antonio, sí, y le pedí que, si le era posible, recibiera a mi
hermano cuando dejáramos de tenerlo. No
me pareció que hubiera ninguna respuesta. Pero a los pocos días conocimos al
médico de paliativos que nos asignaron. Cómo no pensar que esta vida que
conocemos es tan solo una parte de lo que nos ha sido dado, cuando el médico al
presentarse nos dijo que se llamaba Antonio Marsal. <o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">No
siempre las cosas suceden de forma parecida, bien lo sé. No siempre tenemos
tantas oportunidades de afirmar que el fin no es el fin. ¿Por qué? Lo ignoro.
¿Por qué no todos llegan a donde llegan como Antonio, y seguramente como otros,
tan dispuestos a comunicarse? ¿Por qué no todo el mundo aquí logra sintonizar
con esa forma de decirnos “sigo estando y tú también seguirás estando un día”?
¿Hay quien una vez al otro lado necesita el olvido de este mundo? ¿Hay en este
mundo quien es mejor que olvide y no piense en todo esto? No sé prácticamente
nada.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Un
fin de semana estaba en un paraje un poco especial con mi esposa. Un hotel muy
moderno construido junto a un monasterio medieval. El verde lo cercaba todo en
aquellos días de abril. La mañana de la
partida salí a dar una vuelta mientras ella hacía su maleta. Un riachuelo
cruzaba feliz aquel lugar de contrastes. Me acodé en el pequeño puente de
madera y contemplé ensimismado la vitalidad rumorosa de sus aguas. Sin motivo
aparente pensé en Antonio.“ No te preocupes. Nos encontraremos”. Esa fue la última vez que
supe de él. Creo que por ahora no puedo explicarte más.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> </span></i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">---------------------------<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">He
vuelto a leer esta historia de amistad
más allá de la línea que marca la ausencia. No eran un secreto estos
hechos, pero tampoco Claudio los contaba fácilmente. Mi avión ya lleva media
hora de vuelo y me conviene distraerme con lo que sea, pues soy de los que
sigue pensando que esto de aguantarse en el aire es más casualidad que
seguridad. Había destinado este trayecto a ver cómo acabar esta historia, pero
no encuentro la manera. Recuerdo un escrito de Antonio Marsal que una vez me
dio a leer Claudio. Decía que cuando Colón descubrió América, toda Europa la
descubrió. Interpreté que cuando alguien, más adelantado que la mayoría, vive
un gran descubrimiento para la conciencia humana, aun por caminos que no están
del todo explicados, todos los demás estamos mucho más cerca de llegar un día a
experimentar lo mismo. ¿Acabo así esta historia? <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> Dejo de escribir y sustituyo la pluma por
un pequeño artefacto que me ha regalado mi sobrino. Creo que le llama i-pod. Sé
que está lleno de canciones que él me ha preparado. De los años 80 y 90, las
que me gustan a mí, porque me lo dio para mi cumpleaños, que fue hace un par de
días. Echo un vistazo a la lista de músicos y me detengo en “Los Secretos”, que
están muy arriba en mi lista de favoritos. Imagino la canción que me ha bajado.
Este sobrino me conoce bien y además nos ha salido bastante listo. Pulso la
tecla. El sonido es limpio, se aloja en mi pecho y ahora viajo entre sus
versos. Sé que alguien muy parecido a mí sigue un poco inquieto en un avión que
pronto le dejará en el bendito suelo. Pero yo estoy ahora con “Los Secretos”:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> <i>He muerto y he resucitado.<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> Con mis
cenizas un árbol he plantado.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> Su fruto
ha dado<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> y desde
hoy algo ha empezado.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> </span></i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Acaba la canción y sigo sin encontrar el final de la historia.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
UN ENTENDER NO ENTENDIENDOhttp://www.blogger.com/profile/02724945100264130290noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-1556314740316041710.post-39229660155822561022012-12-12T05:13:00.000-08:002012-12-12T05:18:50.968-08:00Antonio Blay estuvo aquí<br />
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Antonio
Blay estuvo aquí, viviendo muy cerca de la que era mi casa hasta que tomó el
último tren de la vida, y quisiera explicar qué importancia tuvo esto. Yo había
iniciado en el 1980, recuerdo casi el día exacto y, desde luego, el motivo, un
intento de entender mejor las cosas. O dicho sin más, de pronto me di cuenta de
que tenía mucho por descubrir: dentro de mí, en los demás y donde los ojos de
este mundo comienzan a ver borroso. Así que comencé a moverme. Lecturas nuevas,
algunas conferencias, un poco de silencio interior…Supongo que iba haciendo lo
que podía, pero desde luego le ponía ganas. Lo que nadie me dijo fue que
Antonio Blay mantenía diálogos sobre su
ya extensa obra en su propia casa, que estaba a tres manzanas de la mía. Me
enteré poco antes de aquel día de agosto de 1985 en que dejó de dar cursos
definitivamente.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> Y explico esto porque conocer a Blay me hubiera venido muy bien, tal como fui
descubriendo años más tarde. Antonio Blay (1924-1985) había ejercido la psicología
clínica, y antes había dirigido una institución bastante conocida en los años
sesenta: la Ciudad de los Muchachos. Compaginó su trabajo y su familia (tuvo
esposa y dos hijas) con viajes de formación a Suiza y a la India y con una gran
dedicación al estudio. Comenzó a escribir libros y más tarde resolvió abandonar
la práctica de la psicología y dedicarse sólo a dar cursos y conferencias. En
Barcelona, Madrid, Bilbao, San Sebastián, Andalucía y Valencia. El título más frecuente de sus encuentros era
el de “Psicología de la autorrealización”. Pero se consideraba un psicólogo
jubilado. Cuando le preguntaban qué era, decía que no sabía muy bien qué
contestar, aunque era evidente que le traía sin cuidado. Hacía lo que deseaba
hacer y lo hacía muy bien. Los asistentes a sus cursos lo corroboran y sus
libros, más de treinta títulos, se han seguido vendiendo tras su muerte. Sin
embargo, en su momento Blay era sólo conocido por círculos reducidos. Casi no
concedió entrevistas y no aparecía en los medios de comunicación. Pese a las
varias ediciones de su libro “Creatividad y plenitud de vida”, no fue el centro
de ninguna campaña de promoción editorial, hasta donde yo he podido saber. En nuestro siglo XXI, con el
auge de la inteligencia emocional, el crecimiento personal, los diversos
caminos de espiritualidad, y con la oferta de libros, revistas, programas de
radio y de televisión que tratan de todo ello, hubiera sido difícil que Blay se
mantuviera en el plano discreto que siempre deseó tener. Pero no es descartable
que lo hubiera conseguido. Nunca quiso crear escuela, ni menos tener
seguidores. Pretendía algo distinto y yo hubiera podido tomar apuntes de todo
ello, en directo, si hubiera sabido que Blay estaba aquí mismo, explicando
tantas cosas en mi barrio.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiApDXeJLlbCRkwMdpMT4N48gClxfVI7EfObBV28kJm74IG3NsYuHoSWGFAZezHHf20SYfpuAy_-n0ZCH1_p1BEzbnHYIYOvXMW3POoR9pgzDMDzbpDGjs81cK52y8kh5p4LH_CY-bzk2Q/s1600/A.+Blay+blanco+y+negro.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiApDXeJLlbCRkwMdpMT4N48gClxfVI7EfObBV28kJm74IG3NsYuHoSWGFAZezHHf20SYfpuAy_-n0ZCH1_p1BEzbnHYIYOvXMW3POoR9pgzDMDzbpDGjs81cK52y8kh5p4LH_CY-bzk2Q/s1600/A.+Blay+blanco+y+negro.jpg" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> Sin embargo, no es del todo cierto que
yo no llegara a asistir a sus sesiones. En los años ochenta y noventa
circulaban de mano en mano cintas de sus cursos. Las escuché repetidamente. Y
sus libros estaban en las librerías.
Fueron llegando a mi biblioteca. De manera que la palabra de Blay me acompañó
mucho y me hizo pensar más. E incluso puedo afirmar que, en cierto modo, llegué
a conocer un poco a Blay. No he de forzar apenas el relato si digo que sí “asistí”
a sus cursos y que “crucé” varias veces la puerta de su casa tras tantas horas
de cintas y de libros. Así que éstas son algunas de las notas que tomé cuando
“visitaba” a Antonio Blay, en aquel piso al que podía llegar como quien sale de
casa para comprar el pan.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> <b><u>El
primer encuentro<o:p></o:p></u></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Todo lo que
explico ha de ser experimentado. No interesa decir “estoy de acuerdo”, sino ver
si sirve de base para un trabajo, para una experiencia personal. Lo que yo diga
no es para ser creído ni aceptado, sino para ser mirado.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> <o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> </span></i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Así inició el ciclo de charlas aquel
hombre de aspecto tan común que no
pretendía convencer ni demostrar nada, sino mostrar. Quedaba claro que sólo iba
a proponer unas pistas para que cada uno hiciera un trabajo interior, y que esa
experiencia personal era lo único que valdría la pena en aquel proyecto, al que
él se refería como “autorrealización”. ¿Cómo había que entender aquella palabra
clave? Decía que de dos maneras. Una era conseguir vivirse plenamente, ser uno
mismo integrado en el mundo que nos rodea. Pero esto no era todo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> <i>La
autorrealización es llegar a descubrir cuál es la identidad última de cada uno,
quién o qué soy, no como seres humanos particulares sino como aquello que
permanece idéntico a lo largo de todos los cambios de la vida. ¿Y por qué es
importante descubrir la identidad? Porque cuando se logra se resuelve todo lo
que es el anhelo de la vida, porque la persona realiza su plenitud más allá de
todo lo soñado y porque es el único modo de que descubra el sentido de su
existencia, y de que descubra cuanto hay más allá de lo que ahora entiende por
existencia.<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> La autorrealización es un trabajo de
experiencia, no un sistema filosófico o teológico al que adherirse.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> </span></i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">El alcance de la propuesta de Blay me
desconcertó y me emocionó a la vez. ¿Una identidad inalterable y común a todos
los seres humanos? ¿De qué estaba hablando? Al principio había dicho que no
intentáramos relacionar los contenidos de aquel curso con cosas que ya
conociéramos. Yo, desde luego, no podía relacionar lo que él llamaba la
identidad última con nada de lo que ya tuviera noticia. Había entrado en la
propuesta de Blay por una zona mal iluminada para mí. Pero a los pocos días volví
a su casa y mereció la pena.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> <b><u>Qué
soy y qué no soy<o:p></o:p></u></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Mi vida es una
actualización de algo que yo soy, que soy en el centro. Pero yo no me he dado
cuenta de que era así y siempre he estado viviendo como si el exterior fuera el
que me comunica, me transmite, me da…<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> </span></i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Esto último era lo que siempre había
pensado yo, y no solo yo, supuse. Pero Blay no lo veía así. Según él, somos
desde siempre un potencial que nuestro entorno simplemente ayuda a desarrollar.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> <i>Del
exterior no nos viene ni un poco de inteligencia, ni un poco de capacidad
afectiva, ni un poco de energía profunda. Del exterior sólo recibimos
estímulos; y aún, sólo son estímulos en la medida en que los captamos desde
nuestro interior.<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> </span></i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Ese potencial, fue explicando, era como
tres focos: el de la energía, del que se derivan la voluntad, el impulso de
vivir, la capacidad combativa; el foco del afecto, que sería nuestra
disposición al amor, la amistad, el placer, la alegría, la belleza, la armonía…y
el foco de la inteligencia, vinculado a los modos de conocimiento, a relacionar
datos, abstraer, intuir… Y entre los ejemplos que puso, anoté el referido al
foco del afecto. Dijo que del exterior recibimos estímulos afectivos, por
supuesto, pero que era nuestra capacidad de amar la que consigue que nuestra
vida afectiva crezca. Lo que nos llena, vino a decir, es el amor que damos. Esta
afirmación de que <i>somos, </i>en cualquier
caso, una fuente de energía, amor e inteligencia daba la vuelta a la visión
habitual del ser humano. Lo explicó con cierto detalle.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> <i>Así
pues, yo me doy cuenta de que en las experiencias yo puedo ser causa, en lugar
de efecto, yo puedo ser núcleo irradiante, en lugar de ser sólo un foco
receptivo. Este descubrimiento, considerando que gran parte de nuestra vida la
hemos pasado viviéndonos como producto, como consecuencia del ambiente, de las
situaciones, del modo de ser de nuestros mayores, de nuestros iguales, de todo
en fin, este descubrimiento de que uno es un foco, un punto de partida, un núcleo
a partir del cual la vida se desarrolla hacia fuera, señala todo un nuevo
campo, un nuevo enfoque.<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> </span></i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">¿Había contestado Blay, con estas
explicaciones, a la pregunta clave: qué soy yo? ¿Era esta la identidad de que
habló el primer día? Parecía que sí, pero más adelante supe que aquello no era
todo. De momento, una duda quedó en el aire. Si somos ese potencial tan
maravilloso, y todos lo somos, ¿por qué no nos va todo mejor?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> Blay explicó que los miedos, las
angustias, la agresividad son fruto de no vivir esa realidad que somos sino una
fantasía mental que no captamos como tal. Esa fantasía es el yo ideal, aquello
que compulsivamente buscamos ser, porque desde nuestra infancia nos hicimos, a
través de nuestro entorno, una imagen equivocada de lo que éramos: el yo idea. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> <i>Uno
tiende a ver el mundo según la consigna que ha recibido. Si me han dicho que
soy poca cosa, y yo lo he aceptado </i>(yo idea), <i>estaré jugando toda la vida a ser mucha cosa </i>(yo ideal). <i>Pero a la vez estaré una y otra vez
fallándome, sintiéndome muy poca cosa. Y aunque llegue a conseguir muy buenos
resultados en negocios, en lo que sea, una y otra vez seguirá saliendo el “yo
soy poca cosa”. Si me han dicho que soy muy buena persona, yo intentaré ser
siempre más bueno para no defraudar a los demás.<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> </span></i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Y señalaba hasta qué punto la vida
social está construida en torno a este yo ideal, y cómo hay que evitar pisar el
yo ideal de los demás, si no queremos que nos echen la caballería por encima. Lo
decía con unas gotas de aquel humor suyo que aparecía de vez en cuando.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> <i>En
el yo ideal todos somos Mr. y Miss Universo. Hay que decir:¡qué guapa estás!,
¡qué bien te queda esto! Pero nunca:¡qué viejo te has hecho!<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> </span></i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">En el breve camino de vuelta a mi casa,
resonaban , y no sólo en mi cabeza, aquellas palabras lúcidas, pero que de
entrada también herían. Lo que uno ha creído ser (muy bueno, muy malo, muy
fuerte, muy débil, listo, torpe…) es falso, decía Blay, es algo que me ha
venido del exterior, pero que no me descubre mi identidad última. Uno puede
haber realizado acciones buenas, malas, listas, torpes…pero eso no es lo que
somos. Entonces, ¿qué soy?, cabía preguntarse una y otra vez. Y volvían las
últimas palabras que había anotado:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> <i>Expresar
y vivir lo que soy: Energía, Amor, Inteligencia.<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> </span></i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Definir a alguien o a uno mismo por lo
que hace, en un momento o muchas veces, era un camino erróneo. Esos modos habría
que corregirlos o potenciarlos, pero no utilizarlos para concluir quién o qué
es una persona. Ese era el núcleo de lo que yo llevaba en mis apuntes tras
varias sesiones.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<b><u><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">¿Y
quién era Blay?<o:p></o:p></span></u></b></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">A
veces escuchándole se me iba el santo al cielo y me preguntaba por él, por su
vida. Lo que más me llamaba la atención era su gran claridad de expresión,
aunque algunas de las realidades de las que trataba ya no fueran tan claras
para mí. No hablaba más de lo imprescindible, no se adornaba lo más mínimo.
Sólo se permitía algunas gotas de humor que siempre acertaban en el auditorio. Un
asistente a un curso le pidió una pista
para saber si uno estaba avanzando en
este descubrimiento del yo idea y del yo ideal que llevamos grabados en
el inconsciente. Sin pensarlo ni un segundo contestó:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> <i>Una
de las formas de saberlo es que cada vez te sientes peor. Y en otras ocasiones
cada vez te sientes mejor. O sea, que esta pista… es un despiste.<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> </span></i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Y nos arrancaba unas risas. Lo que Blay
nos proponía era un viaje personal al descubrimiento de nuestra realidad
completa , no la promesa de unas mejores sensaciones, de un poquito más de
felicidad, de un poquito menos de malestar. Claro está que para él valía la
pena lo que en el fondo de la realidad aguardaba. Pero, ¿cómo había llegado a
esa convicción? ¿Cómo había sido su camino hasta aquí? ¿Y cómo era su vida
aparte de cursos, libros, conferencias?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjuibI9avk7m9szVuHWIMxe2m6GqIc2A9rUgcD_e2u64aGochERekkW7tYT840M11uZykO6uTJOVACpKrmzRgmZitAyK-6Vduh-8hE_QwVSAqedNK489IMh6WCSIYJIp9EQM_7R_lZbVVU/s1600/A.+Blay+en+color.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjuibI9avk7m9szVuHWIMxe2m6GqIc2A9rUgcD_e2u64aGochERekkW7tYT840M11uZykO6uTJOVACpKrmzRgmZitAyK-6Vduh-8hE_QwVSAqedNK489IMh6WCSIYJIp9EQM_7R_lZbVVU/s1600/A.+Blay+en+color.jpg" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> Blay era un hombre de aspecto
corriente. Era grueso, gustaba de los cigarrillos y de los caramelos.
Inasequible a la adulación. Y yo intentando imaginarme cómo era el resto de su interesante
vida, desde mi hábito de lector de novelas y de amante del cine. Preguntándome
por sus viajes a la India, por el origen de su lucidez, por cómo era en su casa,
por si podía mantener a la familia con
aquellos cursos. En definitiva, construyendo un personaje. Pero había elegido
un camino equivocado. Precisamente lo que él pretendía era que descubriéramos,
y dejáramos disolver, el personaje que vamos arrastrando por la vida y que nos
condiciona sin que apenas nos demos cuenta. No daba importancia a los datos de
su biografía y por ello casi nunca se refería a sí mismo. Quería que
enfocáramos nuestra mirada en otra dirección.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> <i>Es
necesario que uno se dé cuenta de que lo fundamental no es lo que hace, sino el
sujeto que está viviendo lo que hace. Porque este sujeto es la base, la raíz, el
común denominador de todo lo que podemos vivir y experimentar en la vida. Es a
lo único que podemos llamar auténticamente “yo”.<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> Nuestras ideas pueden ser muy
importantes, pero continúan siendo “nuestras ideas”, no son “yo”. ¿Qué o quién
es el que está viendo o valorando estas ideas? Este “quién” es más importante
que las mismas ideas. ¿Quién es el que está sintiendo amor o tristeza? Este
“quién” es más importante que lo que siento, porque esto va variando, en cambio,
este “quién” no cambia, siempre es idéntico a sí mismo. Es la identidad, y todo
lo que estoy viviendo procede de este foco central.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Y nos explicaba hasta qué punto nuestra
mente está acostumbrada a poner atención en las cosas, procesos, sentimientos, ideas,
pero el denominador común de todas las experiencias que he vivido es que yo
estaba ahí dándome cuenta. Ahora bien, captar el yo que se da cuenta, que
siempre está ahí, era cosa de la intuición. Era una tarea derivada del
centramiento, de la atención, a la que había ir, en palabras suyas, “con
paciencia, perseverancia y buen humor”.
Llegar a ese yo interior (más allá del yo idea y del personaje) era como
ir de la ilusión a la realidad. Era fruto de la sinceridad, de buscar lo
auténtico por encima del bienestar o del malestar, y por encima de
convenciones. Una sinceridad que surge del fondo y que conduce al fondo, decía.
Y que nos permite vivir con más eficacia y con más autenticidad. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> Aquellas notas que yo iba tomando me
hablaban de un hombre que había hecho un inmenso viaje interior. Pero, hasta
donde yo entendía, su posible respuesta
a mi pregunta “¿quién era Blay?”, era que, en el fondo, él y yo éramos lo mismo.
La diferencia estaba en que cada uno había desarrollado, en mayor o menor
medida, aquel foco de energía, de amor y de inteligencia que todos somos. Y
para que descubriéramos esa plenitud que
nos aguarda, ahí estaba Antonio Blay.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> <b>Lo
que quedaba por saber<o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Un
día nos vino a decir lo de días anteriores pero de otra manera:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> <i>Si
tú sientes la grandiosidad de…por ejemplo un Wagner al oír su música, esa
grandiosidad es tuya. Cuando dices: ¡Qué tío Wagner! Ese eres tú. Quizá Wagner
vivió otra grandiosidad, quizá mayor que la tuya. Pero la que tú sientes, es
tuya. Si no la tuvieras, no podrías reconocer la de Wagner.<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> </span></i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Era tan distinta la visión del ser
humano que Blay nos mostraba de la que, en general, traíamos la mayoría de
asistentes en nuestro discurso mental de siempre, que se hacía muy difícil
dejar de buscarlo todo fuera de nosotros, como él apuntaba, y asumir que, de
forma sutil e invisible, ya tenemos lo esencial. Era imprescindible volver a lo
que había dicho el primer día acerca de que sus palabras no eran para creerlas,
sino para experimentarlas. Por eso proponía ejercicios, como los de
centramiento, con el fin de poner la atención en el yo que está detrás de
nuestra energía, de nuestro amor, de nuestra inteligencia.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> Esta conexión, mayor o menor, con
nuestro centro tenía consecuencias que en días posteriores fue explicando. Una,
horizontal. Las relaciones con los otros.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> <i>En
la medida en que vivo lo que soy, dejo de vivir para conseguir cosas y dejo de
utilizar a los demás para que me den afecto o me escuchen, o para que me den
seguridad o confirmen mi valor. En la medida en que vivo mi energía, el amor y
la comprensión, los demás son la ocasión para que yo me desarrolle, a través de
esta energía, este amor y esta comprensión.<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> Querer a alguien no es hacerle ningún
favor. En cambio, nuestro personaje siempre vive el hecho de querer a
alguien como hacerle un favor muy
especial, del cual espera recibir una serie de compensaciones. Querer a alguien
es un privilegio, el de poder expresar en la existencia lo que soy en esencia.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> </span></i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Y otro día, como una etapa más en el
proceso de descubrimiento de la realidad, Blay nos llevó un poco más lejos, o
mejor, bastante más lejos que en días anteriores. Él lo llamaba “niveles
superiores”. Sostenía Blay que cuando se ha avanzado en este proceso de
descubrimiento interior, en esta disolución de las raíces inconscientes del
personaje y en el contacto con nuestro centro, solía aparecer de manera natural
una expansión de conciencia. Ésta, en dirección vertical.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> <i>Este
despertar vertical a veces se produce en forma de experiencias inesperadas,
como una especie de flash. Pero después se va descubriendo que esto siempre ha
estado aquí disponible, y poco a poco se va descubriendo que existen unos
campos de energía más sutiles, una
energía mucho más fina que la mental, que la afectiva o la vital, y que
se viven como cualidades distintas.<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> Hay un campo de felicidad
extraordinaria; es un campo de luz-felicidad, amor y gozo sin límites (…). Hay
otro campo de tipo mental, también de luz pero distinta, es como la matriz de
las cosas que existen(…).Y hay otros niveles que se viven como campos de
energía(…). Cuando la persona descubre esto, cuando irrumpe en su conciencia
personal habitual, se vive siempre como algo extraordinario, algo que trastorna
completamente el pequeño mundo que hemos construido con ideas, creencias y
hábitos.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> </span></i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Cuando Blay dibujó esta ampliación de la
realidad en dirección vertical, creo que la mayoría de oyentes pensamos lo
mismo: ¿estaba hablando de Dios? ¿Había Dios en la autorrealización? Pero la
clave de estas preguntas estaba sorprendentemente en el primer punto de
aquellas sesiones.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> <i>El
contacto con los niveles superiores tiene una calidad, una plenitud y un valor
no comparables con lo que se vive normalmente en las experiencias personales,
por esto la persona siempre cree que se trata de algo distinto a ella, porque está
identificada con el yo idea. Yo creo ser mi cuerpo y unas experiencias
determinadas, unas ideas y unos hábitos, y cuando de repente vivo algo
diferente por fuerza le atribuyo una identidad diferente de la que creo ser. Y no
es así. De hecho estos niveles (superiores) son una dimensión más de nosotros
mismos, son nuestra conciencia superior, nuestra conciencia y dimensión
espiritual, lo que quiere decir que siempre podemos tener un posible acceso a
ello.<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> </span></i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">No sé los demás, pero al menos yo iba de
sorpresa en sorpresa . De la imagen de un Dios superior y máxima expresión de todo lo bueno, frente a
un ser humano que necesitaba de todo,
incluso que le redimieran, según nos habían inculcado, de algo que en el origen
había hecho muy mal la primera pareja de humanos, se pasaba a un yo constituido de una
energía, un amor y una inteligencia esenciales que podían llevarnos a una
plenitud inimaginable. Pero, ¿había también lugar para hablar de Dios en la
propuesta de Blay?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> <i>Dios
no es ningún concepto. Hablar sobre Dios es como hablar sobre la comida sin
comer. Y Dios no ha de ser un concepto. Dios ha de ser la experiencia viva de
la realidad inmanente en mí y en todo. El concepto tiene sentido como señal,
como indicador, pero la mente se agarra al concepto como si fuera la cosa, y
convierte a Dios en cosa. Dios, que es el sujeto último, queda convertido en
objeto al decir la palabra Dios.<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> </span></i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Sin embargo, a veces Blay no tenía más
remedio que usar la palabra Dios, o el Absoluto, o el Ser Primordial para
referirse a una realidad que era a la vez impersonal y personal. Y no negaba en
modo alguno, al contrario, la posibilidad de expresarse desde lo más hondo ante
esa Presencia. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Toda esta parte de los niveles
superiores suscitaba muchas preguntas
que Blay no rehuía, pero tampoco alentaba. Clarividencia, telepatía, viajes
astrales…y la inevitable reencarnación.
Sobre ésta, respondió así:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> <i>Yo
no creo en la reencarnación. Para mí la reencarnación es un hecho.<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> </span></i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Para precisar más tarde que lo que se
reencarna no es el personaje, ni las ideas, ni los hábitos, sino la identidad individual
que toma nuevos vehículos. Recordaba hechos vividos por él muy concretos en reencarnaciones anteriores, pero no quiso dar detalles. No
quería que nos perdiéramos en experiencias que resultaban muy atractivas, pero
que nos podían distanciar de la tarea primordial: la conexión con nuestro yo
profundo, la superación de nuestro personaje, el desarrollo de la atención. En
definitiva, nuestra capacidad para mirar y para descubrir a través de la experiencia nuestra naturaleza
luminosa. Para Blay era muy importante llegar a las vivencias espirituales con
el trabajo previo, el psicológico, lo más avanzado posible.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> He de anotar aquí que, cuando Blay
escribía y explicaba lo que vengo apuntando, él ya llevaba casi cuarenta años
viviéndolo. Eran los años setenta y ochenta del siglo pasado. Hoy los que saben
de psicología consideran a Antonio Blay el
precursor de la Psicología Transpersonal en España. Entonces no creo que nadie
hablara aquí como él lo hacía. Su enfoque no tenía acompañantes. Aparentemente
había hecho un gran trayecto en solitario. Es cierto que había una larga
bibliografía en algunos de sus libros. Y también estaban sus viajes a la India
y su contacto con el yoga y con el pensamiento oriental. Pero aquella propuesta
hacia la autorrealización que él nos ofrecía, con etapas ordenadas de
comprensión y ejercicios correspondientes, todo aquello era muy original. No
recuerdo si entonces lo vi con tanta claridad como con en años posteriores se
me ha hecho evidente. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Lo que entonces no dejaba de
sorprenderme era como su simple presencia irradiaba una inagotable música interior
entre los asistentes a sus charlas. Y lo mejor era que esa música estaba también
en nosotros, en espera de que la descubriéramos. Pero pasaban los días, las
sesiones y los hallazgos, y yo no dejaba obstinadamente de preguntarme por el misterio que para mí tenía aquella vida
singular.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> <b>La
única revelación de Blay<o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Ha
sido muchos años más tarde cuando encontré un documento impagable <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">sobre
su vida. Bastante después de la muerte de Blay, su hija Carolina hizo una
página web dedicada a la obra de su padre. En ella se ofrecía la posibilidad de
descargar discos de sus cursos. Así lo hice con uno impartido en Bilbao en
1978, que no conocía, y en él descubrí que en una ocasión, y seguramente en
ninguna más, Blay había hablado de su vida. No porque considerara que tenía
interés por ser la suya, sino porque a través de algunos recortes
autobiográficos quienes le escuchaban podían entenderse mejor a sí mismos y el
alcance de aquel viaje a la autorrealización que él invitaba a experimentar.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> La historia ocurrió cuando Blay tendría
unos diecisiete años. Subrayaba en el curso que tanto su infancia como su vida
de muchacho consideraba que habían sido muy mediocres: en los
estudios, en los contactos humanos…Y que estaba en una época en que se hacía
preguntas esenciales como tanta gente: que si Dios existía, que si había otra
vida, si tenía algún sentido la existencia. Pero nada de lo que leía le
convencía. De repente, un día le sucedió algo completamente imprevisto y de lo
que no tenía ni la menor idea:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> <i>La
historia empezó para mí cuando tenía 17 años. Una noche me desperté fuera del
cuerpo en un estado de felicidad inconcebible, fabuloso. Una luz que era un
gozo inenarrable, sin límites, algo de lo que yo no tenía absolutamente ningún
precedente, ninguna teoría, ninguna noción teórica en absoluto. Era la felicidad
total. Pero lo curioso es que en esa felicidad yo tenía la evidencia de que eso
era Yo, de que no era una cosa ajena a mí, sino que esa era mi identidad. Yo en
esa felicidad era yo mismo del todo.<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> Y yo no sabía que esto era posible. No
tenía ningún fervor especial. Tenía una vida diaria muy triste, me sentía
profundamente alejado de todo. Había en mí una demanda, una nostalgia que no sabía formular. De ahí surgió una necesidad
de buscar, de ir a ello y no que me tuviera que llegar así, como caído del
cielo. Decidí no creer en nada. Me desprendí de mis libros. Mi propósito de
investigación surgió entonces. De esto hace 37 años. Entonces no había libros
sobre todo aquello.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> No obstante, recuerdo un día que, como
consecuencia de esta primera experiencia, en ese estado de embriaguez interior,
de felicidad, de plenitud, me encontré yendo por la calle, y me metí por una
callejuela, y luego torcí y encontré una librería. Entré dentro como un
sonámbulo y me fui directo a un sitio y compré dos libros que no había oído en
mi vida hablar de ellos. Uno era un curso que trataba de la conciencia cósmica.
Algo me condujo al sitio para escoger el libro que yo no sabía que existía y
que se refería a lo que acababa de
vivir.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Blay no ocultaba que aquella vivencia
fue el principio de su nueva vida. Todo lo que vino después: estudios,
lecturas, viajes, yoga, toda la investigación que inició y prolongó a lo largo
de toda su existencia, así como la decisión de comunicar sus hallazgos a quien
quisiera oírle, todo ello nacía de la semilla de aquella noche a los 17 años, y
de otras vivencias posteriores, algunas
de las cuales también explicó. Y todo aquel caudal de conocimiento tenía el
objetivo de llegar a la gente para que recorriera su propio camino hacia aquella
claridad dichosa que un día irrumpió en su conciencia.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Esa
experiencia me dio la demostración de que existe una realidad superior hecha de
felicidad y que no tiene nada que ver con ninguna teoría. Eso que me vino por
las buenas, es evidente que constituyó para mí algo fundamental, y que luego
yo, desde abajo, traté y aprendí a volver a ello. Y ahí está el interés. O sea
que hay un modo de que podamos tener acceso directo a esa realidad superior, a
nivel de felicidad, aunque personalmente nos sintamos metidos dentro de nuestra
estructura personal y limitada. Así descubrí lo que realmente es el sentido de
una forma de meditación o una forma de oración, la oración contemplativa.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> <o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> </span></i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> ---------------------------------<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Si
al principio de estas notas decía que “Antonio Blay estuvo aquí”, tras recuperar
ahora documentos, libros y testimonios sobre él, veo que podría completar aquel
titular con un “pero sigue aquí”. Hay
acuerdo en que la influencia de sus propuestas no ha caducado, antes bien ha
propiciado nuevos frutos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Se atribuye a Blay una frase que más o
menos venía a decir que las personas maduramos por sufrimiento o por
discernimiento. O el dolor nos despierta, o el conocimiento buscado nos
orienta, dicho de otro modo. Es mi impresión que Blay conocía a fondo el dolor
humano, aunque en sus cursos no lo expresara con dramatismo, y sabía que había
una posibilidad de evitarlo, en gran medida, mostrando y facilitando el acceso a
nuestro centro, si lo buscamos con sinceridad y con perseverancia. Dedicado a
ello, lo conoció bastante gente, y en cierto modo, yo también. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Blay afirmaba con naturalidad que no
tenía miedo a la muerte. Que la muerte no existe. Que es simplemente otro
proceso de vida. Tal vez por ello, cada
vez que “he vuelto” a su casa, le he oído aún decir algo nuevo que he querido
añadir a mis notas. Como esto último:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">El
hombre está irremediablemente condenado a ser feliz, pese a su heroica
resistencia. </span></i><b><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"><o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhT8LSVyqQFnYxnCECeIPmLvXjUGGZIPg5-7i66AAzOjJfaWpd54WhRdCCa18VfBV0b1PhiSVMWPwkFBS1NZ4dSSeKrw2X096ysEogeTvX6IyRFUHfmRg0y6QF0RZaenEWMofN1eSkoTQA/s1600/A.+Blay+un+cuadro+una+flor.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhT8LSVyqQFnYxnCECeIPmLvXjUGGZIPg5-7i66AAzOjJfaWpd54WhRdCCa18VfBV0b1PhiSVMWPwkFBS1NZ4dSSeKrw2X096ysEogeTvX6IyRFUHfmRg0y6QF0RZaenEWMofN1eSkoTQA/s1600/A.+Blay+un+cuadro+una+flor.jpg" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<b><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> Antonio Blay (1924-1985)<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<b><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> <o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
UN ENTENDER NO ENTENDIENDOhttp://www.blogger.com/profile/02724945100264130290noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-1556314740316041710.post-77531514390342085262012-10-29T06:22:00.000-07:002012-11-02T04:31:48.679-07:00Sigues siendo tú<br />
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Siempre
el mismo ritual cuando su padre acababa la sesión de radioterapia. Remontaban
el sótano del viejo hospital con aquel ascensor imprevisible, avanzaban cuidadosamente hasta
la calle y él le dejaba junto a un inmenso y vigilante árbol por si el hombre
se cansaba de apoyarse en el bastón, mientras iba a por el coche .<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> Y la conversación, siempre tan parecida.
“Bien, me ha ido bien.” “¿Hoy te ha tocado la rubia?” “Sí, es la que más me
gusta. Es muy campechana.” “¿Notas algo?” “Nada, no me noto nada.” “Estupendo.
Y además te han cogido enseguida.” “Sí, fíjate, son las siete y ya hemos
acabado.” “Mamá se va quedar de piedra cuando vea que estamos de vuelta.” Él pensaba a veces que aquel cuerpo extraño
que le habían encontrado a su padre en un pulmón apenas pintaba nada en el día
a día. Habían conseguido que el problema se redujera a conseguir aparcamiento
cerca del hospital, a que le tocara la enfermera simpática, a no notar
molestias y a acabar lo antes posible. El póker del éxito en aquellos días de
radioterapia. Del éxito momentáneo. Pero, ¿quién quería mirar más allá de
aquellas sesiones?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> Ochenta y cinco años suele considerarse
una edad razonable para vivir la vida cerca de la rampa de salida. Pero cuando
él recogió un mes antes los resultados que habían fotografiado aquel cuerpo
inquietante en un rincón del pecho de su padre, se le vino el mundo encima.
¿Así que a su familia también le había llegado aquella enfermedad? ¿Por qué no
lo había previsto? ¿Qué les decía a sus padres? ¿Cómo medir la información para
no engañar y para no dañar? ¿Era eso posible?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> Su padre había sido el hombre de
confianza de un notable abogado. Comenzó como pasante cuando ambos eran
jóvenes. Y se jubiló oficialmente poco antes de que lo hiciera el abogado, que
acabaría dejando el bufete a su hijo. Pero allí nadie se jubiló del todo. El
fundador seguía yendo cada día a supervisar, a orientar, a corregir, incluso a
reñir a su sucesor. Y el que fuera pasante mantenía su mesa, revisaba a diario
el BOE y suministraba información al hijo sobre antiguos clientes que aún lo eran.
Junto a la lealtad al abogado, dos virtudes cimentaron la confianza en su trabajo durante cuarenta y cinco años. Una
letra exquisita, como de amanuense medieval, imprescindible en los principios
del bufete, y una memoria prodigiosa que recordaba datos perdidos sobre asuntos
y personas lejanos. Seguir a ratos en su mesa de siempre era una forma de
seguir en el mundo. Incluso en aquellos días de radioterapia, el hijo
acompañaba a su padre dos mañanas por semana al despacho. Tal vez formara parte
de la curación. Recluirlo en casa seguro que le hubiera hundido.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> Cuando acabaron las sesiones previstas,
el radiólogo prescribió un mes de descanso, tras el que habría que hacer un
TAC, y según hubiera ido la evolución del tumor, ya decidirían. Se sumergieron,
pues, en una nueva rutina casi parecida a la vida anterior a la enfermedad, de
la que, por cierto, seguía sin hablarse. Dos pequeñas novedades vinieron a
incordiar el plan de calma absoluta. Unos escozores a los que había que aplicar
cremas dos veces al día y un cansancio, al que llamar ligero no era del todo
exacto.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> -------------------------------<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Hay
días en la vida que se nos caen encima sin avisar y no es posible ni apartarse,
ni echarle la culpa a nadie. Cuando
fueron a la visita tras el mes de descanso, en ningún momento habían previsto la
cara seria del médico al repasar el informe del TAC. Dijo que lo del pulmón había reducido
su tamaño, pero que habían encontrado algo en el hígado. Y les remitió a
cuidados paliativos. El padre no pareció entender mucho lo que pasaba. Para el hijo, aquello fue demasiado.
Él no quiso alargar la conversación con el padre delante. Éste le dio las gracias
al doctor, como nunca olvidaba hacer, y salieron del despacho, pero ninguno de
los dos sabía exactamente adónde ir. De momento a casa, que parecía el lugar
más seguro. Pero el hijo necesitaba saber más y enseguida ideó un engaño. Que
se había dejado unos papeles en la consulta, que le esperara sentado en el
vestíbulo y que volvía enseguida. Le salió bien la astucia, pero nada más le
salió bien. A solas le aclaró el médico que no se esperaba aquello. El tumor
había tenido descendencia y parecía muy agresiva. No valía la pena irradiar
más. Dos, tres meses como mucho. Ya verían que era buena gente la del equipo de
curas paliativas. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Llevó a casa a su padre explicándole que
lo del pulmón estaba mejor y que de momento no querían hacerle más radiaciones.
Y que los nuevos médicos cuidarían de que tuviera las mínimas molestias. Al
padre le pareció bien el plan y no hizo preguntas. Nunca las hacía. Sólo le
dijo si le iría bien llevarle al día siguiente al despacho. Había unos
boletines que quería revisar cuanto antes. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> </span><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt; text-indent: 35.4pt;"> </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Fue un poco extraño lo que le sucedió al
hijo tras dejar a su padre en casa, dar una versión blanda de la situación a la
madre, que tampoco hizo preguntas, y comer deprisa, inventándose una reunión de
trabajo. Aquel día no soportaba mirar a sus padres con tanto engaño en el
estómago. Se despidió sin llevar siquiera los platos a la cocina.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">El tiempo que se les acercaba, imaginó, era como una esfinge en medio
del camino. O acertabas sus dilemas o te devoraba, decía aquel monstruo. Pero a
él le pareció que hiciera lo que hiciera, la esfinge no les iba a dejar seguir adelante
con su vida de siempre. Se sentó en un banco y cerró los ojos. Si algo bueno
podía pasarle a su padre,¡que le llegara en aquellos días que se estaban
acercando tan deprisa! Y soltó sus palabras como quien suelta un globo rojo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Extrañamente recordó entonces que la
botella de aceite de oliva Carbonell de su casa estaba en las últimas. Y fue al
entrar en un colmado cuando oyó con claridad total el viejo transistor de la
dueña. No supo a quién entrevistaban, pero cazó al vuelo que el hombre de la
radio afirmaba que tras la muerte pervive la conciencia individual y se inicia
otra forma de existencia. Por un momento no supo qué había ido a comprar. Todo en
aquel día era verdad. Todo. Pero al derrumbarse un rato más tarde en su cama,
no le quedaba ni un átomo de nada. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> -------------------------<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Los
avisos del médico se cumplieron. Los de curas paliativas eran gente
encantadora. Y la salud de su padre se fue deteriorando sin perder el tiempo.
No hubo, afortunadamente, dolores físicos importantes. Si acaso, más cansancio
y, sobre todo, una gran desilusión por la comida, un dato desmoralizador en un
hombre que había tenido algunas de sus mayores alegrías entre cocidos y
embutidos. Pero la nota más amarga de aquel tiempo de despedida vino por donde
menos se lo esperaban, y por donde nadie les había avisado.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Un día fue no recordar el nombre del
abogado para el que había trabajado tantos años. Otro, el de su sobrina más
querida. Un día no salía la palabra “bolígrafo”. Otro, el nombre del mes en
curso. El fastidio que le producía ir a por palabras que siempre le habían
llegado como el rayo le fue minando. Hablaba menos y menos claro. La médica que
le visitaba dos veces por semana empezó a preguntarle cosas. En qué año nació,
dónde, de qué había trabajado, cómo se llamaba su esposa, su hijo. El hombre se
batía como un jabato. De hecho, la primera vez se podría decir que aprobó con
nota. Entre un seis y un siete, consideró el hijo, que tampoco entendía muy
bien por qué estaba pasando todo aquello. Después ya supo que probablemente el
cerebro había sido alcanzado por lo otro. Entonces, por primera vez, vio el
final no solo inevitable sino necesario.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Y un día comprendió algo muy importante.
Fue una tarde que estaban solos padre e hijo. El padre quería decirle algo pero
no se le entendía. Y el hijo tuvo una pésima idea, que al principio le pareció
muy buena. Le trajo papel y bolígrafo para que escribiera lo que quería decir.
Él se puso manos a la obra y aquella letra impecable, que tanto le había
distinguido como el pasante de abogado de mejor caligrafía, se convirtió en
renglones torcidos, llenos más de garabatos que de palabras. El padre dejó ir
el bolígrafo herido de muerte en un órgano vital que no aparecía en ninguna
radiografía. Entonces él le dijo cuánto se alegraba de que fuera su padre. Y se
le reveló ese algo tan importante. Lo escribió días después.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Sigues
siendo tú.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Ahí
dentro estás.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Hablas
y cuesta entenderte.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Has
olvidado en qué año estamos, en qué calle vives.</span></i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Seguirás
olvidando y confundiendo.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Tomas
el lápiz y tu impecable letra tiembla, se vuelve inútil.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Te
cansan tantos intentos para pedir un simple vaso de agua. Tantos intentos para
seguir estando con nosotros, como siempre estuviste. No puedes comentar nada.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Pero
eres tú.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Con
una seguridad inexplicable, sé que eres tú. Sé que tras ese derrumbe biológico
que cada día nos trae algo nuevo, estás tú y eres tú. El de toda la vida.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Calladito
con tu bastón, sentado en un banco y mirándonos a todos, estás ahí, en el fondo
de ti mismo. Con una mirada lista y en calma. Como si esperaras un taxi privado.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Y
quien te quiere y te mira sin prisa, se ha dado cuenta. Se ha dado cuenta de
que estás entero, aquí, hoy. Mañana también lo estarás, aunque nadie pueda
reparar esos cables sueltos de tu cerebro que no dejan de enredar.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Sigues
siendo tú. Lo he sabido en un instante feliz.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Podría ser que algo parecido a la
misericordia decidiera ocuparse de que aquellos días de palabras mudas y
preguntas sin respuestas se acabaran más pronto de lo que nadie había previsto.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
UN ENTENDER NO ENTENDIENDOhttp://www.blogger.com/profile/02724945100264130290noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-1556314740316041710.post-48154711682290196912012-10-14T12:14:00.000-07:002014-03-25T12:39:19.830-07:00Cuando morir es volver<br />
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Podría
parecer que al poeta se le fue un poco la mano cuando escribió estos versos:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> <i>Me voy,<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> zarpo ahora,<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> y podría volver<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> si no me siento
satisfecho<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> con lo que he
aprendido<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> al haber muerto.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> </span></i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Robert Frost nació en San Francisco en
1874 y murió en Boston en 1963. Sin embargo, poco podían imaginarse sus lectores, o tal vez el mismo Frost, que el
desafío teñido de humor de su poema se convertiría en investigación científica
no muchos años después de su muerte.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> El fenómeno de las personas que ,
rodeadas de un equipo médico, son dadas por clínicamente muertas, pero que al
cabo de pocos minutos recuperan la vida y más tarde explican su extraordinario
viaje a un no-lugar llamado “más allá”, se viene estudiando a fondo en las
últimas cuatro décadas. Como es sabido, se le ha dado el nombre de <i>experiencias cercanas a la muerte (ECM)</i>
y los casos conocidos son, a día de hoy, muchos miles. Ya en 1982 un sondeo realizado
en Estados Unidos por The Gallup Organization concluyó que un 5% de la
población estadounidense había experimentado una experiencia cercana a la
muerte. En 1998 se hizo una encuesta en Alemania y el porcentaje fue muy
parecido.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> Creo que la historia de la
investigación de estas realidades empieza con este nombre: George Richtie.
Richtie era un joven estudiante de Medicina en 1943, cuando fue ingresado por
neumonía doble. Entonces los antibióticos no eran aún de uso corriente y, tras
una fiebre muy alta y un gran dolor en el pecho, murió. Así lo certificó el
médico del hospital. Parece ser que un enfermero presente no quiso aceptar que
no hubiera nada que hacer y propuso administrarle una inyección de adrenalina
en el pecho. A los nueve minutos de su muerte clínica, George Richtie volvió a
la vida. Tenía mucho que contar pero durante años no se atrevió. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhHu07KLPicTJsswvRdP7xD6t7CurLCPC7Mig-t3Qj7ebYc7s13jJX8fWHMezU9npqloNX2PEUOcAI3xArXFIvAmMHq_w0lEDIiuPVcocq-0aza2kRheKt97AClV9LANGQPLjxciLi3rOs/s1600/George+Richtie+ECM.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhHu07KLPicTJsswvRdP7xD6t7CurLCPC7Mig-t3Qj7ebYc7s13jJX8fWHMezU9npqloNX2PEUOcAI3xArXFIvAmMHq_w0lEDIiuPVcocq-0aza2kRheKt97AClV9LANGQPLjxciLi3rOs/s1600/George+Richtie+ECM.jpg" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> Con el tiempo se convirtió en
psiquiatra y comenzó a compartir su experiencia en clases y conferencias. Por
fin, en 1978, escribió un libro: “Regreso del mañana”. Richtie había vivido, en
aquellos minutos de muerte clínica, algunas de las vivencias más características
de este estado: dejar su cuerpo y observarlo tumbado en una cama de hospital,
poder volar y ver los acontecimientos de su vida. Pero también otro rasgo más
singular, como viajar a otras dimensiones. Lo recordaba todo con gran
precisión.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> Uno de los asistentes a una de sus
conferencias fue un estudiante de Filosofía llamado Raymond Moody. La historia
de Richtie le impactó pero simplemente la guardó en su memoria. Fue cuatro años
más tarde cuando Moody conoció a un estudiante de su universidad que también
había regresado tras estar clínicamente muerto. Lo sorprendente era que su
historia tenía muchos puntos de contacto con la de Richtie. Este fue,
probablemente, el despegue de todos los abundantes estudios que luego se han
ido produciendo, ya que Moody inició entonces
una búsqueda de casos de resucitación
clínica y pronto le fueron llegando historias. Tantas como para escribir el
libro fundacional de las ECM: “Vida después de la vida”, del que se han vendido
en todo el mundo 15 millones de ejemplares.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjiKSpkM3diAc3tqX7yX5UFt630GBv0jFc87-YzLEfwAgbIu5mt-mw-6omn1Gly9AHLteVRqkzbro2qKYTlBs_0MGc85vLSITqOJA8qexJHUgEVXQ_CMYVOHq1sdVaG76tb0MJpGbzvs2A/s1600/Raymond+Moody+y+sus+libros.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjiKSpkM3diAc3tqX7yX5UFt630GBv0jFc87-YzLEfwAgbIu5mt-mw-6omn1Gly9AHLteVRqkzbro2qKYTlBs_0MGc85vLSITqOJA8qexJHUgEVXQ_CMYVOHq1sdVaG76tb0MJpGbzvs2A/s1600/Raymond+Moody+y+sus+libros.jpg" /></a><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> </span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> La clave de estos estudios, y lo que
tiene especial sentido para tantos lectores, es que las historias se parecen
mucho. Moody ha llegado a señalar doce características de estos viajes
insospechados. Aunque no se repiten los doce rasgos siempre, la práctica
totalidad de estas historias giran en torno a
algunas, o muchas, de estas vivencias. La que sigue es una de ellas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> Fue en setiembre de 1978 cuando esta
mujer se puso de parto. Ella y su marido fueron al hospital con la comadrona. Todo parecía normal. Sin embargo, cuando ingresó en el quirófano, enseguida el
equipo médico comenzó a moverse con nerviosismo y a comunicarse en voz baja. No
le respondieron a la pregunta de si algo iba mal, pero le insistieron en que empezara
a empujar. Ella les dijo que aún no tenía contracciones. Alguien acercó con
prisa la mesita del instrumental quirúrgico. El marido se desmayó, y esto
parece que fue lo último que vio aquella mujer. Lo que siguió ya era cosa de
otra dimensión. Así lo contó ella cuando regresó.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> <i>De
golpe me doy cuenta de que estoy mirando hacia abajo, observando a una mujer
tendida en la cama con las piernas sobre los estribos. Veo a las enfermeras y a
los médicos, presas del pánico. Veo un charco de sangre sobre la cama y en el
suelo. Veo unas enormes manos presionando con fuerza la barriga de la mujer. Y
entonces veo a la mujer dando a luz a un niño. Se llevan al bebé a otra
habitación de inmediato. Las enfermeras parecen abatidas.<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> (…) De nuevo soy testigo de una gran
conmoción. Veloz como una flecha, vuelo a través de un túnel oscuro. Me embarga
un sentimiento de paz y dicha que me sobrepasa. Me siento intensamente
satisfecha, feliz, serena y llena de paz. Oigo una música maravillosa.
Contemplo hermosos colores y flores primorosas
de todos los colores del arco iris en un vasto prado. A lo lejos hay una
bellísima luz, brillante y cálida. Ése es el lugar hacia el que debo marchar.
Vislumbro una silueta con vestimenta clara. Esa figura me está esperando y
extiende una mano. Tengo la sensación de que se trata de una bienvenida efusiva
y afectuosa. Cogidas de la mano, nos movemos hacia esa hermosa y cálida luz.
Entonces ella se desprende de mi mano y se da la vuelta. Siento que algo está
tirando de mí. Reparo en una enfermera, que me abofetea con fuerza las mejillas
y me llama por mi nombre. <o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> </span></i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Esta mujer había tenido una hemorragia
al comenzar el parto, pero al principio nadie se percató. La criatura nació
muerta y ella también lo estuvo. En 1978, cuando esta historia sucedió, quienes
vivían una experiencia cercana a la muerte solían guardarla en silencio. Era
algo extraño; apenas había estudios sobre ello; la gente desconocía que era una
vivencia bastante común en personas recuperadas de una muerte clínica, y nadie
preguntaba a los protagonistas qué
recordaban de su muerte. Esta mujer tardó veinte años en encontrar a alguien
(en su caso un psicólogo que la trataba de una depresión) que supiera de qué
iba todo aquello y la animara a escribirlo. El salto adelante en el
conocimiento general de las ECM , en estos últimos tiempos, ha sido debido al
empeño y a las investigaciones de médicos y sociólogos. Quiero destacar, entre
bastantes más, dos nombres decisivos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> El primero es Elisabeth Kübler-Ross.
Doctora en Medicina, “honoris causa” por varias universidades, era una experta mundial
en tanatología y autora de libros conocidísimos, no solo entre el personal
sanitario, sino entre el público en general, como “Sobre la muerte y los
moribundos”. Fue precisamente su dedicación intensa al cuidado de los enfermos incurables, cuando la medicina
solía retirarse al concluir que ya nada se podía hacer, la que le llevó sin
pretenderlo a descubrir un caso de experiencia cercana a la muerte: el de la
señora Schwarz, muy parecido al relatado anteriormente. Lo explica en su libro
“La muerte: un amanecer”. A partir de ese momento, Kübler-Ross puso en
marcha una investigación en varios
países, con gentes de todas las edades, razas y creencias, de personas que
tenían algo que explicar tras estar
clínicamente muertas. Las conclusiones de su estudio coinciden con otros
y ella las resumió así en un texto de 1980:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> <i>Desde
el momento en que dejamos nuestro cuerpo físico nos damos cuenta de que no
sentimos ya ni pánico, ni miedo, ni pena. Nos percibimos a nosotros mismos como
una entidad física integral. Siempre tenemos conciencia del lugar de la muerte,
ya se trate de la habitación donde transcurrió la enfermedad, de nuestro propio
dormitorio en el que tuvimos el infarto
o del lugar del accidente. Reconocemos muy claramente a las personas que forman
parte de un equipo de reanimación o de un grupo que intenta sacar los restos de
un cuerpo del coche accidentado. Estamos capacitados para mirar todo esto a una
distancia de metros sin que nuestro estado espiritual esté verdaderamente
implicado.<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhMhetRO25rZYs2YtsFE6tMNq7XpdhbKpFd_B4CpTZvxYFXoCQjLilcAjx8TR_SVVkJvhM06FqUemnMEvmpQUB7uxJUWEea4UtffWAt-VqqhefDoC5dARoBlyEGZi5DiNO7j6GDI2zeI4U/s1600/K%C3%BCbler-+Ross+con+paciente.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhMhetRO25rZYs2YtsFE6tMNq7XpdhbKpFd_B4CpTZvxYFXoCQjLilcAjx8TR_SVVkJvhM06FqUemnMEvmpQUB7uxJUWEea4UtffWAt-VqqhefDoC5dARoBlyEGZi5DiNO7j6GDI2zeI4U/s1600/K%C3%BCbler-+Ross+con+paciente.jpg" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> </span></i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Los estudios que impulsó Kübler-Ross
abarcan tanto casos de resucitación como experiencias en coma o con moribundos.
Kübler-Ross ha subrayado en sus conclusiones uno de los rasgos de las ECM: la
presencia de seres queridos que habían muerto ya, aunque fuera muy poco tiempo
antes, recibiendo a quien acababa de fallecer. Nadie muere solo, decía una y
otra vez. La siguiente historia, en este caso de una mujer en su último suspiro,
refleja este rasgo del viaje al más allá.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> La protagonista era una joven india
americana. Fue atropellada y el conductor se dio a la fuga. Un extranjero
acudió a auxiliarla. Cuando la tenía en sus brazos, la joven le dijo que se
estaba muriendo, pero que había algo muy importante que podía hacer por ella.
Si un día iba a la reserva india en que vivía su familia, que le dijera a su
madre esto: “Que estaba bien y que su padre estaba ya muy cerca de ella”. Así
expiró.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> El hombre se dirigió de inmediato a la
reserva, que se hallaba a mil kilómetros del lugar del accidente. Cuando se lo
explicó a la madre, ésta le informó de que el padre de la joven había muerto de
un fallo cardiaco sólo una hora antes del accidente de la hija.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Los estudios sobre ECM no han dejado de
crecer en las últimas décadas. Uno de lo más actualizados y completos es “Consciencia más allá de la vida”, del
cardiólogo holandés Pim van Lommel.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjASV7W5z9uZ5tp1fEhQlo1SQQT2Db_pxB_d_y5Yfp0WRwOWT8bl3q6Yd9vk_58lOTzWrjCI5hZ2oECU8CyWvHsxmZ_YYfQ3NfQ2trmSuQwhONtT0DRj4vkFdpmDLj6ix3c9NidiRBvRkw/s1600/Pim-van-Lommel.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjASV7W5z9uZ5tp1fEhQlo1SQQT2Db_pxB_d_y5Yfp0WRwOWT8bl3q6Yd9vk_58lOTzWrjCI5hZ2oECU8CyWvHsxmZ_YYfQ3NfQ2trmSuQwhONtT0DRj4vkFdpmDLj6ix3c9NidiRBvRkw/s1600/Pim-van-Lommel.jpg" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> En 1969, ya ejerciendo en un hospital,
Van Lommel consiguió recuperar de un paro cardiaco a un paciente que había
estado cuatro minutos inconsciente y con el corazón parado. Todo el equipo
celebró el éxito, menos el paciente, que se mostró de entrada decepcionado por
lo que había tenido que abandonar al volver a la vida. Un túnel, luz, colores,
música, un hermoso paisaje componían la vivencia sorprendente de la que no
deseaba marchar. Pim van Lommel no sabía de qué estaba hablando aquel hombre.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> Pero en 1986 leyó el libro que ya cité
al principio: “Regreso del futuro” de George Richtie, y decidió indagar entre
los pacientes que en su centro médico hubieran sobrevivido a una muerte
clínica. Para su sorpresa, escuchó doce relatos, sobre un total de cincuenta
reanimados, con rasgos muy parecidos. A partir de ahí comenzó su propia investigación
durante veinte años, cuyo fruto es este “Consciencia más allá de la vida”. Son muchos
los casos que relata. Escojo uno especialmente sorprendente.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> Vicki nació prematura, en 1951, y en la
incubadora se le suministró oxígeno al 100%. Esto le provocó una ceguera
total. A los 22 años sufrió un gravísimo accidente de coche que le produjo
fractura de la base del cráneo y conmoción cerebral. En el hospital se afanaron
en recuperarla, al principio sin éxito, cuando sus constantes fallaron. Lo
relevante es que Vicki vio<i> </i>todo lo
que estaba intentando el equipo médico. Para ella fue terrorífico en un primer
momento, pues nunca había visto nada. Consiguió reconocerse por el anillo de
boda (que conocía por el tacto) y por su pelo. Después dejó el hospital y llegó
a donde, tal como explicó, “había árboles, pájaros y bastante gente, pero todo
ello estaba hecho como de luz Y podía
verlo, y era increíble, realmente bonito, y me sentía aturdida por esa
experiencia, porque antes ni siquiera era capaz de imaginar cómo era la luz.”<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> Vicki contó que fue recibida por dos
compañeras del colegio, Debby y Diane, también ciegas, que habían fallecido
años atrás. Ya no eran niñas, y “en
aquel lugar parecían brillantes y hermosas, sanas y vitales.”<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">De
nuevo el papel de los seres que reciben a quien comienza a adentrarse en el
espacio más desconocido para los seres humanos. Van Lommel recoge más relatos
que abundan en este hecho. Éste es otro de ellos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> <i>Durante
mi </i>experiencia cercana a la muerte <i>a
consecuencia de un paro cardiaco, vi tanto a mi abuela ya fallecida como a un
hombre que me observaba afectuoso pero al cual yo no conocía. Transcurridos más
de diez años, mi madre me confió en su lecho de muerte que yo había nacido de
una relación extramatrimonial; mi padre biológico era un hombre judío que había
sido deportado y exterminado en la Segunda Guerra Mundial. Mi madre me enseñó
una fotografía. El hombre desconocido que había visto más de diez años antes
durante mi </i>ECM <i>resultó ser mi padre
biológico.<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> </span></i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Hago ahora un alto en las historias para
formular una reflexión que reclama unas líneas. Se trata de una conclusión posible
de estos relatos, recogida y tratada por Van Lommel y otros investigadores. Si
el cerebro queda inactivo durante la experiencia cercana a la muerte (se han
hecho comprobaciones irrebatibles, como el famoso caso de Pam Reynolds), todo
apunta a que la mente humana puede actuar sin el cerebro, es decir, sin base
biológica. Y, por tanto, aunque el cuerpo quede fulminado, el ser humano es
algo más, mucho más, que continúa más allá de la vida, o mejor, en una
siguiente etapa de la vida. No hace falta subrayar la trascendencia de esta posibilidad,
hacia la que apuntan todas estas experiencias.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> Y ahora, una referencia personal.
Mientras buscaba información para este “Cuando morir es volver”, yendo de caso
en caso de regresos del más allá, recibí
el anuncio de la visita de unos amigos de mi familia. Se trata de un matrimonio
en la década de los setenta, residentes a unos 400 Km. de mi ciudad, que una
vez al año viajan para pasar unos días con todos nosotros. Y aquello que llamamos
el misterio de la vida volvió a actuar, no sé cómo ni por qué. Yo había
olvidado que ella estuvo clínicamente muerta. Sucedió hace más de veinte años. La
llamaremos María. A su marido,Gabriel. Son personas comunicativas, aunque de
este hecho nunca habíamos hablado. María no tuvo ningún problema en abrirme la
puerta de su experiencia, aunque el rato en que conversamos estuvo rodeado de
cierta solemnidad. Gabriel la escuchaba. Él también tuvo su papel, en el lado
de acá, en este viaje de María, que transcribo con sus propias palabras.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> <i>Un
día al despertar me di cuenta de que había tenido un sueño y se lo expliqué al
momento a mi marido. Se trataba de que me llevaban al hospital para hacerme una
revisión completa. El caso es que entonces yo no me sentía mal, pero no lo
dudamos y fuimos al hospital siguiendo el sueño. El primer médico me dijo que
notaba algo en la matriz. El segundo, el ginecólogo, lo confirmó y quiso que me
hiciera una ecografía. Así me detectaron un tumor del tamaño de un garbanzo en
la matriz. Me propuso operar y yo no quise retrasarlo. Quedamos para la misma
semana. Cuando estaba en la operación comenzó todo para mí.<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14pt;"><i> </i>Sucedió al final de la intervención. El corazón de María se apagó. E</span><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">l médico salió del quirófano y tuvo que comunicarle a su marido que
lo lamentaba mucho, pero que su esposa se les había ido. Tan irreversible fue el mensaje, que Gabriel
llamó sin demora a los parientes más próximos para comunicar la defunción de
María. Sin embargo, al cabo de un rato una enfermera, alborozada, le fue a buscar
para darle la sorprendente noticia. El corazón de María había vuelto a latir.
Estaba recuperando la conciencia. Lo que viene a continuación es lo que ella
había vivido en aquellos minutos trágicos para su marido, y tan distintos para
ella.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> <i>De
pronto me encontré viendo desde arriba cómo operaban a una mujer, que entonces
no reconocí que fuera yo. Enseguida se formó a mi alrededor una energía
luminosa; había muchos puntitos dorados. No era exactamente un túnel, pero la
energía se iba abriendo paso mientras me llevaba adelante. No había ningún
sonido, si acaso como una suave brisa que daba paz. Aunque al principio no
había nadie, yo me sentía arropada por aquella energía. Divisé al fondo un
grupo de gente con túnicas blancas. Vi un jardín, plantas, árboles ¡todo era
precioso! Y una de aquellas personas abrió los brazos para recibirme. Yo quería
llegar ya a ellos. Pero entonces se oyó una voz: “María, aún no es tu tiempo”.
Esto es lo que dijo exactamente, y quien me esperaba con los brazos abiertos,
los bajó de inmediato. Y fue como si la misma energía que me había llevado
hasta allí me devolviera a mi cuerpo, aquel que al principio no había
reconocido como mío.<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> </span></i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Los investigadores de estas experiencias
han llegado a la conclusión de que quienes las viven salen transformadas de
ellas, suelen dar un salto espiritual muy importante. Pregunté a María si algo
había cambiado en ella.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> <i>Sé
positivamente que hay algo después. No tengo ningún miedo a morir. También sé
que no se nos castiga. Somos nosotros los que nos castigamos con nuestras
acciones.<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> Y no me siento nunca sola. Agradezco
cada día todo lo que tengo.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> </span></i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Muchas otras historias, muchos otros
nombres de investigadores podría añadir a la lista de protagonistas de este
“Cuando morir es volver”, pero hay que poner un punto final. Sin embargo, tengo
la sensación de que esta historia de revelaciones del camino desconocido que
nos espera a todos, no ha hecho más que empezar.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> <o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> </span><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> </span></div>
UN ENTENDER NO ENTENDIENDOhttp://www.blogger.com/profile/02724945100264130290noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-1556314740316041710.post-45634678336980317452012-09-18T03:39:00.000-07:002012-09-18T09:01:51.991-07:00 Dos hombres en el mismo camino: Richard Bucke y Walt Whitman. <br />
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Esta
historia también podía haberse titulado “Dos hombres y un destino”, como la
famosa película, pero con una diferencia. Aquí el destino no hubiera sido
simplemente el de ellos dos, sino también el destino de todos nosotros, los que
estuvieron, los que estamos, los que llegarán a nuestro mundo. Lo diré de otro
modo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> Entrar en el corazón de la experiencia vital de Richard
Bucke y de Walt Whitman es vislumbrar un conocimiento y una actitud vital que
parecen estar esperándonos a los demás, y de los que ellos, con diferentes palabras,
mucho nos dejaron escrito. Esta vida que nos aguarda queda lejos de la mayoría
de nosotros, pero se halla aquí mismo. Sería la dirección hacia la que lentamente
estamos evolucionando, quizá no todos, quizá no siempre, incluso aunque a
menudo pueda parecer todo lo contrario. Diré algo de las vidas de estos dos
hombres, de su encuentro y, por supuesto, de ese mundo que ellos vieron y vivieron,
y que por ahora tal vez a muchos nos parezca extraño, imposible, aunque su
belleza nos conmueva.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> Richard Meurice Bucke nació en
Inglaterra en 1837, pero al año su familia se instaló en Canadá y a lo largo de su vida cruzó la frontera con
Estados Unidos varias y decisivas veces. Walt Whitman era 18 años mayor. Nació
el 1819 en Nueva York, en Long Island, isla a la que él llamará en su poesía
con el nombre indio: Paumanok. Bucke será psiquiatra, y sentirá pasión por la
poesía. Whitman será uno de los grandes poetas de América, y nos mostrará
registros poco conocidos del alma humana. Inicio la historia de estos dos
hombres por el más joven. Él nos llevará al encuentro de Whitman.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> ¿Por qué Richard Bucke dejó el hogar
familiar, en Canadá, a los 17 años y se fue en busca de trabajo al Medio Oeste
americano? ¿Tuvo mucho que ver que su madre muriera cuando tenía 7 años? ¿O que
su madrastra muriera a sus 16? ¿O tal vez fuera la relación con su padre, un
pastor protestante que además había sido su profesor, pues Bucke no fue a la escuela?
¿O sería la causa determinante una profunda inclinación por la aventura que,
bajo otras formas, reaparecerá a lo largo de su vida? No he hallado respuesta a
estas preguntas, pero el hecho es que durante más de tres años, el joven Bucke
trabajó en distintos oficios y tuvo que afrontar situaciones límite en Estados
Unidos. En una ocasión vivió un enfrentamiento con los indios shoshone, cuyo
territorio estaba cruzando, y un tiempo más tarde la tragedia le rozó la cara y
probablemente le avisó de que había llegado la hora de un cambio. Sucedió
cuando atravesaba unos montes en el
Lejano Oeste. El grupo de exploradores con el que viajaba quedó atrapado en
medio de un tiempo gélido. Su compañero de ruta y amigo Allen Grosh murió. Él
perdió un dedo de una mano por congelación. Eran los días finales de 1857 y
Richard Bucke volvió a casa. Pronto comenzaría una etapa muy distinta.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> En 1858 consiguió ingresar en una
prestigiosa Facultad de Medicina de Canadá. Fue un buen estudiante y se
licenció, con varios premios, cuatro años más tarde. Había orientado su vida
hacia la medicina, ya para siempre, aunque no sería esta su única aventura
vital en las siguientes décadas. Viajó a Londres y a París para completar
estudios, y en 1865 se instaló definitivamente en Canadá para ejercer como
doctor en medicina general. Serían diez años, tras los cuales comenzaría su
decisiva etapa en un hospital psiquiátrico en Ontario, en una época en que
tratar la llamada locura era entrar en un laberinto a oscuras. Bucke fue, hasta
cierto punto, un reformador y favoreció el trato cercano con los pacientes, la
práctica de los deportes y lo que hoy llamaríamos terapia ocupacional, buscando
nuevos caminos de tratamiento de la insania mental.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg_mLyoDxNdjWg8TfMUs5ndfBW8TPRcFGCVXtBhRef-yPB3xrP0cBKOdWTuxJj1xrIDoo-dJs7kIvpKOcEtv0Owi7IXs1xCH8tux87m_H1C1SStAxIXVx2FcwpW4nD-2vkgwfroRUBAnEU/s1600/Ricahrd+Bucke+joven.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg_mLyoDxNdjWg8TfMUs5ndfBW8TPRcFGCVXtBhRef-yPB3xrP0cBKOdWTuxJj1xrIDoo-dJs7kIvpKOcEtv0Owi7IXs1xCH8tux87m_H1C1SStAxIXVx2FcwpW4nD-2vkgwfroRUBAnEU/s1600/Ricahrd+Bucke+joven.jpg" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> Pero fue en la década anterior, la que
va de 1865 a 1875, cuando sucedieron en la vida de Bucke dos hechos
fundamentales, y relacionados entre sí, que son los que me han movido a
escribir sobre él. A Bucke le gustaba la poesía y tal vez por ello un amigo
geólogo, Thomas Sterry, le dio a conocer “Hojas de hierba”, la obra poética de
Walt Whitman. Fue una revelación. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> <i>¿Ha
supuesto alguien que es venturoso nacer?<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> Me apresuro a informar a él o a ella
que lo es tanto como morir.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> Y sé lo que digo.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> Muero con los que agonizan y nazco con
el bebé recién lavado,<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> y no quepo entre mi sombrero
y mis zapatos.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> Y escruto diversos objetos: no hay dos
iguales y cada uno es bueno.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> Buena la tierra y buenas las estrellas
y bueno cuanto va con ellas.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> </span></i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Versos de esta índole conmocionaron a
Bucke. No sólo a él, pues las sucesivas ediciones de “Hojas de hierba” no
dejarían indiferente a casi ningún lector. O deslumbraban o suscitaban rechazo.
Bucke fue mucho más que un lector devoto del poeta americano. Sin saberlo había tomado contacto con un autor clásico de la
literatura, con un amigo, con un paciente y con un mensaje en clave de su
destino que pronto le cambiaría la vida. Mientras tanto, Bucke aprendía de
memoria muchísimos versos de los largos poemas de Whitman. Como éstos, probablemente:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Al comenzar mis
estudios, el primer paso me agradó tanto,<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">el mero hecho de
la conciencia, estas formas, el poder del movimiento,<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">el último
insecto o animal, los sentidos, la vista, el amor;<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">el primer paso,
como digo, me sobrecogió, agradándome tanto<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">que apenas he avanzado
algo y apenas he deseado continuar.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Casi prefiero
detenerme y vagar para siempre, con el fin de cantarlo<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> en canciones extáticas.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"><br /></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg1HGymcR65tYQ4GPXpm5zjDp66WLlddZtLwsw8M7OBME8gHgHVFrsxT_ZtNNum_ddg-LOVJ2xKQNr8DS7F6rHjMqfqSPrei2Z532ZxAfMwodFJFTIGZbFCy3zaVKZp-zdn3m1HaE2A9cQ/s1600/Walt+Whitman.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg1HGymcR65tYQ4GPXpm5zjDp66WLlddZtLwsw8M7OBME8gHgHVFrsxT_ZtNNum_ddg-LOVJ2xKQNr8DS7F6rHjMqfqSPrei2Z532ZxAfMwodFJFTIGZbFCy3zaVKZp-zdn3m1HaE2A9cQ/s1600/Walt+Whitman.jpg" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> <o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> </span></i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Cuando
en 1877 Bucke viaja a New Jersey para conocer a Walt Whitman, éste ya
tiene 58 años. Había sido el segundo de nueve hijos, en una familia que acabó
teniendo graves problemas económicos. A los once años abandonó los estudios y
comenzó a trabajar. En su ajetreada existencia habrá años de impresor, de
maestro, de periodista (llegó a tener su propio periódico) y de ayudante de
fiscal. La Guerra de Sucesión (1861-1865)
la vivió con los ojos bien abiertos y la cabeza entre los partidarios de
la abolición de la esclavitud. Conmovido por los cuerpos heridos en las
batallas, se alistó como enfermero voluntario. Admiró a Abraham Lincoln y le
dedicó algunos poemas. Uno de ellos, el que empieza con “¡Oh, capitán, mi
capitán!”, gozó de una popularidad añadida a finales del sigloXX, gracias a una famosa película: “El club de los
poetas muertos”. Era el sobrenombre con el que un revolucionario profesor de
Literatura de un tradicional colegio americano, proponía a sus alumnos que le
llamaran, en vez del convencional “Profesor Keating”.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhIO2bCO3O60mSCvlYHbBE2mrn7i8LmGm0pPnD88XzsjA4oTjpKEW5w9-a_SbXROlqtSpbE6054qWuaAQMSa6_Sf9crJ6mZFPp3_2Tsg0lcq94v3gVuUexvaO7vDHMfZZ9Vr1PnSa7T5Q8/s1600/Oh+capit%C3%A1n+mi+capit%C3%A1n+imagen+de+El+club....jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhIO2bCO3O60mSCvlYHbBE2mrn7i8LmGm0pPnD88XzsjA4oTjpKEW5w9-a_SbXROlqtSpbE6054qWuaAQMSa6_Sf9crJ6mZFPp3_2Tsg0lcq94v3gVuUexvaO7vDHMfZZ9Vr1PnSa7T5Q8/s1600/Oh+capit%C3%A1n+mi+capit%C3%A1n+imagen+de+El+club....jpg" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> </span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> En
1855,apareció la primera edición de “Hojas de hierba”, con 12 poemas y costeada
por el mismo autor. Al año siguiente, la segunda, con 32 poemas, ya a cargo de
un editor. La obra no dejaría de crecer en sucesivas impresiones. Walt Whitman
le añadiría poemas hasta la versión definitiva, en 1892, poco antes de
fallecer. Whitman escribía sin contar las sílabas ni rimar sus versos,
transgrediendo la norma vigente en poesía. El ritmo estaba en las palabras y en
un desbordamiento del sentimiento hacia todo, en una proximidad con lo menos
nombrado, como nunca antes se había
cantado.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">En todas las
personas me veo a mí mismo. Nada más y absolutamente <o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">nada menos;<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">y lo bueno o
malo que de mí mismo digo lo digo de los demás.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Sé que soy
fuerte y saludable.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Hacia mí los
objetos convergentes del universo fluyen continuamente<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">en forma de
mensaje escrito. Debo descifrarlo.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Sé que soy
inmortal.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Sé que esta
órbita mía no puede ser eliminada por el compás <o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">del carpintero.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Sé que no moriré
como muere el fulgor del tizón agitado por el niño<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">en la noche.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> </span></i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Esta ampliación del radio del corazón
posiblemente impactó en Bucke más hondamente de lo que él pudo captar en un
principio. Era uno de los ingredientes esenciales en “Hojas de hierba” y
conviene retenerlo en la memoria por lo que pronto se explicará de Bucke, una
noche en Londres.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">A través de mí,
muchas voces mudas durante mucho tiempo.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Voces de
interminables generaciones de prisioneros y esclavos;<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">voces de
enfermos y de desesperados y de ladrones y enanos;<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">voces de ciclos
de preparación y crecimiento<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">y de los lazos
que unen a las estrellas y de las matrices <o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">y de la simiente
paterna<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">y de los
derechos de aquellos a quienes otros sojuzgan;<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">de los
deformados, los triviales, chatos, tontos, despreciados.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Niebla en el
aire, escarabajos que hacen rodar bolas de estiércol. <o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> En 1873 Whitman sufrió su primer infarto
cerebral, que le dejó secuelas físicas en forma de parálisis. Vivía en New Jersey, comenzaba a ser muy conocido
no sólo en América, también en Inglaterra. El famoso escritor británico Oscar
Wilde le visitó. Era el año 1882. Cinco años antes lo había hecho Richard
Bucke. Cuando viajó para conocer personalmente al poeta, no sólo llevaba consigo
su admiración, sino una vivencia arrasadora, aunque brevísima, acaecida un
tiempo atrás y en la que Whitman, indirectamente, algo había tenido que ver.
Habrá que volver ahora al médico de Canadá que leía poesía. Va a ser el momento
clave de su existencia.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> Ocurrió en un viaje de Bucke a Londres
en 1872. En aquel tiempo<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> él ejercía de médico en Canadá y estaba casado con Jessie Gurd desde el 1865,
con quien llegaría a tener ocho hijos. Posiblemente por motivos profesionales le
encontramos en Londres. Una noche visitó a unos amigos, al parecer también
amantes de la poesía. La velada estará marcada por la lectura de poemas: de Keats,
de Shelley y, sobre todo, de Walt Whitman. Que Bucke se hallaba inspirado y con
una notable elevación de espíritu cuando se despidió, parece evidente. Pero no
suficiente para justificar lo que a los pocos minutos le sucedió. Estaba en el
coche de caballos que le llevaba de vuelta a su habitación. Se sentía muy
distendido mientras recordaba momentos dichosos de aquel encuentro con amigos y versos. Él contó así lo que al poco
le sobrevino:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> <i>De
súbito, sin aviso de tipo alguno, me encontré envuelto en una nube del color de
las llamas. Por un momento pensé que había fuego, una inmensa fogata en algún
lugar cerca de la ciudad; más tarde pensé que el fuego estaba dentro de mí.
Inmediatamente me sobrevino un sentimiento de alegría, de felicidad inmensa
acompañada o seguida de una iluminación intelectual imposible de describir.
Entre otras cosas, no llegué simplemente a creer sino que </i>vi <i>que el universo no está compuesto de materia
muerta, sino que por el contrario constituye una presencia viva; me hice así
consciente de la vida eterna. No era la convicción de que alcanzaría la vida
eterna, sino la consciencia de que ya la poseía; vi que todos los seres humanos
son inmortales, que el orden cósmico es tal que, sin duda, todas las cosas
trabajaban juntas por el bien de todas y cada una de ellas; que el principio
básico del mundo, de todos los mundos, es el que llamamos amor; y que la
felicidad de cada uno y de todos es, a largo plazo, absolutamente segura.<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> </span></i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Lo que Richard Bucke vivió sería el mayor regalo que podrían recibir tantos buscadores que se han
preguntado por el misterio de la vida. Principalmente porque no fue obra de su
pensamiento. Bucke bien se encargó de aclarar que <i>vio</i>, que supo de una manera profunda, irrebatible, el alcance
último de la existencia de todo. La iluminación se produjo, o le fue concedida,
pero no la creó su mente individual. Y tuvo esa visión total en pocos segundos,
según afirmó. Es momento de sostener en una mano las palabras de Bucke y en la
otra las de Whitman. Lo que dejó escrito, muy en esencia, el psiquiatra fue:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> <i>(…)que
el orden cósmico es tal que, sin duda, todas las cosas trabajaban juntas por el
bien de todas y cada una de ellas; que el principio básico del mundo, de todos
los mundos, es el que llamamos amor; y que la felicidad de cada uno y de todos
es, a largo plazo, absolutamente segura.<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> </span></i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Y Whitman había escrito:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Con rapidez
eleváronse y extendiéronse en torno a mí la paz y<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">el conocimiento
que están más allá de toda discusión en la tierra.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Y sé que la mano
de Dios es mi propia promesa<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">y se que el espíritu
de Dios es hermano del mío<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">y que todos los
hombres que han existido son también mis hermanos<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">y las mujeres,
mis hermanas y amantes,<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">y que uno de los
pilares de la creación es el amor,<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">y que no tienen
fin las hojas de los campos, rígidas o lánguidas,<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">y que tampoco lo
tienen las hormigas morenas<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> en sus pequeños pozos subterráneos,<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">ni las costras
mohosas del seto, las piedras amontonadas, el saúco,<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> el pasto y la cizaña.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> </span></i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Bucke y Whitman crearon una profunda
amistad a partir de su encuentro en 1877.
Aquél se convirtió también en su médico y en una de sus personas de confianza.
Con los años incluso escribió una biografía del poeta y colaboró en la edición
de sus obras completas. Pero hay más.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> Bucke quedó ciertamente marcado por su
experiencia de aquella noche. No era para menos. Y le dio un nombre: “conciencia
cósmica”. Durante años se dedicó a estudiarla y en 1901 apareció su libro con
el mismo título, hoy un clásico sobre la evolución de la consciencia humana.</span><br />
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEilxHG3dtzMu4G32YwIyBl3Pqp8fSjnGcHtLJwCr7KH4VAwKPCwoAhjhQSN4h0HO3Y4MSw-1sB3AcJEPBcW0667IsQ82Uy97I7TwNxBFk79CvjWj-TOKo2vzI0TTFs9Eqx0MwsVVDvzpo0/s1600/Richar+Bucke+y+su+libro.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEilxHG3dtzMu4G32YwIyBl3Pqp8fSjnGcHtLJwCr7KH4VAwKPCwoAhjhQSN4h0HO3Y4MSw-1sB3AcJEPBcW0667IsQ82Uy97I7TwNxBFk79CvjWj-TOKo2vzI0TTFs9Eqx0MwsVVDvzpo0/s1600/Richar+Bucke+y+su+libro.jpg" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> </span><br />
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> Dos de sus conclusiones es imprescindible
subrayarlas. Una, que tal experiencia de visión iluminada la habían tenido,
entre otros, algunos nombres conocidos de la historia: Buda, Jesús, San Pablo, Plotino,
Mahoma, Dante, San Juan de la Cruz, Ramakrishna, William Blake…y Walt Whitman. La otra, que la conciencia cósmica era el
siguiente estadio de evolución de la humanidad. La primera etapa había sido la
de la “conciencia simple”, el registro de las sensaciones. La segunda, en la
que la humanidad se mueve hoy, sería la conciencia individual. En sus palabras:
(el ser humano) “ se da cuenta de que es
una criatura separada o autoexistente
dentro de un mundo del que se encuentra aparte”. La conciencia cósmica, experimentada de forma
creciente cada vez por más individuos, sería ese mundo (interior), ese fulgor
de sabiduría y amor, que nos estaría esperando en algún recodo de nuestro camino evolutivo.
Bucke lo vivió en unos segundos de luz imborrable y escribió un ensayo decisivo
sobre ello. Según él, Whitman ya estaba impregnado de tal vivencia y sus versos
irradiaban esa fusión con todo, alimentada de amor por todo. La pasión que los
primeros poemas de Whitman habían despertado en Bucke, el impacto que le
produjo conocerlo personalmente, la lectura de sus versos en la noche en que
tuvo su iluminación, o la gran confianza que Whitman depositó en él,
colaborando en la escritura de su primera biografía que Bucke escribió,
viajando a Canadá y hospedándose un tiempo en su casa, confiándole la edición
de su obra póstuma…todo parecía estar llevado por un hilo que les unía : el
mismo descubrimiento de la grandeza de corazón y la profundidad de comprensión
a las que el ser humano está llamado.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> ----------------------------------<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Llegamos
al fin del trayecto de estos “dos hombres en el mismo camino”. Whitman se apagó
en 1892, cuatro años después de sufrir otra parálisis. Richard Bucke, que le
había guiado a distancia como médico, estuvo con él en sus momentos finales.
Quizá en sus últimos días el poeta se dedicaba a revivir lo que había escrito
tiempo atrás:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> <i>Ahora
me limitaré a escuchar,<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> para que cuanto escucho enriquezca este
cantar<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> y los sonidos contribuyan a
acrecentarlo.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> Oigo arias de bravura a cargo de
pájaros, el murmurar del trigo<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> que se agita, chismorreos de llamas, el
crepitar de maderas<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> que cocinan mi comida.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> Oigo el sonido que amo: el sonido de la
voz humana.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> Oigo todos los sonidos al mismo tiempo,
combinados, fundidos<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> o siguiéndose.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> (…)<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> Por fin me incorporo de nuevo para
sentir el enigma de los enigmas,<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> que llamamos la Existencia.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"><br /></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjqZoxufjceJKiryjNPVcIbFi0H9YKN65rmnVDNw-RQJ_3NY18UZWdDGF8lN0bASUSuFFK8AYWYcm4b9MqsOtvyeCTSj3fSjEBpaeCcpvxLD6adgaK4NFgqYR3Of6W2wEMphjFYrrG5SzM/s1600/Walt+Whitman+con+dos+ni%C3%B1os.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjqZoxufjceJKiryjNPVcIbFi0H9YKN65rmnVDNw-RQJ_3NY18UZWdDGF8lN0bASUSuFFK8AYWYcm4b9MqsOtvyeCTSj3fSjEBpaeCcpvxLD6adgaK4NFgqYR3Of6W2wEMphjFYrrG5SzM/s1600/Walt+Whitman+con+dos+ni%C3%B1os.jpg" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> <o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> </span></i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Richard Meurice Bucke no pudo estar apenas
presente en el éxito de su libro. Un año después de su aparición (1901),
resbaló frente a su casa a causa del hielo y falleció como consecuencia de las
heridas. Era febrero de 1902. Tal vez no le importó. Había vivido sesenta y
cinco años con gran intensidad. Además
tenía una cita pendiente a la que no podía acudir sin previamente cerrar los ojos de manera definitiva . Ésta era la
dedicatoria con que se iniciaba su libro “Conciencia cósmica”, dirigida a su
hijo Maurice Andrews Bucke, que había fallecido
dos años antes a los 31 años .<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> <i>Querido
Maurice:<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> Hace un año, en la aurora de la juventud, de la
salud y de la fuerza, en un segundo, un terrible y fatal accidente te ha llevado
para siempre de este mundo donde tu madre y yo todavía vivimos. De todos los
jóvenes que he conocido, tú eras el más puro, el más noble, el más honrado, el
de mejor corazón. (…) Cómo nos hemos sentido con ocasión de tu pérdida –cómo
aún nos sentimos- no lo registraría, aunque pudiese. Deseo hablar aquí de mi
esperanza confiada, no de mi dolor. <o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Yo
diría que, mediante las experiencias que constituyen la base de este volumen, he aprendido que, pese a la
muerte y a la sepultura, a pesar de que
te encuentres más allá del alcance de nuestra vista y oído, aunque el universo
sensorial dé testimonio de tu ausencia, tú no estás muerto ni de hecho ausente.
Tú permaneces vivo y bien, y no te encuentras lejos de mí en este momento.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> (...) Ahora falta apenas un poco más
para que estemos juntos otra vez y con nosotros estarán aquellas otras almas
nobles y amadas que han partido antes. Estoy convencido de que te encontraré y
a ellas también; tú y yo conversaremos acerca de mil cosas. Y percibiremos
claramente que todo formaba parte de un plan infinito que era sabio y bueno. ¿Tú
me ves y apruebas mientras escribo estas palabras? En ese caso sabes cuánto te
quería mientras has vivido lo que aquí denominamos vida, y cómo te has vuelto
más querido desde entonces.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> Debido a los vínculos indisolubles de
nacimiento y muerte, forjados entre nosotros por la naturaleza y por el
destino, gracias a mi amor y a mi tristeza, y por encima de todo a causa de la
confianza inextinguible e infinita que existe en mi corazón, te dedico a ti mi
libro.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">¡Hasta pronto,
mi querido muchacho!</span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> Tu padre<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Whitman y Bucke en un mismo camino. La
poesía del primero era un abrazo inagotable hacia cualquier fragmento de vida.
Bucke descubrió que la realidad, la creación para algunos, es el proyecto de un
gran abrazo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Aquí acaba esta historia.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> </span><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> </span></div>
UN ENTENDER NO ENTENDIENDOhttp://www.blogger.com/profile/02724945100264130290noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-1556314740316041710.post-66412114498605836852012-08-10T12:02:00.000-07:002013-09-18T11:14:04.333-07:00En busca del presente perdido: Eckhart Tolle<br />
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Eckhart
Tolle parece haber venido al mundo para repetir una idea, aparentemente muy
simple, pero de incalculables consecuencias: que entre el pasado y el futuro de
cada ser humano hay un lugar interior donde vivir. Es el presente. Él suele
llamarlo también “el ahora”. La trascendencia de esta observación es enorme,
como parecen ir descubriendo los millones de lectores de sus obras en todo el
mundo, a medida que van experimentando, por sí mismos, qué aspecto de la
conciencia está tocando este hombre.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> Vivir en el ahora quiere decir no estar
proyectado constantemente hacia el pasado o hacia el futuro por la actividad
incesante del pensamiento, lo cual parece ser el hábito más arraigado del
género humano. La mente, dirá Eckhart Tolle, es muy útil para resolver
situaciones concretas, programar actividades necesarias, sacar conclusiones en
un momento dado…pero es nefasta si no está a nuestro servicio, sino nosotros al
suyo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> <i>La
mente es un instrumento soberbio si se usa correctamente. Sin embargo, si se
usa incorrectamente, se vuelve muy destructiva. Para decirlo con más precisión,
no se trata tanto de que usas la mente equivocadamente: generalmente no la usas
en absoluto, sino que ella te usa a <u>ti</u>. Ésa es la enfermedad. Crees que
tú <u>eres</u> la mente. Ése es el engaño. El instrumento se ha apoderado de
ti.(…)¿Puedes liberarte de tu mente cuando lo deseas? ¿Has encontrado el botón
para apagarla?<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">El pensamiento, pues, deviene compulsivo,
por regla general. Es esa voz incesante en la cabeza, que suele acompañarnos desde
que amanecemos hasta que reingresamos en el sueño. Y una de las consecuencias
de esta actividad es que nos lleva a una confusión lamentable: creemos que
somos lo que no somos, es decir, creemos que somos lo que pensamos, e inconscientes
de este error podemos gastarnos la vida entera.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">La
mente te está usando a ti. Estás identificado con ella inconscientemente, y ni
siquiera sabes que eres su esclavo. Es como si estuvieras poseído sin saberlo,
y crees que la entidad posesora eres tú. La libertad comienza cuando te das
cuenta de que no eres la entidad posesora, el pensador. Saber eso te permite
observar la entidad. En el momento en que empiezas a <u>observar al pensador</u>
, se activa un nivel de conciencia superior. Entonces empiezas a darte cuenta
de que hay un vasto reino de inteligencia más allá del pensamiento, y de que el
pensamiento sólo es una pequeña parte de esa inteligencia. También te das
cuenta de que todas las cosas verdaderamente importantes —la belleza, el amor,
la creatividad, la alegría, la paz interna— surgen de más allá de la mente.
Empiezas a despertar.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> A
la pregunta que tanto nos repetimos de quién soy yo (insistamos en esta idea
decisiva) solemos respondernos : yo soy este pensamiento, y el siguiente, y el
otro y aquél que tuve, y el que tendré mañana…La voz permanente en la cabeza,
el esquema de la vieja conciencia, dirá Tolle. Pero si yo no soy mis
pensamientos, entonces,¿ qué soy? <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">El
que ve eso. La conciencia que es anterior al pensamiento, el espacio en el que
tiene lugar el pensamiento (o la emoción, o la percepción sensorial).<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Para poder acceder a esta lucidez, que
es la libertad de usar nuestra mente cuando lo creemos oportuno, y no más, hay
que centrarse en el momento presente, repetirá Eckhart Tolle una y otra vez y
desde múltiples ángulos de visión. ¿Cómo se consigue vivir el ahora? ¿Qué
ocurre cuando lo logramos?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Voy a dejar las respuestas para más
adelante, pues aún no he presentado al protagonista de esta historia. La razón
de no haberlo hecho al principio ha sido doble. Por una parte, Tolle se ha
convertido en alguien muy popular en los últimos quince años. Muchos lectores
ya saben de él. Pero, por otra parte, Eckhart Tolle no parece que tenga especial
interés en que se hable de su vida. Su intención clara es dar a conocer el mapa
interior de la conciencia y cómo moverse en él para alcanzar paz y sabiduría.
Sus detalles biográficos no los oculta, pero tampoco los promociona. Que no
insista en referirse a un pasado (su propia vida) es bien coherente con su
visión del ser humano. Pero yo creo interesante decir algo de este hombre,
sobre todo porque este recorrido por lo esencial de su obra va a culminar con
lo que le ocurrió cuando contaba 29 años, antes de todo esto, cuando no era Eckhart
Tolle, sino Ulrich Tolle, y nada sospechaba del poder del ahora ni de lo que
nos aguarda felizmente en el fondo de nuestro ser esperando a que aprendamos a
descubrirlo, que es a lo que él consagra su vida desde aquel suceso que
explicaré.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiZNIgb2GvS3fm5pieIiNuVavyVzMxEOv0PeA0NdNnscky4FoF2P2ZDFM4gpINhXOShA36oEg_xvPpR5iHYlZjYOLx_EefBYO4AXkFpa5pQcc5Xxx5pj_-69ZwlLoF5Ce3LGswrs13rmuo/s1600/Eckart+tolle+1.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiZNIgb2GvS3fm5pieIiNuVavyVzMxEOv0PeA0NdNnscky4FoF2P2ZDFM4gpINhXOShA36oEg_xvPpR5iHYlZjYOLx_EefBYO4AXkFpa5pQcc5Xxx5pj_-69ZwlLoF5Ce3LGswrs13rmuo/s1600/Eckart+tolle+1.jpg" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> </span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> Tolle nació en algún lugar de Alemania
en 1948. Cuando sus padres se separaron, él siguió a su padre a su nuevo
destino: España. Tenía 13 años y acabó instalado en Alicante, donde el padre
viviría hasta el final de sus días, muy contento con su nueva adopción.
“Alicantino, borracho y fino”, bromeaba el señor Tolle, y Eckhart lo contó, en
un muy buen español, durante una conferencia en Barcelona. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> Desde los 13 hasta los 19 años vivió en
Alicante, sin asistir a la escuela, pero sin dejar de leer y aprender por su
cuenta. A los 19 se fue a vivir a Inglaterra, dio clases de idiomas y se
preparó para poder ingresar en la Universidad, lo que consiguió a los 22 años,
en la Universidad de Londres. Cada año volvía a Alicante para visitar a su
padre. Su vida como universitario iba bien. Recibió una beca de postgrado en la
prestigiosa Universidad de Cambridge, donde ejercería la investigación. Pero su
vida personal naufragaba en medio de episodios de ansiedad, depresión y miedo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Esta
era la realidad de Ulrich Tolle hasta los 29 .<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> Si damos un salto hacia adelante de 20
años, aquel joven sumido en el desasosiego, con ocasionales pensamientos
suicidas, se había convertido en el autor de un libro llamado “El poder del
ahora”, que iba firmado por Eckhart Tolle, su nuevo nombre para una nueva vida.
Con 3000 copias de inicio, el libro fue impactando a sus primeros lectores,
quienes no dejaban de recomendarlo. Por último, llegó a manos de la popular
presentadora de televisión en América Oprah Winfrey, que le dio un gran trato.
La fama del autor y la de su libro se multiplicaron. Lo mismo ocurrió con otro posterior (“Un mundo nuevo, ahora”)
y, en general, el mensaje de Tolle fue alcanzando una popularidad creciente.
Hasta 11 millones de personas llegaron a estar conectadas a unas charlas que
Tolle dio en el programa de Oprah Winfrey. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg5AWvkcMx8A1buIF15oGcT9xT5kQFA0-nDhLHotVpciYc3Ebwg8H-i_jjj5y1bFF2wW48k3VYkI7OPT2nfKDjeLn37XCkHd-19n9SC8Du7gsjCMdrSyWV78JBozSEgtyPQOQR8bRevETA/s1600/E.+Tolle+y+O.+Winfrey+2.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="145" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg5AWvkcMx8A1buIF15oGcT9xT5kQFA0-nDhLHotVpciYc3Ebwg8H-i_jjj5y1bFF2wW48k3VYkI7OPT2nfKDjeLn37XCkHd-19n9SC8Du7gsjCMdrSyWV78JBozSEgtyPQOQR8bRevETA/s320/E.+Tolle+y+O.+Winfrey+2.jpg" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> </span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Hoy
sus libros llevan vendidos más de 8 millones de ejemplares y han sido
traducidos a 32 idiomas. Es el autor de temática espiritual más conocido en
Estados Unidos, y algo parecido le ocurre en otros lugares del mundo. ¿Qué
sucedió para que aquel hombre de apenas treinta años, que se arrastraba por la
vida casi sin fuerzas, llegara a formular una nueva manera de abordar la paz
interna y, sobre todo, llegara a conectar con tantísima gente que parecía, y
parece, estar esperando que alguien les hable así?:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Cuando
cesa el esfuerzo compulsivo por alejarse del ahora, la alegría del Ser fluye en
todo lo que haces. En cuanto tu atención se orienta hacia el ahora, sientes una
presencia, una quietud, una paz. Ya no dependes del futuro para conseguir la
satisfacción o la realización, no buscas en él la salvación. Por lo tanto, no
te apegas a los resultados. Ni el éxito ni el fracaso pueden cambiar el estado
de tu Ser interno.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Poco propenso, como dije, a hablar de sí
mismo y del pasado, Eckhart Tolle, no obstante, quiso explicar cómo empezó su
nueva vida, cómo salió del pozo, rescatado repentinamente por una comprensión
profunda de su estado mental, y cómo pasó de sentir su existencia como un peso
insoportable a descubrir belleza en cada cosa, a cada momento, durante meses, y
todavía hoy con repetida frecuencia.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Aún no había cumplido los treinta. Debió
de suceder en Inglaterra, donde entonces estaba becado en una universidad.
¿Cuánto había de ansiedad, de pánico o de depresión en su cabeza en aquel
tiempo? Quien ha probado algunas de estas pócimas sabe que si retornan un día y
otro y otro acaban por convertir la vida en una amargura insoportable. La
posibilidad de borrarse del mapa no estaba descartada. De pronto, una noche
despertó aterrorizado. Todo lo que vio en su habitación, e imagino que todo lo
que sabía que le esperaba más allá de sus cuatro paredes, le resultaba
detestable y sin ningún sentido.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Entonces tuvo un pensamiento: “No puedo
vivir conmigo”, que le dejó perplejo. Si no podía vivir con él mismo, es que
debía de haber dos “yo”. Era como cuando uno dice que no puede vivir con otra
persona, sólo que esa otra llevaba su mismo nombre. ¿Cuál de los dos “yo” era
real?, pensó. Pero no estaban las cosas como para ponerse a analizar más. Un
miedo arrasador le invadió y no supo cómo detenerlo. Justo en ese instante le
llegaron unas palabras. No las pensó, sino que surgieron, en su cabeza, en su
pecho, él no sabía de dónde procedían. “No te resistas a nada”. Y Ulrich Tolle
no se resistió. El miedo fue remitiendo y esa fuerza que parecía absorberle le
hizo perder la conciencia. Se desmayó o simplemente se durmió profundamente. Él
no lo precisa, pero aquel episodio aterrador cesó.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Al cabo de un tiempo le fueron
despertando los trinos de un pájaro. Con los ojos aún cerrados vio la imagen de
un diamante. Abrió los ojos. Tolle aún no lo sabía, pero aquél era el inicio de
un tiempo completamente nuevo para él. Su big bang personal. Era, en cierto
modo, un resucitado. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Las
primeras luces del alba se filtraban a través de las cortinas. Sin pensar,
sentí, supe, que la luz es infinitamente más de lo que solemos percibir
superficialmente. Aquella suave luminosidad que se filtraba por las cortinas
era el amor mismo. Los ojos se me llenaron de lágrimas. Me puse de pie y caminé
por la habitación. Reconocía ese espacio y, sin embargo, sabía que nunca antes
lo había visto verdaderamente. Todo era fresco y prístino, como si acabara de
venir a la existencia. Tomé algunos objetos, un lápiz, una botella vacía,
maravillándome de su belleza, de la viveza de todo lo que me rodeaba.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Durante meses Tolle vivió en un estado
de dicha constante, aunque no sabía qué le había ocurrido. Fue un tiempo
después, tras muchas lecturas y conversaciones, cuando comprendió. Aquel “no
puedo vivir conmigo” le hizo conectar con un yo que, simple y serenamente , se
daba cuenta de todo y, aunque eso no lo
captó entonces, con un yo que no estaba hundido en el drama de su vida. Pero
Tolle, como solemos hacer todos, creía en aquella época que él no era más que
aquel ser atribulado, extraviado y sufriente. Lo que había experimentado de
forma tan total y repentina era estar en el mundo desde la esencia del “yo”, desde
el Ser que nos constituye, diría él. Probablemente lo que la mayoría de seres
humanos, consciente o inconscientemente, deseamos alcanzar.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Pero lo más importante fue que, con el
tiempo, quien ya se llamaba Eckhart Tolle (en referencia al místico de la Edad
Media Meister Eckhart) fue descubriendo
la manera de conectar con ese yo profundo que, en sus palabras y en las de
otras tradiciones espirituales, sería nuestra verdadera identidad. Una
identidad hecha de lucidez, de gozo, de belleza. Y a explicar todo ello está
dedicando su vida, desde hace más de
quince años, este hombre bienaventurado.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> -------------------------------<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Quedan ahora dos preguntas que dejé sin
respuesta antes de entrar en la biografía de Tolle, más una que voy a añadir
tras releer su relato de aquella noche clave.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">¿Cómo se consigue vivir el ahora? Quien
haya visto y oído a Eckhart Tolle creo que podrá confirmar algo que ya se
desprende de la lectura de sus libros: es un hombre en calma, no tiene prisa
ninguna y no pretende decirnos lo que hemos de pensar o creer. Él invita a experimentar
su descubrimiento, de forma completamente personal. Sus propuestas tienen mucho
que ver con distintas formas de meditación, incluso de relajación o
visualización. El lenguaje con que lo presenta es muy sencillo. Una manera, no
la única, sería ésta. En calma, se trataría de observar los pensamientos y emociones que van apareciendo en nuestra
mente y que impiden una quietud interna. Y a partir de ahí, simplemente darse
cuenta de lo que ocurre. Qué ideas nos asaltan, cómo reaccionamos ante tal
situación o persona que aparecen, cuántas veces nos vamos al pasado o al futuro
(todo ello, como bien sabemos, en pocos minutos).<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> <i>No juzgues ni analices lo que observas. Contempla
el pensamiento, siente la emoción,
observa la reacción. No las conviertas en un problema personal. Entonces sentirás algo más poderoso que cualquiera de
las cosas observadas: la presencia misma, serena y observante, que está detrás
de tus contenidos mentales: el observador silencioso.<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">La segunda pregunta era: ¿qué ocurre
cuando conectamos con el ahora, cuando permanecemos en él? Hay dos libros, ya
citados, dedicados a explicarlo abundantemente. Éste sería sólo un apunte:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">En
nuestra profundidad, ¿qué hay?: absoluta quietud, en la que podemos
experimentar el gozo del Ser.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Este “Ser”, que ya ha aparecido en el texto, aún no
ha sido presentado. Es palabra clave. Pero no parece buen camino intentar
definirlo con palabras. Es preciso vivirlo para saberlo en silencio. Pero Tolle
ha de contestar a preguntas que le han hecho tantas veces y nos da pistas. El
Ser es la Fuente de la que brota la conciencia. Es lo No Manifestado. Donde el
tiempo no existe. Donde brota “la paz que sobrepasa toda comprensión”.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">La última pregunta que anunciaba es la
que emana de la perplejidad que uno puede sentir al descubrir una historia como
ésta. Y no sé si para ella tendré algún día respuesta. Aquella noche en que todo cambió
para este hombre (y con los años, para mucha gente que se ha inspirado con él),
¿por qué ocurrió? Aquella transformación radical en unos minutos, ¿fue creada
en algún rincón del Universo?, ¿fue un regalo, una gracia? Y, en ese caso,
¿quién o qué escribió el guión y lo dirigió? También podría ser esta la
respuesta: nadie ni nada intervino deliberadamente en aquel despertar de un
hombre a una nueva visión de la realidad. Fue un proceso por sí mismo, fruto
tal vez de la saturación de dolor psicológico del sujeto, que acabaría sorprendentemente
engendrando un cambio radical, un renacimiento.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">En este caso, sería el azar quien habría
propiciado la aparición de este hombre de luz. Ahora bien, si la respuesta
fuera que hubo alguien o algo que quiso que naciera este hombre nuevo que, como
diría Machado, parece haber venido al mundo para traernos unas pocas palabras
verdaderas, la cosa se pone mucho más interesante.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> ¿Es que hay alguien que quiere echarnos
una mano? Y si así fuera, ¿por qué querría hacerlo? O de otra manera: ¿qué es
el Ser, la Fuente, lo No Manifestado? ¿Es cierto que si voy acallando mi ruido
mental de siempre, mi distracción permanente hacia el pasado o el futuro,
descubriré que Su presencia también está en mí? Más aún, ¿que tú y yo, y el
resto de pronombres, somos esa conciencia serena y dichosa, aunque vivamos
alejados de ella?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;"> Uno no quisiera renunciar a viajar en
ocasiones al dulce pasado, ni a sentir la fuerza de la esperanza en el futuro.
Pero quizá para poder hacerlo libremente, como una opción, no como una
obligación mental inagotable, haga falta
descubrir el tesoro escondido en nuestro interior. La luz y la dicha que ya
somos, quién sabe por qué.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt;">Tal vez convenga intentarlo ahora. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
UN ENTENDER NO ENTENDIENDOhttp://www.blogger.com/profile/02724945100264130290noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-1556314740316041710.post-77141099436477589332012-06-30T03:19:00.000-07:002012-08-09T18:07:07.871-07:00El secreto de Caronte<br />
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">Tengo
ante mí una postal de un cuadro de Joachim Patinir que compré en una exposición
de su obra en el Museo del Prado. Se trata de “Caronte atravesando la laguna
Estigia”. Este personaje de la mitología transportaba en su barca las almas de
los muertos desde el país de los vivos al otro mundo. Patinir fue un pintor del
siglo XVI que en esta obra de gran éxito plasma un tema inmortal, y nunca mejor
dicho: ¿Los muertos van a algún sitio? ¿Es la muerte un viaje que se vive con
alguna forma de consciencia?</span><br />
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgdzswTw3oPrgzXI91poMnIpHsysHNSagny09XTqxZyx02wdVQeznSvHD8WyDKxpLhg7fqsJfGH50TwzIGxldx9-kvAgwBbNN_X3ikIbsqOp0NXpArZmYdAqI6x0Vc4HyqZAHgesjzmDRg/s1600/Patinir.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgdzswTw3oPrgzXI91poMnIpHsysHNSagny09XTqxZyx02wdVQeznSvHD8WyDKxpLhg7fqsJfGH50TwzIGxldx9-kvAgwBbNN_X3ikIbsqOp0NXpArZmYdAqI6x0Vc4HyqZAHgesjzmDRg/s1600/Patinir.jpg" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> </span><br />
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Esta historia trata de los viajes de
Caronte, pero con una variación. ¿Hay viaje de regreso? ¿Caronte retorna a la
orilla de los vivos a algunas de sus almas, ni que sea por unos breves
instantes?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Conocí a los dos protagonistas de este
relato, padre e hijo, de cerca. He sido confidente de lo que no se quiso
explicar en cualquier lugar, ante cualquier persona, en parte por pudor a
revelar algo muy personal, en parte </span><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">para
ahorrarse los silencios incómodos de quienes no están dispuestos a aceptar que
a uno le puedan ocurrir cosas sorprendentes, ni menos que puedan tener algún
significado. Tengo la autorización del hijo para transcribir aquí los hechos.
Los nombres y algunos detalles muy secundarios son ficticios. El núcleo de la
historia, evidentemente no.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Ramón Gracia y yo nos conocimos hace
bastantes años en un instituto de enseñanza secundaria. Él era profesor de
Física; yo, de Lengua y Literatura. Congeniamos y conversamos bastante en
nuestros ratos libres.</span><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">A
mí me gustaba que él me explicara cosas de Física, básicamente porque no tenía
ni idea, haciendo honor a mi condición de licenciado en Letras, y él, en cambio,
tenía buen oído para la poesía. En algún momento ambos coincidimos en que al
centro le faltaba una revista y a nosotros nos sobraban, en aquel entonces,
ganas de ocuparnos en ponerla en marcha.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Creo que Ramón tendría unos 29 años
cuando empezó nuestra amistad. Vivía aún en la casa familiar. Su única hermana
residía en Suecia, él se avenía bastante
con sus padres y colaboraba en los gastos, lo que resultaba un alivio para una
familia modesta, por todo lo cual no se daba mucha prisa en marcharse. Pronto
aparecería una señorita estupenda con la que, en el plazo de un año, se entregó
con entusiasmo a visitar pisos de alquiler. Explico todo esto porque yo frecuenté
su casa en aquellos días en que nos pusimos a diseñar nuestra propuesta de
revista para el instituto. Y ahí conocí a sus padres, aunque me referiré sólo
al padre, a José María Gracia, para ceñirme al hilo principal de este relato.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Se trataba de un hombre muy amable,
risueño, jubilado de una empresa del metal en la que había ejercido de
administrativo, y que pasaba buena parte del día en su hogar leyendo libros
sobre la Guerra Civil Española. Había pertenecido a la leva más joven del
ejército republicano, la conocida como “quinta del biberón”, y todo lo que le
aconteció en la guerra, y en los primeros años de la postguerra, le dejó una
huella perpetua y una gran curiosidad por confirmar en los libros lo que él
había visto con sus propios ojos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Siempre se quedaba un rato con nosotros
cuando yo llegaba y me traía, invariablemente, “un coca-cola”, con ese artículo
masculino que no sé de dónde había sacado. Mientras yo intentaba fulminar las
burbujas del coca-cola, pues no me sentaban demasiado bien aunque me gustara la
bebida, a base de remover y remover el brebaje, él me mostraba el libro de
memorias o de crónicas de la guerra en que andaba sumergido. “¿Lo conoces?”, me
decía mientras sostenía ante mí, orgulloso, el volumen del momento, convencido
de que como profesor de Literatura tenía que decirle que sí. “A mi hijo estos
libros no le van. Él es de Ciencias”. Y yo intentaba sortear mi desconocimiento
como podía (“me suena pero ahora mismo…”, “me han hablado de este autor”, “mi
padre mencionó una vez…”). El hecho es que en aquel tiempo sólo leía literatura
y filosofía, pero me sabía muy mal decepcionar al señor José María cada vez que
les visitaba. Entonces, para subsanar mis lagunas históricas, y con su cortesía
proverbial, me hacía un resumen de diez minutos exactos y, como si hubiera
sonado un timbre en su cabeza, al llegar a ese momento, se levantaba y volvía
al sofá del comedor. “Os dejo trabajar”. Y ya no le veía hasta la hora de
despedirme. Mi amigo Ramón le dejaba hacer y le miraba con una mezcla de
comprensión, respeto y paciencia a partes iguales. Ciertamente Ramón no leía
los libros de su padre, pero el libro de la vida de su padre, yo diría que se
lo conocía bastante bien. Nunca me lo dijo, pero a mí siempre me pareció que le
quería mucho.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Ramón y yo dejamos de vernos bastantes
años. Él encontró destino definitivo en un instituto a unos cien kilómetros de
nuestra ciudad. Yo me perpetué en el que nos conocimos. Allí se casó y tuvo un
hijo . Y nos desconectamos cada vez un poco más. Sin que ocurriera ningún
conflicto dejamos de saber el uno del otro. Hasta que un día me quedé clavado
en las esquelas del periódico. José María Gracia, su padre, había fallecido. El
entierro era al día siguiente, en mi ciudad y la de sus padres, y decidí ir sin
pensarlo dos veces.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> La sala de ceremonias del tanatorio
estaba llena. José María Gracia se había hecho querer. Ramón tomó al final la
palabra y habló con delicadeza de la historia de su padre: de su infancia, del
tiempo de guerrear, de su familia, de su trabajo, incluso citó los libros de
historia que tanto le acompañaron y de los que él no había leído ni uno, lo que
aquel día lamentaba. El momento más emotivo fue, probablemente, un fragmento
del poeta Miguel Hernández, que Ramón había dejado como cierre de sus palabras.
Dijo, y me sorprendió, que aquél era el mensaje que creía que su padre
dejaba a las personas que le pudieran
echar en falta:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> <i>Aunque bajo la tierra<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> mi amante
cuerpo esté,<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> escríbeme
a la tierra,<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> que yo te
escribiré.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> </span></i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">El reencuentro con Ramón fue el inicio de una nueva etapa en
nuestra amistad. Nos vimos una semana más tarde y hablamos con la fluidez de
aquellos años compartidos. Mi impresión, ya lejana en el tiempo, de que un hilo
de afecto muy sólido, aunque silencioso, siempre le había unido a su padre se
confirmó a lo largo de la conversación. Un año antes, al hombre le habían
detectado un tumor canceroso. Ramón le había llevado a todas las sesiones de
quimioterapia y de radioterapia. Su hermana no podía trasladarse desde Suecia,
donde tenía trabajo y familia, y a su madre la dejaba al mando de la casa,
donde mejor se desenvolvía la mujer. Había sido un buen enfermo, había
aguantado el tipo sin hablar mucho del asunto, durmiendo un poco más y leyendo
un poco menos de lo habitual. Las cosas se habían precipitado en un mes.
Falleció en casa, en su cama, junto a su esposa, en medio de la noche. Se
marchó sin hacer ruido y sólo se dieron cuenta unas horas más tarde, al
amanecer.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> En nuestra siguiente conversación, al
cabo de dos meses, me comentó que estaba sorprendido de lo mucho que echaba en
falta al padre. “Tengo una vida ocupadísima en todos los sentidos. Estoy feliz
con mi mujer, con mi hijo, con el trabajo…Apenas tengo tiempo para pensar en
otras cosas y, mira, no sé qué es, pero por las noches, cuando todos duermen y
me quedo un rato a oscuras en la sala, no me hago a la idea de no ver más a mi
padre. Es como si no pudiera ser”. Yo le dije que era normal, que aún estaba
muy reciente, que todo duelo requiere un tiempo y otras frases parecidas que ya
me pareció que no le acababan de convencer. “No sé. Ya veremos. Todo esto es
muy raro”, me contestó. Y yo para acabar de rematar un día para la posteridad, sentencié:
“Es la muerte, Ramón. La muerte es así”.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Ramón, conviene que en este punto lo
diga, no era un hombre de creencias; era un hombre de asombros. No había
adoptado ninguna religión, ni tampoco la de la ciencia. “Es que cuanto más
estudio, cuanto más al día estoy de las teorías de Física, menos claro lo veo
todo”, me comentó en aquellos días. Y en otro encuentro me dijo algo que no se
me borró: “Me cuesta creer en nada, pero igual me cuesta creer que no hay nada
más”. Era evidente que la muerte de su padre, aparte del duelo inevitable, le había
provocado una sed que no sabía cómo saciar.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Y el teléfono sonó una noche. Era
Ramón. Acababan de regresar de un fin de semana en Madrid y tenía cosas que
explicarme. No nos veíamos desde antes del verano, casi cuatro meses sin saber
de él, y me sorprendió la llamada nocturna, con un punto de urgencia. Se lo
dije. “Sí, me ha pasado algo y te lo quiero contar”. Nos citamos para el día
siguiente.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> “Estábamos con mi mujer y mi hijo de
vacaciones en Mallorca. Un día, por la mañana, ellos se fueron a la playa y yo
me quedé un buen rato en la habitación. Me había traído un par de libros
interesantísimos y aún no los había abierto. De pronto, allí solo, llegó mi
padre. Quiero decir que lo sentí muy próximo y como esperando que le dijera
algo. Casi sin darme cuenta me puse a hablar con él. Es verdad que por un
momento se me cruzó un pensamiento de
reproche: ¿Qué haces, Ramón, hablando con tu padre? Hace medio año que ya no
está aquí. ¿Qué estás haciendo, hombre? Pero enseguida envié al cuerno el reproche
y seguí con lo mío. Fueron seis o siete minutos, no creo que más. Le dije cómo
nos iba la vida a toda la familia. Le expliqué por qué estábamos en aquella isla de
vacaciones. Todo muy sencillo, nada prodigioso, qué va. Él no me decía nada,
pero yo comprendía que me estaba escuchando. Le pregunté cómo estaba. Sentí que
me sonreía. Ya sé que visto ahora parece una locura, pero entonces tenía mucho
sentido. No hubiera podido hacer otra cosa. Y así me despedí, como solemos hacer
todos, deseándole lo mejor. Y lo mejor, ¿qué era para él? Yo qué iba a saber,
pero se lo dije de corazón, eso sin duda. Ahora bien, esto no fue todo,
si no, no te hubiera llamado”.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> “Aquel mismo día habíamos decidido ir
con mi esposa y el niño a ver un acuario en el mismo pueblo en que veraneábamos.
Mientras estaba con ellos viendo morenas, tiburones y peces payasos, apenas se
me ocurría comentar nada, lo que era muy raro en mí. Yo continuaba en la
habitación, con mi padre, y no me estaba enterando de nada. Al acabar el
recorrido, había una tienda y mi hijo se empeñó en que le compráramos una
gorrita con un delfín. De pronto vi un rincón con libros y me fui directo a una
estantería, como si un canto de sirena me estuviera llamando desde allí. Resultó
que todos los libros de aquella sección eran del mismo autor, un biólogo marino
que yo no conocía. Pero el nombre sí. No te lo vas a creer. Se llamaba José
María Gracia. Como mi padre. ¡Todos los libros de aquella estantería! ¿Qué te
parece?”<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Ramón no me dio tiempo a que le dijera
algo sobre la coincidencia. Es cierto que me quedé callado más de lo habitual.
No se me ocurría así de pronto qué decirle. Pero lo que para mí era una
historia completa, para Ramón era sólo la mitad de lo que tenía previsto
contarme. Así que siguió hablando sin darme tiempo a buscar alguna buena frase sobre
la casualidad o la no casualidad.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> “Esto no es todo. Ahora acabamos de
pasar cuatro días en Madrid. Mi esposa tiene una gran amiga que se casó y se
quedó a vivir allí. A veces vienen ellos, a veces vamos nosotros. Nos llevamos
más que bien los cuatro. Una noche dejamos a todos los niños en su casa con una
canguro y nos llevaron a cenar a un restaurante que se llama La Vaca Argentina.
Lo pasamos bien, como siempre, hablando de mil cosas. Pero yo no solté prenda
de lo que me había ocurrido en Mallorca. Sólo mi mujer lo conocía. Te lo digo porque sucedió casi lo mismo. Verás”.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> “Mi padre era medio madrileño. Su padre
era de Madrid y tenía varios primos allí con los que se escribía y se llamaban
para Navidad. Cuando murió, vinieron todos al entierro. Te lo digo porque
llegar a esa ciudad, me aproximó otra vez a mi padre. Era un lugar en parte suyo
y así lo sentí la mañana que salí temprano de casa de
nuestros amigos a comprar el periódico y unos cruasans para el desayuno. Y me
entraron otra vez muchas ganas de comunicarme con él. Desde lo de Mallorca, dos
meses atrás, no había hecho nada parecido. Fue de nuevo algo que se presentó
como con fuerza propia. Mentalmente, porque iba andando por la calle y no
quería que nadie me tomara por lo que no soy, le fui diciendo cosas. Cosas muy
simples, como la otra vez: qué bien se estaba en aquella ciudad, que el día
anterior había visto a los parientes de Madrid…El hecho es que aquella misma
noche, al ir a salir del restaurante que te decía, vi un montón de revistas en
un mostrador. Eran de la cadena de establecimientos donde habíamos cenado. Cogí
una. Al llegar a casa, la abrí y en la primera hoja se me apareció una entrevista
con un cocinero que, sí, ya te lo imaginas, se llamaba José María Gracia. ¿Qué
piensas de todo esto?”<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> ---------------------------------<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">Ya
hace varios años de aquella confidencia de Ramón. Cuando me preguntó qué
opinaba, le dije que nada que yo pudiera decir iba a aportar algo mejor a su
experiencia. Hice bien. Casi sin darme cuenta le regalé mi silencio, que era lo
mejor que yo podía ofrecerle. Él estaba viviendo una forma de presencia a la que no sabíamos qué nombre darle</span><span style="background-color: white; font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">. Ni falta que hacía.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Pero nunca he dejado de pensar en
aquellas sincronías, en aquella firma con el nombre de su padre apareciendo en
los momentos más oportunos y en los lugares más inesperados, en aquel diálogo
imprevisible de aquí a allí, de allí a aquí, o en cómo ocurrió todo a la medida
de mi amigo Ramón, es decir, sin ninguna teoría en que creer, sin médiums en
quien confiar, sin ir en busca de tener una experiencia. Todo llegó por la vía
del asombro, desnudo, sin conceptos, el único camino que él, desde siempre,
estaba dispuesto a recorrer. Como el poeta Rilke aconsejaba en sus “Cartas a un
joven poeta”:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> <i>Hemos
de aceptar nuestra existencia tan ampliamente como nos sea posible. Todo,
incluso lo inaudito, ha de ser posible. Esto es lo fundamental, el único valor
que se nos exige: ser valientes ante lo más extraño, maravilloso e inexplicable
que nos pueda acontecer. Que los seres humanos sean cobardes en este sentido,
causa un daño infinito a la vida; las experiencias que llamamos “apariciones”,
todo el llamado “mundo de los espíritus”, la muerte, todas estas cosas tan
emparentadas con nosotros, hasta tal punto han sido expulsadas de la vida por
un rechazo realizado día a día, que los sentidos con los que podríamos
percibirlas, se han atrofiado.<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> </span></i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">La Humanidad ha ido descubriendo más
realidad en todas sus dimensiones. Hacia fuera, hacia el Universo, donde la
mirada desfallece y se confunde, ha encontrado con el tiempo mundos
interestelares de magnitudes inimaginables. Hacia dentro, hacia los constituyentes
de la materia, del propio cuerpo, la pequeñez se ha revelado también
desbordante. Un día se descubrió el átomo y se le puso ese nombre equivocado (lo
no divisible). Otro día se supo que era divisible y había más en su interior.
Electrones, neutrones y protones nos fueron confiando su enigmático
comportamiento, hoy todavía en estudio. Nos queda una tercera dimensión
esencial de la vida humana. La que tal vez espera cuando nuestro cuerpo se estropea definitivamente.
Algunos creen imposible avanzar en el conocimiento de esta tercera dimensión.
Otros, no. Lo que parece cierto es que no hay respuestas si antes no hay
preguntas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> ¿Qué sabe Caronte de ese ir y venir de
una a otra orilla? ¿Por qué no revela su secreto? ¿O sí lo hace en ocasiones? <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> </span></i><span style="background-color: white; font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> </span></div>UN ENTENDER NO ENTENDIENDOhttp://www.blogger.com/profile/02724945100264130290noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-1556314740316041710.post-19517903506011403022012-06-12T08:58:00.000-07:002012-08-01T11:56:02.418-07:00Alguien tendría que ir a hablar con Andrómeda<br />
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">Esta
Andrómeda no es otra que la galaxia gigante y la razón de tener que ponerse en
contacto con ella es que se nos está viniendo encima a una velocidad espantosa. Es cierto que los periódicos nos
llegan saturados de malas noticias, pero uno no acaba de entender los pocos
comentarios que ha provocado esta reciente noticia, medalla de oro del
apocalipsis: la galaxia de Andrómeda va directa hacia nuestra Vía Láctea, que,
para acabarlo de arreglar, también se dirige hacia ella. Y ambas con una prisa
enorme por chocar de frente. Se
desplazan a unos 400.000 Km. por hora. ¿Qué más se sabe del asunto? <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Seguramente estaremos de acuerdo en que
cuando nos da por pasearnos por el Universo (siempre, por supuesto, desde una
butaca en casa o en un planetárium) volvemos desolados por lo inabarcable que es el mundo de Buzz Lightyear, aquel
personaje de “Toy Story” que gritaba un pensamiento filosófico cada vez que
despegaba: “¡Hasta el infinito y más allá!”. Repasemos, si no, los datos de
estas dos galaxias de rumbo enloquecido.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Andrómeda está a 2’5 millones de años
luz de nuestra Vía Láctea. ¿Alguien sabe cuánto es eso? Y contiene un billón de
estrellas. El número no es exacto, ciertamente, pero ¿cuánto es un billón de
cualquier cosa? Si alguien quiere saber
algo más de Andrómeda, que sepa que emite ondas de radio en la banda de los
158.8MHz. He aquí la galaxia gigante de
Andrómeda:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhr_0pWebZH7k_BqozRVlj5Yt2K_xiwiHvujyJ4sJDlSkVW3n0vASKfW0eqn_BYl2MTDn07AU8R6vsZoaandRbeK0hlMTY1IymlDDVcectUkYEqj9G71-R93-JMfL3CNEWcM0GSieAJ2WU/s1600/andromeda+2.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="220" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhr_0pWebZH7k_BqozRVlj5Yt2K_xiwiHvujyJ4sJDlSkVW3n0vASKfW0eqn_BYl2MTDn07AU8R6vsZoaandRbeK0hlMTY1IymlDDVcectUkYEqj9G71-R93-JMfL3CNEWcM0GSieAJ2WU/s320/andromeda+2.jpg" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Y ahora la Vía Láctea, en cuyo interior
moramos los humanos, más concretamente en una región de ella, en el Sistema
Solar, como bien sabemos. El diámetro de esta galaxia es de 100.000 años luz y
contiene entre 200.000 y 400.000 millones de estrellas. Dos datos más
improcesables para mentes como las nuestras, acostumbradas a desplazarse, como
mucho, a 1.000 o 3.000Km., y a contar, también como mucho, en términos de 2 o
quizá 20 millones, que es lo que en euros ganan nuestros admirados futbolistas
de élite, y poca gente más. La densidad de estrellas es característica de la
imagen de esta galaxia nuestra.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjP3UdQ9HzWj2UWtGPuuLAIASc6FXY4J8tleBCAR8mSL7GjRvjsOoIl3xm3OWb9almYWYu0lXmcSZz-JEywk9xUTV83JG04-7cXVG6RGuerqj-YKD1DDdi7E5O74c7N2ZD3CsVn7MK2TNs/s1600/Via+Lactea.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="251" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjP3UdQ9HzWj2UWtGPuuLAIASc6FXY4J8tleBCAR8mSL7GjRvjsOoIl3xm3OWb9almYWYu0lXmcSZz-JEywk9xUTV83JG04-7cXVG6RGuerqj-YKD1DDdi7E5O74c7N2ZD3CsVn7MK2TNs/s320/Via+Lactea.jpg" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif;"><span style="font-size: 19px;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Como decía al principio, las
conclusiones de los astrofísicos que han estado observando el panorama con el
telescopio espacial Hubble durante los últimos cinco años, son que el choque
será frontal, que nacerá una nueva galaxia, suma de las masas de las dos, que
el Sol saldrá despedido hacia un extremo del nuevo todo y que la gran mayoría
de estrellas sobrevivirán, aunque ocuparán nuevas órbitas. No encuentro datos
sobre el ruido que tal encontronazo cósmico pueda producir. ¿Se propagará el
sonido inmenso? ¿Estará fuera del alcance del oído humano? Se trate de un
estrépito indecible o de un silencio horripilante, lo cierto es que parece que
ya hará mucho que el último humano habrá
cerrado la luz del último rincón de la Tierra. Y es que de la noticia aún nos
falta lo más importante para nosotros: el tiempo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Seguramente los datos que han enfriado
la avalancha de artículos, comentarios, tertulias y cartas al director, que
tenían que haber explotado, sean los relativos al tiempo, aún no mencionados. Y
es que el fenómeno arrasador va para largo. Este choque de galaxias se
producirá dentro de 4.000 millones de años. Y eso a pesar de la velocidad de
ahora mismo con que se mueven Andrómeda y Vía Láctea, la una hacia la otra. Así
de lejos estamos. Así es el Universo. Falta tanto tiempo que, según afirman hoy
los especialistas, de la vida en la Tierra no quedará ni rastro. Quién sabe si un día
cambiarán de opinión. El hecho es que falta mucho, sí, pero la cuenta atrás ya
ha comenzado, diría una persona realista con los datos en la mano. Sin embargo,
entre la alarma y la indiferencia, ¿cabe alguna otra actitud? <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Caben al menos dos, a mi parecer. Una
es quedarse anonadado y hundido por este choque de magnitudes entre lo humano y
lo intergaláctico. Nuestra pequeñez frente a lo gigantesco, tanto si se habla
de distancias, de años o de estrellas. Es difícil no caer en la melancolía
cuando, a primera vista, comparamos nuestra estatura con la del Universo. Queda
muy bien reflejado este impacto en el rostro de un niño de la premiada película
“Annie Hall” de Woody Allen. El protagonista evoca su niñez (difícil no pensar
en la del propio Allen), el día que su madre le llevó al médico porque andaba
siempre desmoralizado desde que había descubierto
que “EL Universo se expande y se
expande…”<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEicirB6kC6lUbAAbBWYdv5rGqrqjJnnkVBzV7qONCz3-X9zc7F_x8oc_eXXWOZNTApEh_SkAuad1ccmLBHTjWwfC8OgX0ZWkg0EM7gcdpbBoer96fhjizPdcyp8cLqRonUgYRMuA0J0c98/s1600/Woody+Allen+de+ni%C3%B1o+en+Annie+Hall.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEicirB6kC6lUbAAbBWYdv5rGqrqjJnnkVBzV7qONCz3-X9zc7F_x8oc_eXXWOZNTApEh_SkAuad1ccmLBHTjWwfC8OgX0ZWkg0EM7gcdpbBoer96fhjizPdcyp8cLqRonUgYRMuA0J0c98/s320/Woody+Allen+de+ni%C3%B1o+en+Annie+Hall.jpg" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif;"><span style="font-size: 19px;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Pero puede haber otra manera de
contemplar el mundo. De contemplarlo más allá incluso de la descripción precisa
y neutra de la astrofísica. La historia
que viene a continuación es un ejemplo
de lo que le puede suceder a un ser humano cuando se detiene, hondamente, ante
lo que le supera. Frente a la inmensidad existe un poderoso lugar capaz de
muchas cosas: la intimidad del ser humano. La mirada intensa del ser humano. El
silencio del ser humano. La capacidad de darse cuenta del ser humano. A veces
ocurre algo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Nació en un lugar de la Europa central
en 1887 y falleció en 1961. Tenía gran talento para la ciencia, pero le
interesaron también la filosofía y el
arte. Fue principalmente físico, pero hacia sus últimos años su indagación le
llevó a interesarse por la biología. Todo esto y nada de esto tienen que ver
con lo que le sucedió un día y que él mismo se encargó de anotar.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Estaba sentado en un rincón de la alta
montaña. Su vista le devolvía la majestuosidad de unos picos altísimos,
coronado uno de ellos por un glaciar. Más abajo, rocas, pastos, zonas de
árboles. A sus pies, un valle silencioso. Los últimos rayos del sol poniente
teñían de rosa la visión, mientras el cielo azul, pálido, en pocas horas se
habría apagado. Él contempla absorto el mundo así recortado, pero advierte que
lo que todo ello le fue inspirando podía haberle pasado ante otra faceta del
Universo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Cuanto
ahora se le ofrece en la alta montaña está ahí desde hace miles de años, sin apenas cambios. Él, en
poco tiempo, habrá dejado de existir, y toda
esa naturaleza, se dice para sí mismo, seguirá ahí miles de años.<o:p></o:p></span><br />
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> <i>¿Qué
es lo que me ha sacado de la nada de un modo tan repentino, a fin de gozar por
tan poco rato de un espectáculo al que resulto absolutamente indiferente?<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> </span></i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">Observa entonces que las condiciones que,
remontándonos a los orígenes, le hicieron posible a él son las mismas que
hicieron posible lo que ahora está contemplando. De hecho, posiblemente en ese
mismo lugar que ahora ocupa él, estuvo hace cien años otro hombre, mirando,
pensando. Como él. Con alegrías y penas, proyectos y dificultades. Como él.
¿Era alguien distinto a él? ¿No podía ser él mismo? ¿En qué consiste lo que
llamamos <i>yo?</i> ¿Por qué quien ahora
mira y reflexiona soy <i>yo </i>y no <i>otro?</i>, se dice a sí mismo.<i> </i>“Cuando objetivamente lo que hay en
todos es la misma cosa, ¿ qué es lo que justifica que nos empeñemos tan
obstinadamente en descubrir la diferencia entre mi propio yo y los demás?” <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> No sabemos cuánto tiempo pasaría desde
esta visión interior a la siguiente. Esa “unidad de conocimiento, sentimiento y decisiones”, a la
que llamamos <i>yo, </i>¿podía haber surgido
de la nada, unos pocos años antes, para, al cabo de un poco de tiempo más,
volver a desaparecer? <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> No. Le parece que no. Que esta “unidad
de conocimiento sentimientos y
decisiones” es en lo esencial lo mismo en todos los seres humanos. Y es eterno.
Y es inmutable. Así lo ve. Y alcanza al todo. Esa vida que él capta en sí
mismo, detrás de sus circunstancias personales, está en esencia en todo. Y
nuestro hombre se tumba ahora y nota su espalda sostenida por la Madre Tierra,
y tiene la absoluta certeza “de ser una sola y misma cosa con ella y ella con
nosotros”.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Esta es la historia de un día en la
vida de Erwin Schrödinger. De alguien que, dedicado a la investigación en
Física, llegó a formular una ecuación de mecánica ondulatoria, llamada ecuación
de Schrödinger, que resultó decisiva para el futuro de la mecánica cuántica. También
el creador de aquella paradoja llamada el gato de Schrödinger, el único gato
que podía estar vivo y muerto a la vez. Por sus contribuciones a los avances en
Física le fue concedido el Premio Nobel en 1933. Posteriormente escribió un
libro orientado hacia la Biología, “¿Qué es la vida?”, que tuvo repercusión en
estudios posteriores de genética. El texto de esta historia forma parte de su
libro “Mi visión del mundo” y lo recoge
Ken Wilber en “Cuestiones cuánticas”.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiXpzs4hrv3vtBcnbyfzg4qtphuVGt8c2Bzc9kEWI77FqeIuZk5qTmbkhs_snPGZwFtIXGP44Re96XLGE_w0y_KQiUQYB1J-kWIo9d-J6gGilQ5o56M3YW-ZCMssScmYInEsiAO5BL7fCU/s1600/schrodinger.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiXpzs4hrv3vtBcnbyfzg4qtphuVGt8c2Bzc9kEWI77FqeIuZk5qTmbkhs_snPGZwFtIXGP44Re96XLGE_w0y_KQiUQYB1J-kWIo9d-J6gGilQ5o56M3YW-ZCMssScmYInEsiAO5BL7fCU/s200/schrodinger.jpg" width="161" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif;"><span style="font-size: 19px;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> La visión de Schrödinger que acabo de
narrar, con la que bastantes buscadores de la realidad última estarían de
acuerdo, no está aquí para ser promocionada como tal. Es sólo una muestra de la
fuerza creativa de un ser humano. La inmensidad cósmica nos sobrecoge pero no siempre nos paraliza. ¿Por qué tenemos esa capacidad de avanzar en la
comprensión de la realidad, la visible o la invisible? ¿Por qué podemos ir
entendiendo la vida en la que hemos despertado? Podría haber una distorsión
total entre mente humana y realidad externa. Y no parece que la haya. Es cierto
que los avances son lentos. En el mismo terreno de la Física, la cautela de los
más grandes es notable. “El logro más significativo de la Física del siglo XX
es el reconocimiento de que no nos hemos puesto en contacto con la realidad
última”, dijo en 1931 Sir James Jeans, eminente matemático, físico y astrónomo.
Y el biólogo J.B.S.Haldane escribió: “La realidad no sólo es más extraña de
cómo la concebimos, sino más extraña de cómo podamos concebirla”. Nada
completamente definitivo, pues, pero ese reconocimiento de que no se sabe del
todo es ya una forma de mostrar que hasta de lo aún desconocido se tiene cierta
noción.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Con esta capacidad de esclarecimiento
puede contemplar el ser humano el fabuloso espectáculo del cosmos. Y no como algo completamente
ajeno, sino como la matriz a la que un hilo (¿esencial?) nos une. Todo y todos
fruto de aquella gran explosión. Desde esta Vía Láctea en la que, solitarios o
acompañados, habitamos y cuyo rumbo no sabemos controlar, habría que pensar en
ir a hablar con Andrómeda para que se replantee
el estropicio galáctico al que se dirige. Pero, ¿dónde están los responsables
de esta galaxia? ¿Dónde está su puente de mando, dónde su sala de máquinas?Otro
físico de renombre, Sir Arthur Eddington, tuvo una intuición en cierto modo relacionada
con esta descabellada propuesta: “Algo desconocido está haciendo no sabemos
qué”. Quizá no tendríamos, pues, que dar por perdido el intento.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Los seres humanos vivimos, por regla
general, indiferentes al Universo en que hemos nacido y en el que viviremos
hasta que nuestro cuerpo y el de todos los demás seres, queridos o no, se
disuelvan. Y esta distracción nos sienta fatal. No es ni tan siquiera natural.
Algo decisivo se nos tiene que estar escapando si no atendemos al gran país del
que formamos parte: el Cosmos. Lentamente hemos ido descubriendo que no somos seres aislados. Que,
para empezar, familia y sociedad nos
influyen y nos necesitan. Lentamente vamos cayendo en la cuenta de que la
Tierra no es un simple decorado de nuestras andanzas , sino otro ser vivo al
que necesitamos y que nos necesita. ¿Por qué detener esta ampliación del campo
de conciencia al llegar al techo de la atmósfera? ¿Qué pasaría si contemplar
calladamente , hondamente, el Universo, varias veces a lo largo de cada vida, se
convirtiera en una actividad considerada necesaria, indispensable? Una especie
de valor humano, enriquecedor. Una parte del currículum escolar y de la
formación permanente. Un patrimonio de la Humanidad.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Aparte de que alguien pudiera dar con
la forma de conectar con Andrómeda, cosa que también a mí se me antoja ahora muy
difícil, creo que de esos “viajes” con la mirada intensa y un recogimiento casi
sagrado algo nuevo nos llegaría del océano cósmico y su inagotable espectáculo
de luces, distancias y movimiento incomprensible. Es probable que al acercarnos
a su grandeza y a su inagotable acción, al intimar con su obstinada energía,
con su sonido primordial, al que llamaríamos silencio, con sus proyectos
indescifrables, al intimar con toda esa abundancia, a la que también
pertenecemos, es posible, digo, que se nos fueran las ganas de unas cuantas
cosas . De la bronca por la bronca o del exterminio del otro porque así lo
quiero yo. Del gusto por la discusión, porque yo y los míos hemos de tener
razón. De la pasividad, en cambio, ante la miseria o la violencia que no llegan
a discutir, pero que no se arreglan.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Tal vez nos hace falta leer un poco ese
libro abierto de infinitas páginas que científicos y contemplativos nos van
poco a poco descifrando. Quizá ahí esté aguardando un secreto sin palabras, un
aire muy puro que puedan ir renovando la
vida en este minúsculo rincón del
Universo inabarcable.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Entonces, aunque nadie haya podido hablar nunca con Andrómeda y lograr que
recapacite, pudiera ser que cuando embistiera nuestra galaxia, al abordar la
Tierra, encontrara un gran cartel, o muchos, que dijeran en un montón de
lenguas:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> <b>YA
NO ESTAMOS AQUÍ, <o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 106.2pt;">
<b><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> PERO
CONSEGUIMOS <o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-indent: 35.4pt;">
<b><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> ENTENDER
MUCHAS COSAS.<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt;">
<b><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">
</span></b><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> </span></div>UN ENTENDER NO ENTENDIENDOhttp://www.blogger.com/profile/02724945100264130290noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-1556314740316041710.post-73307933055017388042012-06-01T06:01:00.000-07:002012-06-01T06:04:44.632-07:00Las tres vidas de Francisco de Aldana<br />
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">En
mi ensoñación he ido hasta un lejano campo de batalla de Marruecos y, entre los miles de cadáveres que la
carnicería ha dejado, he reconocido uno, el de Francisco de Aldana. Varios días
leyendo sobre él, buscando más datos
aquí y allá, me han transportado, al cerrar los ojos, a este paisaje desolador
de “acero ensangrentado, /hueso en astilla, en él carne molida,/despedazado
arnés, rasgada malla”, como él mismo había escrito un día, en versos sin fecha.
¿Por qué acabó aquí la vida de este soldado y poeta? <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiCX0jkdp0bh2K5Ia2fXeNPFfjbkBRFtZ3aZBn2jSwENOgZLx0U8BDFimA2v_uMIAwhZukcMQEam2qDk51EFZ0ljBP_Ls5KFjlclJxdyNn2TJ8ZuZqDefAM7gcYXSbcVbyC0zJILuH-9sU/s1600/Batalla+de+Alcazarquivir+1.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiCX0jkdp0bh2K5Ia2fXeNPFfjbkBRFtZ3aZBn2jSwENOgZLx0U8BDFimA2v_uMIAwhZukcMQEam2qDk51EFZ0ljBP_Ls5KFjlclJxdyNn2TJ8ZuZqDefAM7gcYXSbcVbyC0zJILuH-9sU/s1600/Batalla+de+Alcazarquivir+1.jpg" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 20pt;"> </span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Es Marruecos, en concreto Alcazarquivir, cerca
de Larache. El año, 1578. En este enfrentamiento perecerán también tres reyes:
el sultán del bando vencedor, Abd al-Malik, el
depuesto monarca marroquí, Muley Ahmed, y el rey Sebastián de Portugal,
que había acudido en apoyo de éste y con el objetivo de frenar la
expansión turca por el norte de África y
así reforzar la Cristiandad. De la muerte del rey portugués, por cierto, nacerá
un mito muy popular entre los lusitanos: el sebastianismo. El rey Sebastián no
habría perecido en esta batalla y un día volvería a Portugal. Fue el rey de
España, Felipe II, tío del rey Sebastián, quien aceptó la petición de éste de
que Francisco de Aldana le acompañara en
tal aventura, a la que, sin embargo, no había querido enviar un ejército, pues
la aventura era un despropósito desde el
punto de vista militar, como el mismo Aldana había informado al rey de España.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">¿ Era Francisco de Aldana un militar que
escribía versos de vez en cuando? Era mucho
más que una afición, según dejaron dicho algunos escritores que le sucedieron
en las páginas de la Historia de la Literatura Española.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> <i>Único, sabio y claro Aldana.<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> </span></i><b><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">Cervantes<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> <i>Tenga lugar el Capitán Aldana<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> entre tantos científicos
señores,<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> que bien merece aquí tales
loores<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> tal pluma y tal espada
castellana. <o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 212.4pt; text-indent: 35.4pt;">
<b><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">Lope de Vega<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<b><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> </span></b><i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">Valeroso y doctísimo soldado y poeta castellano.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> </span></i><b><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">Francisco de Quevedo</span></b><i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> <o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> </span></i><i style="text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> </span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">Por tanto, si se trata de conocer quién
fue el dueño de este rostro vencido que yace ante mis entornados ojos entre
tantos muertos y heridos, por fuerza algo habrá que decir sobre su vida de
militar y sobre su vida de poeta. Pero, ¿cuál fue la tercera vida de Francisco
de Aldana a la que se alude en el título?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> <i>Aldana (…) un místico al que sin irreverencia
llamaríamos no profesional.<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> </span></i><b><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">Luis Cernuda<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">Militar, poeta y místico son las tres
vidas que se desangraron en una batalla feroz en África, muy lejos de donde
deseaba estar en aquel momento Aldana: el monte Urgull, en San Sebastián, como
se explicará más adelante. Al abrir cada una de las tres puertas de la
biografía de este hombre, nos hemos de encontrar con información muy desigual.
Del militar, los datos son considerables. Del poeta, conservamos bastantes
poemas, aunque no todos. Sin embargo, penetrar en la tercera puerta, la del
místico, es sumergirse en una extraña niebla resplandeciente. El místico no
tiene retrato ni documentos. Está en el corazón de unos versos que habrá que
leer en el mayor de los silencios y con la imaginación más rigurosa de que seamos
capaces, para que nos revelen algo de lo que no sabemos con exactitud. Éste es
el propósito final de esta historia.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiq0Shjb0QNIzRscKtw00Y4o8Jgm5S968-mQx7YWqfQEo_3K-ZeEoET9F3xrjFdH8lIxByTX7cMa3bUNnqatByjA1M8yO9ZBDNrE4ESmvJo2Fm1lblDUz9brWY9c5FKcriYuEQUmwBHvsE/s1600/Aldana+1.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiq0Shjb0QNIzRscKtw00Y4o8Jgm5S968-mQx7YWqfQEo_3K-ZeEoET9F3xrjFdH8lIxByTX7cMa3bUNnqatByjA1M8yO9ZBDNrE4ESmvJo2Fm1lblDUz9brWY9c5FKcriYuEQUmwBHvsE/s1600/Aldana+1.jpg" /></a><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt; text-indent: 35.4pt;"> </span><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt; text-indent: 35.4pt;"> </span><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt; text-indent: 35.4pt;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">El militar</span></b><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> <b><o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">Francisco
de Aldana nació en 1537, probablemente en Nápoles, territorio perteneciente a
la corona española. Hijo y sobrino de militares, de origen extremeño, a los
tres años se trasladó con su familia a Florencia, donde creció inmerso en el
ambiente renacentista de la ciudad de los Médicis. Estudió, leyó, descubrió su
amor por las letras y compartió todo ello con su hermano Cosme, que tendrá un
papel muy importante en su posteridad, y con otros amigos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">Pero en el siglo XVI abrazar las armas a la vez que las letras no era tan
inusual como en tiempos posteriores.
Varios autores clásicos de la Literatura Española lo hicieron: Garcilaso de la
Vega, en su mismo siglo; Jorge Manrique, que les precedió, y el mismo
Cervantes, herido en la batalla de Lepanto, a partir de lo cual abandonó la
milicia, aunque más tarde alumbraría una prodigiosa criatura literaria que
ansiaba tanto la literatura como el noble oficio de las armas: nuestro Don
Quijote.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">A los 16 años Aldana ya había ingresado en la carrera militar. En 1557, con veinte,
tomó parte en la victoria hispánica contra Francia en San Quintín. Con 27 años
ya era capitán y tenía fama de buen guerrero. Ejercía su oficio en Florencia,
pero por pocos años. En 1567 comenzó una nueva etapa. Marchó, a las órdenes del
Duque de Alba, a los Países Bajos. La parte más terrible de la vida de milicia
se iba a destapar con máxima hostilidad. La guerra por preservar aquellos
territorios del Imperio Español, entonces en parte protestantes, sería larga y
sanguinaria. Ochenta años más tarde, en 1647, obtuvieron la definitiva
independencia.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">Nos interesa retener este periodo de su
biografía (1567-1576), que sólo se interrumpirá con una breve estancia en la España
peninsular y en el Mediterráneo, pues Aldana se convertirá en los Países Bajos
en un hombre maduro, ahondará en su interior y decidirá cómo quiere vivir lo
que le reste de vida, que acabarán siendo tan solo dos años más.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">La guerra era la constante en Flandes. Y
frecuente era el descontento de los tercios españoles, que podían ver como se
retrasaba la paga pero no la orden de ofrecer sus cuerpos al combate. Unos
versos de Aldana retratan el momento nocturno en que el centinela da la voz de
alarma ante el ataque inesperado del enemigo, y las maniobras guerreras que
después tienen lugar:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> <i>Aquél toma el escudo, éste el estoque,<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> éste y aquél la lanza, otro
la pica,<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> otro la espada, ese otro el
instrumento<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> que relámpago, rayo y trueno
junto<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> echa de sí con daño de mil
vidas.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">En mayo de 1571 fue licenciado de su destino
en los Países Bajos y pisó por primera vez suelo castellano. No permaneció por
mucho tiempo en Madrid, pues al año siguiente lo encontramos a las órdenes de
Don Juan de Austria, reciente vencedor de los turcos en Lepanto. Pero en ese
mismo 1572 empeoró la situación en los Países Bajos y Aldana fue reclamado de
nuevo en ese frente. Como general de artillería participó en los combates de Harlem
y Alkmaar, siendo en este sitio herido de gravedad. Siete meses le llevó
recuperarse de la herida en aquella batalla perdida por los tercios. En ese
tiempo el Duque de Alba, con quien le unía una muy fluida relación, fue destituido.
Luis de Requeséns tomó el mando. Probablemente en ese tiempo ya su energía
militar se estaba acabando, pero aún debió quedarse en aquel frente dos años
más, en los que vivirá la derrota de Leiden. No es hasta 1576 cuando por fin
consiguió regresar a Madrid, de lo que tenemos noticia en una carta muy significativa
que le escribió a su superior máximo Luis de Requeséns:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">Veo
que el hábito de mi soldadesca ya se rompió y me será fuerza procurar otro de
más seguridad.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">Una misión en San Sebastián le lleva a
conocer el monte Urgull y el pequeño castillo en su cima. Una idea se abre paso
en Aldana: aquél podría ser el lugar donde desaparecer del mundo. Mas pronto el
rey Felipe II le encarga una extraña misión. Viajará de incógnito, de hecho
como espía, al norte de África, a la zona de Fez. Ha de informar del potencial
militar de los militares mahometanos, que se reveló muy importante. El rey
quería disuadir a su sobrino, el rey Sebastián de Portugal , de su idea de
invadir la zona. Aldana acudió a la entrevista con el rey luso con tales
noticias, pero la sintonía entre ambos parece que fue importante, y los datos
no desanimaron a aquel singular monarca portugués de 23 años, llegado al trono
sin haber nacido (su padre había fallecido dos semanas antes de su
alumbramiento), que no quiso contraer matrimonio y que vivía inmerso en el
fuego de la misión de poner freno al avance turco por el norte de África. El
hecho es que solicitó a Aldana que le acompañara un año más tarde en el ciego
proyecto y, llegado el momento, escribió al rey Felipe II haciendo oficial su
solicitud. La entrevista había tenido lugar en el verano de 1577. La expedición
se realizaría el verano de 1578. Aldana acabaría fundiendo su destino con el del
joven y vehemente rey de Portugal.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhwu48MztC41v0ILx0or7crR0kLQ-WAjOT99XKeqGIFtdRK4NhQEOrUEU6lCSuxr_lupG494xfUzHCNZqeTAr2ImQkoQOUgzI5fSABSKcQ2Qaw5XFdNpS8ajDr0jzkAuN0YZjKNBk3GZS4/s1600/Rey+Sebastian+de+Portugal.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhwu48MztC41v0ILx0or7crR0kLQ-WAjOT99XKeqGIFtdRK4NhQEOrUEU6lCSuxr_lupG494xfUzHCNZqeTAr2ImQkoQOUgzI5fSABSKcQ2Qaw5XFdNpS8ajDr0jzkAuN0YZjKNBk3GZS4/s1600/Rey+Sebastian+de+Portugal.jpg" /></a><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt; text-indent: 35.4pt;"> </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">¿Qué hizo Aldana en el año que le
quedaba de vida? Sospechara o no que estaba agotando su tiempo, Aldana llevó
una doble vida. Por una parte, ejerció su tarea militar en la fortaleza del
monte Urgull. Por otra, quiso vivir sin más demora su apartamiento del mundo.
Escribió una larga carta en verso a su amigo Arias Montano, uno de los sabios
humanistas de la época, que radiografía con precisión el estado del alma de
Aldana en aquel momento. Y escribió un memorial al rey solicitándole “merced de
la Mota de San Sebastián”. En noviembre de ese año, 1577, se le concedió el
puesto.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">Allí debió de conseguir, durante unos
meses, poner fin al desasosiego que arrastraba desde hacía mucho, y que había
reflejado en sus versos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> <i>El ímpetu crüel de mi destino<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> ¡cómo me arroja
miserablemente<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> de tierra en tierra, de una
en otra gente,<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> cerrando a mi quietud siempre
el camino!<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">Por poco tiempo. En julio de 1577, y
tras recibir varios requerimientos del rey Sebastián, Felipe II ordenó a
Francisco de Aldana que fuera a Madrid y desde allí se incorporara como
consejero militar a la expedición del norte de África. Lo que vino después ya
nos es conocido.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">El poeta<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">¿Qué
hace un poeta que no ejerce de tal, sino que ha de estar presto al combate, hoy
en un frente, mañana en otro, con lo que va escribiendo?</span><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">Probablemente
perder parte de su obra en las trincheras. Este fue el caso de Aldana. Nos han
llegado noventa composiciones suyas, pero todo indica que había más. Y nos han
llegado porque, tras su muerte, su hermano Cosme fue recogiendo todo lo que
encontró y lo dio a la imprenta tal como lo fue recopilando. ¿Con qué orden?
Con ninguno. Aldana no había puesto fecha en casi ningún texto, con lo cual
apenas se puede relacionar vida y obra. ¿Por qué actuó así? Todo parece indicar
que no pensaba</span><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> </span><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">en pasar a la posteridad
como hombre de letras. Seguramente escribía para destinatarios cercanos, o para
su propia intimidad, quizá compartida en algunos momentos.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">Y, sin embargo, acabó recibiendo el
elogio de los más grandes del Siglo de Oro Español, y después de la Generación
de Lorca y Cernuda, ya en el siglo XX.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> </span><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhsVwnawKoVkssx6srWi4D13X2AK0mj5x5wb5w0IdfeksrM-tjwa8UnoRE8yOD5YkuL4GDiAzqvD1MQEp5sHnr6kf79bkxyeldz8OkEnlcZWL5WUOQLyniQPR8d9c_Z6dctdTNMS64gegg/s1600/Aldana+1%C2%AA+edicion+2.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-align: center;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhsVwnawKoVkssx6srWi4D13X2AK0mj5x5wb5w0IdfeksrM-tjwa8UnoRE8yOD5YkuL4GDiAzqvD1MQEp5sHnr6kf79bkxyeldz8OkEnlcZWL5WUOQLyniQPR8d9c_Z6dctdTNMS64gegg/s1600/Aldana+1%C2%AA+edicion+2.jpg" /></a> </div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> </span><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> En sus sonetos, canciones, coplas,
octavas y epístolas, Aldana revela su afán en cada momento, sus
descubrimientos, sus convicciones, sus experiencias, sus anhelos. Nos llegan
sus intensas vivencias, pero nos es difícil saber cuándo o por qué agitan su
existencia.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Puede ser el amor:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> <i>Por vuestros ojos juro, Elisa mía,<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> (así con larga paz
el cielo amigo<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> pueda volver de
nuevo a ser testigo<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> de aquel morir do
vida se incluía)<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> que así cesó del
monte el alegría,<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> desque cesaste vos
de estar conmigo(…)<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> </span></i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">Puede ser la guerra, fiel compañera,
aunque más tarde aborrecida:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> <i>Otro aquí no se ve que, frente a frente,<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> animoso escuadrón moverse guerra,<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> sangriento humor teñir
la verde tierra,<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> y tras honroso fin
correr la gente;<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> éste es el dulce son
que acá se siente:<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> “¡España, Santïago,
cierra, cierra!”,<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> y por suave olor,
que el aire atierra,<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> humo de azufre dar
con llama ardiente(…)<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> </span></i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">O el desasosiego que anunciaba la
necesidad de una nueva vida:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> <i>No halla la memoria o la esperanza<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> rastro de imagen
dulce y deleitable<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> con que la voluntad
viva segura:<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> cuanto en mí hallo
es maldición que alcanza,<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> muerte que tarda,
llanto inconsolable,<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> desdén del Cielo,
error de la ventura.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> </span></i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">Es una breve muestra, pero podrían ser
tres marcas de un itinerario biográfico ordenado en el tiempo. La juventud en
Florencia y el amor. La plenitud del militar entregado a su misión. La madurez del hombre (quizá en torno a los 35
años) que hace balance y escribe sobre
la carencia de sentido en su vida. ¿Qué vendría después? Muy probablemente este soneto, que lleva todo
el aliento del hombre cansado que mira hacia un nuevo lugar interior y exterior en el que poder renacer.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> <i>En fin, en fin, tras tanto andar muriendo,<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> tras tanto varïar
vida y destino,<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> tras tanto de uno en
otro desatino<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> pensar todo apretar,
nada cogiendo,<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> tras tanto acá y
allá yendo y viniendo<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> cual sin aliento
inútil peregrino,<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> ¡oh, Dios!, tras
tanto error del buen camino,<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> yo mismo de mi mal
ministro siendo,<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> hallo, en fin, que
ser muerto en la memoria<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> del mundo es lo
mejor que en él se asconde,<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> pues es la paga dél
muerte y olvido,<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> y en un rincón vivir
con la vitoria<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> de sí, puesto el
querer tan sólo adonde<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> es premio el mismo
Dios de lo servido.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> </span></i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">Estos son los versos de quien tiene
mucho ya vivido. Hasta cinco veces utilizará la expresión “tras tanto”. Y son
los versos de quien va a llegar a una conclusión: hasta tres veces dirá “en
fin”. ¿Cuál es el giro que busca para su vida? “Ser muerto en la memoria del
mundo”, que en su caso sería el abandono de la guerra, la diplomacia, los
éxitos. Y encontrar un “rincón” para
vivir cerca de Dios.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Este poema tardío nos ha llevado a la
cima del monte Urgull, donde consiguió finalmente vivir unos meses de sosiego,
y a la tercera puerta de las vidas de Aldana: la del místico.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj5LPAvm1KqBCygnOdV0XElv8Azpk9T7ELtYpHsieEBBMQp3wqSWffvfqObx5GmKHXmC_CplGB-9LuQ6TrHF20KqucpxCNvLWDtXzbMMLP4AqVs58GYWtLjb6N2F_4UiB7TbRnOYCkCGJ4/s1600/Monte+Urgull.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj5LPAvm1KqBCygnOdV0XElv8Azpk9T7ELtYpHsieEBBMQp3wqSWffvfqObx5GmKHXmC_CplGB-9LuQ6TrHF20KqucpxCNvLWDtXzbMMLP4AqVs58GYWtLjb6N2F_4UiB7TbRnOYCkCGJ4/s1600/Monte+Urgull.jpg" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"><b>El
místico</b></span><br />
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">En el año 1577, unos diez meses antes de
morir, Aldana escribe una carta en verso a su gran amigo Benito Arias Montano,
a la que antes ya se hizo referencia. Es una epístola escrita en versos de 11
sílabas y estructurada en estrofas de
tres, los llamados tercetos encadenados. En ella explica cómo se siente, qué
pretende hacer con su vida y en qué lugar desea cobijarse. E invita a Arias
Montano a compartir con él ese retiro.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Pero la “Epístola a Arias Montano”,
subtitulada “Sobre la contemplación de Dios y los requisitos della”, habla de
algo más, y esta es la sorpresa que estos versos van a revelar. En sus momentos
de quietud, Aldana ha alcanzado un “lugar”, un espacio interior, donde ha
hallado destellos de una belleza y un sosiego nuevos. Y esto ha sido así
porque, en su visión de tal experiencia, el alma se ha hundido “toda en la
divina fuente”. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Lo que ha ido descubriendo el alma de Aldana
sobre la posibilidad de sentir el calor y la paz que emanan del origen divino
del ser humano, aparece destilado en numerosos versos de esta carta. El mundo
no parece que tuviera noticia alguna de esta escondida senda de Aldana. La
tercera vida de este capitán está aquí, asomando entre estrofas perfectamente
medidas. En sus versos me apoyaré para reconstruir, para esbozar mejor, la
prudencia así me lo aconseja, lo que pudo ser la vida del místico que Aldana
también fue.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> A poco de comenzar la carta, Aldana
refleja sin adornos su estado presente:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> <i>yo soy un hombre desvalido y solo<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> </span></i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">Para, a continuación, apuntar la posible
causa, que no ha desaparecido pues escribe en presente:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> <i>Oficio militar profeso y hago,<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> ¡baja condenación de mi
ventura!,<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> que al alma dos infiernos da
por pago:<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> los huesos y la sangre que
Natura<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> me dio para vivir, no poca
parte<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> dellos y della he dado a la
locura<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> </span></i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">Pero no se alarga en el lamento. Zanja
la queja, anota poéticamente su edad presente, de 40 años, “cuatro veces ciento
y dos cuarenta vueltas dadas miro del planeta septeno al firmamento”, y expone
claramente el giro que ha decidido para su vida:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> <i>pienso torcer de la común carrera<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> que sigue el vulgo y
caminar derecho<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> jornada de mi patria
verdadera;<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> entrarme en el
secreto de mi pecho<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> y platicar en él mi
interior hombre,<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> dó va, dó está, si
vive, o qué se ha hecho.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> </span></i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">Lo cual espera realizar en un lugar
solitario (parece claro que el Monte Urgull en San Sebastián)<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> <i>Y porque vano error más no me asombre,<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> en algún alto y
solitario nido<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> pienso enterrar mi
ser, mi vida y nombre.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> </span></i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">Aldana no tiene dudas del fruto de ese
recogimiento que le espera:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> <i>y, como si no hubiera acá nacido,<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> estarme allá, cual
Eco, replicando<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> al dulce son de
Dios, del alma oído.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> </span></i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">¿Qué sería el “dulce son de Dios”?
¿Tenía ya experiencia de ello? Ésta sería la pregunta clave para el
acercamiento al Aldana místico.</span><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">Sólo
podremos descubrirlo al ir encontrando numerosos versos inspirados claramente
en esta vivencia espiritual.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Hay para Aldana una “eterna Beldad”, de
la que procede el alma humana. Y afirma que el alma<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> <i>antes que del Señor fuese crïada,<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> cómo no fue ni pudo
haber salido<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> de aquella privación
que llaman nada<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> </span></i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">Lo que le inspira agradecimiento:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> <i>y diga a Dios:“¡Oh Causa del ser mío,<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> cuál me sacaste desa
muerte escura,<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> rica del don de vida
y de albedrío!”<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> </span></i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">El alma humana, pues, aunque también su
cuerpo temporal, ha sido decisión, regalo, de la voluntad de otro Ser. Y este
origen divino está en ella. ¿Cómo reconocerlo? Según Aldana, que parece aquí
demostrar gran conocimiento de ello, no hay que desvivirse en la búsqueda de
esta experiencia.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> <i>Así, que el alma en los divinos pechos<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> beba infusión de
gracia sin buscalla,<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> sin gana de sentir
nuevos provechos,<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> que allí la
diligencia menos halla<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> cuanto más busca, y
suelen los favores<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> trocarse en
interior, nueva batalla.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> </span></i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">Y la mejor forma de que este conocimiento
del origen del ser humano se produzca son para Aldana la quietud y la espera:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> <i>Digo que, puesta el alma en su sosiego,<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> espere a Dios cual
ojo que cayendo<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> se va sabrosamente
al sueño ciego<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> </span></i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">El gozo que este contacto divino puede
ofrecer, lo intenta reflejar, bien que pálidamente, con una referencia
histórica, contemporánea al poeta, que tal vez nos sorprenda:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> <i>¡Oh grandes, oh riquísimas conquistas<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> de las Indias de
Dios, de aquel gran mundo<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> tan escondido a las
mundanas vistas!<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> </span></i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">Ésta es sin duda la vía y la vida del
místico, a cuya alma en esta disposición<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> <i>(…) poco a poco le amanezca el día<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> de la contemplación,
siempre cobrando<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> luz</span></i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> <i>y calor
que Dios de allá le envía.<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> </span></i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">Llegados a este punto, uno no puede
menos que preguntarse cuándo y dónde un militar, tan activo como éste, pudo
encontrar espacio y tiempo adecuados para vivir esta tercera vida. Los
silencios fecundos, los destellos de luz, los gozos de una paz y un
conocimiento superior, tuvieron que producirse en las entrañas de su agitada
vida de militar, que nunca acabó, y sí acabó con él. En alguno o varios de
estos hechos de su biografía debieron de coexistir el militar, el poeta y el
místico:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> En las amenazadoras noches de Flandes,
entre el sueño y la tensión de un posible ataque nocturno del enemigo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> En los meses de convalecencia por las
heridas del mismo frente de combate.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> En los
largos viajes atravesando Francia para llegar a Madrid o regresar a los
Países Bajos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> En el Mediterráneo, combatiendo al
turco con Don Juan de Austria.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> En el viaje de ida y vuelta a Lisboa
para informar al rey de Portugal de las dificultades de atacar el norte de
Marruecos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> O quién sabe en qué otros paréntesis de
aquel oficio, de aquel destino, consagrado a la pelea, de quien iba
descubriendo en la quietud “el divino centro, glorioso origen del contento”. En
estas y en otras ocasiones tenía Aldana que abstraerse de todo cuanto le
solicitaba su dedicación a las armas y desaparecer hacia adentro y hacia
arriba, por unas horas, quizá menos. Y, según se desprende de la obra
comentada, una presencia y una
revelación a menudo le aguardaban.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> He aquí al “místico no profesional”,
como le nombró el poeta Luis Cernuda. No se trataba de un monje caminando con
el pecho silencioso por el claustro amable de su monasterio. Se trataba de un
guerrero, agotado hacia el final, pero no tanto como para no cumplir su última
misión y adentrarse en la que sería su última batalla, en el norte de África,
espada en mano, según testigos alcanzaron a ver y a contar.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Más allá de la tristeza que este
desenlace puede dejarnos, yo quiero anotar el lado oculto y luminoso de esta
vida. Y subrayar el hecho de que esta conciencia mayor, de que este
descubrimiento espiritual Aldana lo va cobrando inmerso en lo que hoy llamamos
vida cotidiana. La suya tan diferente de la nuestra, en general. Pero quizá Aldana
anticipa así una figura hoy más imaginable que en su tiempo: la del hombre o la
mujer dedicados al trabajo, a la familia, al estudio, a los conflictos sociales,
en cuyo interior habita un monje que también tiene su momento y que no renuncia
a un conocimiento trascendente. No olvidemos que Aldana escribió todos los
versos que antes se han comentado sin haber alcanzado aún aquel retiro, “en
solitario nido”, que tanto anhelaba.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Creo que este hombre un día vio que
existía una “escalera” que llevaba a lo más alto, aún en penumbra para sus
cansados ojos. Pero hombre de condición valiente y atrevida, decidió subir y
conocer.</span><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">Llegado
arriba, halló una puerta abierta, como esperándole.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> <o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> </span></i><b style="text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 20pt;"> </span></b></div>UN ENTENDER NO ENTENDIENDOhttp://www.blogger.com/profile/02724945100264130290noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-1556314740316041710.post-23387070550443839672012-05-11T05:10:00.000-07:002016-11-22T11:02:43.115-08:00Lo que saben los pacientes de Bernie Siegel<br />
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14pt;">Quien
al abrir el sobre de unos análisis clínicos se haya encontrado con términos
como “adenocarcinoma”, “neoplasia” o, definitivamente, “tumor”, es posible que
en los meses posteriores haya acabado leyendo alguno de los libros del Doctor
Bernie Siegel. Como estamos ante uno de
los mayores retos que la vida puede traer, entre este párrafo y el siguiente
habrá más que un doble espacio. Un poquito de silencio, una respiración serena,
y también un margen para la esperanza que este hombre se ha empeñado en
transmitir a través de las historias de sus pacientes.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14pt;"> Bernie Siegel nació en Nueva York, en 1932. El hecho es que está plenamente activo: en su
página web se anuncian sus conferencias, talleres y charlas radiofónicas para
esta primavera y recientemente ha publicado su libro número 12 (“Un libro de
milagros: Historias verdaderas de curación, gratitud y amor”). Estudió Medicina
y se doctoró en Nueva York y ejerció como cirujano en un hospital de New Haven,
la ciudad que alberga la famosa universidad de Yale. A partir de 1989 dejó la
cirugía para dedicarse de lleno a escribir, dar conferencias y trabajar con
grupos de pacientes, con sus familiares y con sus cuidadores, en torno al
proyecto que había creado en 1978: los ECaP.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiuygFa0Wnnwhy62QEQ2a8vmf02e8yYStWHsxc_oYhRMnX1SVBwBW4TF8VUB4CRxylPuVgZL8ZV3YaGG-zwJ3anRdP6VWGwtpsGTrn_zIxrK8Bi9LTmS5sV1L-Wo72he3eT6DgZAUEaqOM/s1600/Bernie+Siegel+serio.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiuygFa0Wnnwhy62QEQ2a8vmf02e8yYStWHsxc_oYhRMnX1SVBwBW4TF8VUB4CRxylPuVgZL8ZV3YaGG-zwJ3anRdP6VWGwtpsGTrn_zIxrK8Bi9LTmS5sV1L-Wo72he3eT6DgZAUEaqOM/s1600/Bernie+Siegel+serio.jpg" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14pt;"> </span><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14pt;"><v:shapetype coordsize="21600,21600" filled="f" id="_x0000_t75" o:preferrelative="t" o:spt="75" path="m@4@5l@4@11@9@11@9@5xe" stroked="f">
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<v:f eqn="sum @0 0 1">
<v:f eqn="prod @6 1 2">
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<v:f eqn="sum @10 21600 0">
</v:f></v:f></v:f></v:f></v:f></v:f></v:f></v:f></v:f></v:f></v:f></v:f></v:formulas>
<v:path gradientshapeok="t" o:connecttype="rect" o:extrusionok="f">
<o:lock aspectratio="t" v:ext="edit">
</o:lock></v:path></v:stroke></v:shapetype><v:shape alt="Descripción: C:\Users\Usuario\Documents\Bernie Siegel serio.jpg" id="Imagen_x0020_1" o:spid="_x0000_i1027" style="height: 140.25pt; mso-wrap-style: square; visibility: visible; width: 119.25pt;" type="#_x0000_t75">
<v:imagedata o:title="Bernie Siegel serio" src="file:///C:\Users\Usuario\AppData\Local\Temp\msohtmlclip1\01\clip_image001.jpg">
</v:imagedata></v:shape></span><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14pt;"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14pt;"> “Pacientes excepcionales de cáncer”:
esto son los grupos ECaP. Siegel explica
que este proyecto surgió asistiendo en 1977
a un taller, al que se había apuntado
“por las dificultades que se me planteaban como médico: debido a lo
inadecuado de mi formación, no sabía cómo tratar a los pacientes en cuanto
personas. Como muchos médicos, había levantado murallas a mi alrededor para
protegerme del dolor emocional que presenciaba. Se me había preparado para
tratar las enfermedades, y cuando me di cuenta de que no podía curarlas todas,
empecé a sentirme un fracasado”. Ese día una paciente suya afectada de cáncer
de mama, que también asistía al taller, le dijo:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14pt;"> <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoListParagraph" style="margin-left: 53.25pt; mso-add-space: auto; mso-list: l0 level1 lfo1; text-indent: -18.0pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14pt;">—<span style="font-family: "times new roman"; font-size: 7pt;">
</span></span><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14pt;">“¿Sabe
usted lo que necesito saber? Cómo vivir día a día, entre <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14pt;">una
visita y otra a su consulta.”<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14pt;"> Bernie Siegel quiso dar respuesta a
aquellas palabras y para ello ideó unos grupos en los que los pacientes
pudieran “hablar de su vida, hacer dibujos, convivir con su enfermedad”. A sus
primeras cien cartas a pacientes, sólo respondieron doce mujeres. Así
empezaron. Hoy hay grupos ECaP por todo el mundo y la perspectiva de estos
grupos ha influido también en la formación de profesionales de la medicina y en
la atención hospitalaria. ¿Qué ocurre en tales grupos? ¿Por qué se habla de pacientes
“excepcionales”?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14pt;"> Bernie (como él invita a que le llamen;
le haré caso sólo de vez en cuando) lo ha explicado ampliamente en sus libros.
Destaco tres, traducidos al castellano, aunque hay más: “Amor, medicina
milagrosa”, “Paz ,amor y autocuración” y
“Cómo vivir día a día”. Entrar en estos
libros es pasearse entre gente que ha desbordado el plazo de vida que los diagnósticos
médicos les adjudicaban, o que se han curado completamente, o que, aunque hayan
fallecido, han marchado de tal manera que su final no ha sido ningún fracaso.
Las reflexiones de Siegel, así como las muchas informaciones sobre la relación
mente-cuerpo, completan el intenso mensaje de fuerza que desprenden estas
lecturas. Las historias de sus pacientes abundan en todos ellos. Como ésta.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14pt;"> John era jardinero paisajista y amaba
su profesión. Los análisis confirmaron que tenía cáncer de estómago y que había
que operar. Cuando llegó a la consulta del Doctor Siegel, éste estaba a punto
de marchar de vacaciones y, como consideró que la operación era urgente, le
propuso que ingresara en el hospital de inmediato. Pero John le dijo que no
podía. ¿Por qué? Porque estaba comenzando la primavera y aquél era el momento
más importante para su profesión: para embellecer el mundo, como él decía. Dos
semanas después de las vacaciones de Siegel, volvió y le dijo que ya estaba
dispuesto para la operación. Se recuperó muy rápidamente, pero entonces había que administrarle quimioterapia y
radioterapia, pues la enfermedad no había desaparecido por completo. De nuevo
dijo que él no podía estar más tiempo de baja. Seguía siendo primavera y tenía
mucho por hacer. Así que John abandonó el hospital , pero el cáncer también le
abandonó a él. ¿Por qué? No había respuesta. Siegel hizo en su momento este
comentario:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14pt;"> <i>John
está demasiado ocupado viviendo para estar enfermo. Ese es su verdadero
secreto. La cuestión es cómo lo explicamos en términos científicos. ¿Qué
podemos aprender de él? ¿Hay realmente una fisiología del optimismo, la paz, el
amor y la alegría?<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14pt;"> </span></i><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14pt;">La respuesta a estas preguntas ha
orientado la actividad de este médico. No se trata de rechazar ninguna de las
terapias que la Medicina ofrece hoy. No se trata, en definitiva, de hacer como
hizo en parte el hombre de esta historia no asistiendo a las sesiones de quimio
y radioterapia. Se trata de potenciar la capacidad de autocuración de cada
persona. Se trata de conocer la importancia que los pensamientos y los
sentimientos que albergamos pueden tener en nuestra curación.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14pt;"> <i>Debemos
tratar de conocer a las personas a quienes cuidamos, como lo hacían los médicos
de generaciones anteriores. Deberíamos conocer tanto a la persona como a la
enfermedad, e interesarnos especialmente por aquellas personas que han mejorado
a pesar de las probabilidades adversas.<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14pt;"> </span></i><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14pt;">Otra historia. Era una mujer de unos 75
años. Los médicos no le daban más que unas pocas semanas de vida. Había crecido
en tiempos difíciles, con austeridad, en los años de la Gran Depresión en
América. Pese a ello, su hija, en un intento de animarla, le regaló un conjunto
de camisón y salto de cama, preciosos y muy caros. La mujer se quedó en
silencio al abrir el paquete. ¿Le parecía inútil aquel gasto dada su situación?
Miró a su hija y claramente le dijo que no le gustaba. Pero, señalando la
publicidad de bolsos de un periódico, le indicó uno que sí le hacía ilusión.
¿Podría devolver el regalo y comprarle el bolso?, preguntó la madre a la hija.
De entrada, la joven no entendía nada. Se trataba de un bolso de verano, ¡y
estaban en enero, y con aquel diagnóstico! A los pocos minutos la hija
reaccionó. Lo que su madre le estaba diciendo era si llegaría a vivir al menos seis meses. Por supuesto, le compró
el bolso. Y el bolso se gastó de tanto usarlo. Y la madre cumplió bastantes
años más.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14pt;"> “Cualquier cosa que ofrezca esperanza
tiene la potencialidad de curar”, comentaba Siegel. Hoy, disciplinas
científicas nuevas, como la psiconcología y la psiconeuroinmunología indagan y
experimentan en esta dirección. Hace ya unas décadas, la neurobióloga Rita Levi-Montalcini recibió el Premio Nobel de Medicina por su
descubrimiento del NGF, o factor de
crecimiento nervioso, una sustancia que
el cuerpo produce de forma natural. Su comentario parece oportuno traerlo a
estas líneas:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14pt;"> <i>Siempre
se ha sabido que las condiciones psicológicas afectan al bienestar de las
personas por mediación del sistema inmunitario, pero jamás se había demostrado
estructuralmente que hubiera alguna relación. Ahora creemos que el NGF es algo así como un mensajero que los vincula.<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14pt;"> </span></i><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14pt;">En paralelo a las investigaciones,
por delante de ellas en muchos casos,
están estos grupos de pacientes excepcionales de cáncer (y de otras
enfermedades) en los que los asistentes comparten sus vivencias del proceso en
que están inmersos, se interpretan sueños o dibujos, se hace relajación,
algunos se inclinan por la visualización, meditan…todo en esta línea, cada vez
más consolidada, de fortalecer el sistema inmunitario, de reforzar la capacidad
de autocuración del cuerpo humano, sin por ello abandonar las terapias que la
Medicina pone a su alcance. Hay estudios diversos que avalan la bondad de
rescatar emociones contenidas, de sacarlas a la luz y así liberar energías de
curación. Por ejemplo, un estudio del psicólogo y profesor universitario James
Pennebaker demostraba que tendía a reforzarse el sistema inmunitario de
aquellas personas que escribían en un diario personal las vivencias de sus momentos traumáticos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14pt;"> Sin embargo…también hay un final para
estos pacientes valerosos. Bernie Siegel, una y otra vez, lo recuerda:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14pt;"> <i>Mi
trabajo consiste en derrotar el dolor de vivir, no la muerte, y esto todos los
pacientes excepcionales lo saben.<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgsEFhL3YG1pR5ySCAmGEf5AgaBuUeBexkbmxjm_QZqEb2sF5azvwJ74kgmt0qmfPNG93whQ3rGk-V1Ovu4kJJMVOv4sq3FyxF72BQkY_0FmnB_hPb5LbVO9ebyPA-jEH1-Q58Ctg0kBQk/s1600/Bernie+Siegel+mirada+horizonte.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgsEFhL3YG1pR5ySCAmGEf5AgaBuUeBexkbmxjm_QZqEb2sF5azvwJ74kgmt0qmfPNG93whQ3rGk-V1Ovu4kJJMVOv4sq3FyxF72BQkY_0FmnB_hPb5LbVO9ebyPA-jEH1-Q58Ctg0kBQk/s1600/Bernie+Siegel+mirada+horizonte.jpg" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14pt;"> </span></i><i><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14pt;"><v:shape alt="Descripción: C:\Users\Usuario\Documents\Bernie Siegel mirada horizonte.jpg" id="Imagen_x0020_2" o:spid="_x0000_i1026" style="height: 130.5pt; mso-wrap-style: square; visibility: visible; width: 90pt;" type="#_x0000_t75">
<v:imagedata o:title="Bernie Siegel mirada horizonte" src="file:///C:\Users\Usuario\AppData\Local\Temp\msohtmlclip1\01\clip_image002.jpg">
</v:imagedata></v:shape></span></i><i><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14pt;"><o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14pt;"> </span></i><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14pt;">Una vez, Bernie tuvo un sueño. En él
alguien le decía que leyera el libro “Viaje a Ixtlan” de Carlos Castaneda. Muchos conocéis los libros de Castaneda en los que se narran las conversaciones y las
experiencias del mismo autor con un brujo yaqui, en México, llamado Don Juan.
Éste le introduce en el camino de una nueva percepción de la realidad con sus
palabras, pero también con las pruebas que le propone. El hecho es que, en una
primera lectura, Bernie encontró en el libro un remedio para sus dolores en el
cuello, pues Don Juan le dice a Castaneda que se compre una mochila y deje de
llevar pesos en las manos. Era lo que Siegel también hacía y así, con la
mochila inducida por el sueño, parece que se curó. Pero no quedó ahí el asunto.
Siegel volvió al libro a lo largo de su vida y siguió encontrando en él algo
más que aprender. Especialmente aquellos pasajes que se referían a la muerte.
Éste es el fragmento de “Viaje a Ixtlan” que más le inspiró. Se trata de la
respuesta de Don Juan a la idea que tenía Castaneda de que era mejor no
ocuparse de la muerte, porque sólo producía miedo y desánimo:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14pt;"> <i>¡Eso
es pura idiotez! La muerte es la única consejera sabia que tenemos. Cada vez
que sientas, como siempre lo haces, que todo te está saliendo mal y que estás a
punto de ser aniquilado, vuélvete hacia tu muerte y pregúntale si es cierto. Tu
muerte te dirá que te equivocas, que nada importa en realidad más que su toque.
Tu muerte te dirá: “Todavía no te he tocado”.<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14pt;"> </span></i><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14pt;">Y mientras llega ese momento, los
pacientes de Siegel intentan “aprender a vivir, jubilosamente y con amor”. Unos
prolongan su vida más de lo esperado, otros se curan , pero todos, antes o
después, fallecen. Esa es la condición humana , aunque pueda no hacer falta
recordarlo. Pero lo que ha ocurrido en ese tiempo junto a la enfermedad es la
clave: “Los pacientes excepcionales no tratan de no morirse. Tratan de <i>vivir</i> hasta que se mueran”.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14pt;"> Sin embargo, llega un momento en que la
muerte “toca” y, ahí está el misterio, a
veces parece como si lo hiciera con palabras silenciosas que sólo consiguen oír
quienes ya van a comenzar su viaje definitivo. De ello tratan estas dos
historias extraídas de sus libros. Una la protagoniza una anciana y la otra un
niño. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14pt;"> Edward Salisbury trabajaba en una
residencia para ancianos como auxiliar de enfermería y antes de acabar su turno a las 23h. era su
costumbre despedirse de algunos residentes que insistían en que no dejara nunca
de hacerlo. La señora D. no podía caminar y él cada noche la llevaba de la
silla de ruedas a la cama. Después pasaba a arroparla y a darle el beso de
buenas noches. En sus conversaciones ella a menudo le preguntaba si creía en el
perdón.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14pt;"> Una noche, cuando Salisbury ya estaba
en su coche para regresar a casa, oyó un grito. Era la señora D. Había olvidado
despedirse de ella. Subió rápidamente y se la encontró sentada en la cama, muy
inquieta. No se trataba sólo de que no le hubiera dado las buenas noches ; ella
tenía una especial necesidad de hablar. Le preguntó si de verdad creía que Dios
lo perdonaba todo. Él muy de corazón la tranquilizó. Tenía la profunda
convicción de que así sería y que nada le impediría recibir el Amor y la Gracia
de Dios. Entonces la mujer le explicó su secreto, aquello que la tenía tan
inquieta desde hacía tantísimos años. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14pt;"> Cuando era joven había robado la
vajilla de plata de su familia para poder fugarse con su novio, y ya nunca más
los había vuelto a ver. Era la primera vez que se lo explicaba a alguien. Pero
aquel peso lo había arrastrado siempre y temía que al final de su vida le sería
tenido en cuenta.</span><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14pt;">Salisbury
le aseguró que lo que Dios quería era que conociera su amor cuando ese momento
llegara. La mujer se tranquilizó.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14pt;"> Al día siguiente, al volver a la
residencia, sus compañeras le contaron lo que había ocurrido de madrugada. La
señora D. había cruzado andando todo el pasillo y se había dirigido al
mostrador de las enfermeras. Había dejado la Biblia y su dentadura postiza
porque, según dijo, no las iba a necesitar más y había regresado, también
andando, a su habitación. Al poco, había muerto.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14pt;"> Y la segunda historia, con la que se
cerrará este <b>Lo que saben los pacientes
de Bernie Siegel</b>, voy a dejar que la explique el mismo Bernie. No
encuentro mejor manera de transmitirla.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14pt;"> <i>Yo
tuve una experiencia con un niño a quien había operado. Ahora estaba en el
hospital para morir, interrumpida toda terapia activa. Un día le dijo a su
madre:<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14pt;"> —Pronto me convertiré en un pajarito y
me iré volando. Me gustaría que tú pudieras venir conmigo, pero no puedes.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14pt;"> Y durante semanas siguió así,
preparando a sus padres para su partida.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14pt;"> Como yo había sido su cirujano, seguí
visitándole regularmente, aunque como médico ya no había nada que pudiera hacer
por él. Una mañana, cuando entré, en vez de pedirme, como era habitual en él,
un helado o alguna otra cosa que yo pudiera llevarle, me dijo que me sentara a
su lado. Entonces hizo que su madre le pusiera una cinta de vídeo de dibujos
animados y estuvimos unos minutos mirándola. Cuando le dije que tenía que irme,
hizo algo que no había hecho nunca: se señaló ambas mejillas, indicándome que
se las besara. Y lo hice. Nunca antes se me había concedido tal privilegio, y
cuando salí de la habitación me sentía muy honrado por lo que me había permitido
hacer, hasta tal punto que tardé un rato en darme cuenta de que había estado
despidiéndose. Quince minutos después de que yo le besara, murió. Esa fue una
de las experiencias que me recordaron
por qué nunca abandono a mis pacientes…porque es mucho lo que tienen para dar.
El amor que dejó tras de sí aquel chiquillo me sostiene todavía.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14pt;"> </span></i><i><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14pt;"><v:shape alt="Descripción: C:\Users\Usuario\Documents\Bernie Siegel sonriente.jpg" id="Imagen_x0020_4" o:spid="_x0000_i1025" style="height: 164.25pt; mso-wrap-style: square; visibility: visible; width: 132.75pt;" type="#_x0000_t75">
<v:imagedata o:title="Bernie Siegel sonriente" src="file:///C:\Users\Usuario\AppData\Local\Temp\msohtmlclip1\01\clip_image003.jpg">
</v:imagedata></v:shape></span></i><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14pt;"><o:p></o:p></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiIF18BFgCWCxGrqfnLZvw7QOplFouLP52D8RiO8XJd2ibbpYwatRIRmPCl7k0WOJL4rlTuUGu_zhNDzKwTUHM53YBxop8gb53WFIyuKaoO3vRq0x3LmVol-fpZJkmlnQ9H833Ne-XJ6Ns/s1600/Bernie+Siegel+sonriente.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiIF18BFgCWCxGrqfnLZvw7QOplFouLP52D8RiO8XJd2ibbpYwatRIRmPCl7k0WOJL4rlTuUGu_zhNDzKwTUHM53YBxop8gb53WFIyuKaoO3vRq0x3LmVol-fpZJkmlnQ9H833Ne-XJ6Ns/s1600/Bernie+Siegel+sonriente.jpg" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14pt;"> </span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
UN ENTENDER NO ENTENDIENDOhttp://www.blogger.com/profile/02724945100264130290noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-1556314740316041710.post-36612577201794110682012-04-22T03:06:00.000-07:002012-08-02T01:22:18.731-07:00Leyendo a Goethe la “Elegía de Marienbad”<br />
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">Es
difícil acercarse a Goethe sin sentir una cierta pequeñez. Quien es considerado
no sólo como un autor clásico de la literatura universal, sino como primer
representante de las letras alemanas, leyó, escribió, investigó y vivió lo que
muchas personas juntas jamás alcanzarían.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Poeta, novelista y autor teatral,
estudió y también publicó sobre Anatomía, Botánica, Mineralogía y Geología. Su
“Teoría de los colores” es uno de los libros más citados, aunque controvertidos,
dentro de su producción no literaria.
Pero hay más. Como hombre de confianza del Gran Duque de Weimar, Carlos Augusto,
desarrolló en aquel ducado una tarea política de primera fila. Escribió también
una obra autobiográfica (“Poesía y
verdad”) y mantuvo frecuentes charlas con su fiel Eckermann, lo que llevó a que
en sus “Obras completas” aparezca un título decisivo: “Conversaciones con
Eckermann”. Si de otro gigante de la literatura europea, Shakespeare, conocemos
bien su amplísima obra, pero mucho menos su biografía, de Goethe lo conocemos
todo: su inmensa obra y su larga vida, cuyo inicio tuvo lugar en Frankfurt, el
28 de agosto de 1749, y acabó el 22 de marzo de 1832, en su casa de Weimar.
Nietzsche dijo de él: “Goethe es el último alemán por el que yo siento
respeto”. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjyaOWmEDvg2LY4_Yi7ibJuQgoDsY4OR_6J8F_a2y9u7lt4y4iadSMUcIfnt7vX0sLKlhTiqo1oOFFdL31N39vUzOKcANNw2S4uX_z8CrcLs7VslJTFCPRgIrlwdj5ODtjXtx4PwGKRgUI/s1600/Goethe+1.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjyaOWmEDvg2LY4_Yi7ibJuQgoDsY4OR_6J8F_a2y9u7lt4y4iadSMUcIfnt7vX0sLKlhTiqo1oOFFdL31N39vUzOKcANNw2S4uX_z8CrcLs7VslJTFCPRgIrlwdj5ODtjXtx4PwGKRgUI/s1600/Goethe+1.jpg" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> </span><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"><v:shapetype coordsize="21600,21600" filled="f" id="_x0000_t75" o:preferrelative="t" o:spt="75" path="m@4@5l@4@11@9@11@9@5xe" stroked="f">
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</o:lock></v:path></v:stroke></v:shapetype><v:shape alt="Descripción: C:\Users\Usuario\Documents\Goethe 1.jpg" id="Imagen_x0020_1" o:spid="_x0000_i1028" style="height: 188.25pt; mso-wrap-style: square; visibility: visible; width: 150.75pt;" type="#_x0000_t75">
<v:imagedata o:title="Goethe 1" src="file:///C:\Users\Usuario\AppData\Local\Temp\msohtmlclip1\01\clip_image001.jpg">
</v:imagedata></v:shape></span><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Por lo tanto, hay que escoger algún
camino de los muchos que se ofrecen al visitante cuando se llega al mundo de
Goethe, y el que marca el título de este escrito precisa como guía una mano de mujer.
Es, probablemente, una buena manera de
acercarnos a quien quiso dar punto final a su obra más universal,
“Fausto”, con estas palabras:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">El
eterno femenino nos impulsa hacia arriba</span></i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> No
se puede hablar así sin haber celebrado,
y sufrido, largamente el amor a la mujer, ni sin haber sido transformado por su
misteriosa fuerza. Los amores de Goethe nos son bien conocidos, desde su
juventud hasta los inicios de su ancianidad. Aquí sólo apuntaré cuatro nombres.
Tres damas, de relevancia muy distinta en su “impulso hacia arriba”, y un
sueño, aunque muy real, que a punto estuvo de hundirle. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> En 1772 conoció a la prometida de un
amigo, Charlotte Buff, de la que se enamoró. Ella acabó casándose con su novio.
Dos años más tarde, aparecía su obra más romántica y la de mayor éxito popular,
“Las penas del joven Werther”. La amada del protagonista, no por casualidad, se
llamaba Lotte. Werther la describe cortando rebanadas de pan para sus hermanos.
Ésta fue también la primera imagen que tuvo Goethe de Charlotte Buff, quien tenía
que cuidar de sus hermanos pequeños, huérfanos de madre.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Carlota von Stein apareció en su vida
en 1775. Tenía ya entonces siete hijos de un matrimonio infeliz. Goethe le
llegó a escribir 1700 cartas y notas. Las de ella se han perdido en su casi
totalidad. Para algunos biógrafos, fue una relación platónica. No para todos. En
la gran influencia recíproca hay total coincidencia. Siete años mayor que él,
murió cinco años antes. Sus respectivas casas en Weimar estaban muy cerca. Por
tal motivo, y para ahorrarle una última tristeza, ella dejó escrito en su
testamento que su cortejo fúnebre no pasara por delante de la mansión de
Goethe. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Christiane Vulpius fue probablemente la
mujer más inesperada en el corazón del poeta. Corría el año 1788 y Goethe hacía
poco que había regresado a Weimar tras un viaje de dos años por Italia. Estando
un día en un parque del ducado, donde era una figura conocida e influyente, se le
acercó una joven que trabajaba en un taller de confección de flores para
vestidos y cortinajes, y le suplicó que diera trabajo a un hermano suyo, que
vivía en la mayor pobreza. Era una muchacha sencilla, alegre, amante del baile,
con muy pocos estudios, huérfana de padre, habitante de un mundo desde el que
la aristocracia del dinero y la cultura se veían muy lejanos. Goethe quedó
prendado y pronto iniciaron una relación sin trabas, a la que aludió con estas
palabras:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> <i>Múltiples
efectos causan las flechas del amor: unas rasguñan, y su lento veneno enferma
largo tiempo el corazón. Pero otras penetran en la médula, inflaman la sangre,
y a la mirada –como en aquellos tiempos en que dioses y diosas se amaban- sigue
el deseo, sigue deleite al deseo.<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhgmf2SAnWJwBfHhVelrmiCRTnKgLqJauy68D-N5_J4DK71ChwHzk9cvhTEQkhMUIKqG7-WtbgJxHB_AzfAX3_CCulyUcg7m7rWGo4pPM8q_9xvKw9bMdwrzzgeEVYqq4uaJxyNQZ8Asi0/s1600/Christiane+Vulpius.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhgmf2SAnWJwBfHhVelrmiCRTnKgLqJauy68D-N5_J4DK71ChwHzk9cvhTEQkhMUIKqG7-WtbgJxHB_AzfAX3_CCulyUcg7m7rWGo4pPM8q_9xvKw9bMdwrzzgeEVYqq4uaJxyNQZ8Asi0/s1600/Christiane+Vulpius.jpg" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> </span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> </span></i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">Pese a la inicial discreción, se acabó
sabiendo en Weimar que Goethe vivía con una mujer con la que no estaba casado.
No le importaron los juicios, los comentarios ni el escándalo. Se encerró en su
casa con ella y continuó su obra literaria y sus investigaciones sobre los
colores, la luz, las plantas... En sus versos respondió al vacío con que casi
todo Weimar le pagó por su insolencia de vivir fuera del matrimonio, y con una
mujer alejada de su condición social:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> <i>Ahora
tardaréis en descubrir el refugio que Amor, con regia protección, me ha dado.
Aquí me cubre con sus alas; la amada no teme las airadas maledicencias.<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> </span></i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">Sin embargo, un día Goethe decidió
proponerle matrimonio. En cierto sentido, había descubierto más hondamente quién
era su amada Christiane. La causa es bien conocida.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">Era el año 1806. Las tropas de Napoleón
ya habían llegado victoriosas al centro de Alemania. En octubre los ejércitos
prusianos, y con ellos el Gran Duque de Weimar, son derrotados en Jena. Weimar
es conquistada por los franceses el 14 de octubre. La misma noche, la gran casa
de Goethe se llenó de algunos ciudadanos del ducado en busca de refugio, y de
soldados franceses. Dos de éstos acabaron borrachos y, con las armas en la
mano, subieron a su dormitorio en actitud violenta. Él fue sorprendido por la
irrupción, pero Christiane, que había seguido a los soldados, se interpuso, les
echó de la habitación y bloqueó la puerta. Pocos días después se casaron y en
los anillos Goethe hizo grabar la fecha del incidente, transformada ya en
recuerdo de un gran acto de amor.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> </span><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt; text-indent: 35.4pt;"> </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">Tendrían cinco hijos, pero sólo uno
sobreviviría: August, quien acabaría haciéndole abuelo de tres nietos, frutos
de su matrimonio con Otilia, en cuyos brazos precisamente moriría Goethe, un
día de marzo de 1832. Sin embargo, su querida Christiane le había precedido
bastante antes, en junio de 1816. Su dolor quedó así escrito:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> <i>A
mi alrededor, el silencio de la muerte y el vacío.<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> </span></i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">Nuestro recorrido -incompleto- por la
pasión amorosa del sabio de Weimar está llegando a su fin, mas un acto decisivo
aún ha de tener lugar. El que llevó a Goethe a escribir una de sus obras
poéticas más celebradas: “Elegía de
Marienbad”.Y el que le tuvo a punto de ser abatido por el eterno femenino.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> 1823. Era el tercer año consecutivo que
Goethe pasaba el verano en el balneario de Marienbad. Algo nuevo le estaba
sucediendo. Se lo explicaba en una carta a su gran amigo, y músico, Zelter, que
pronto cobrará protagonismo en esta historia:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Esta temporada en Marienbad, que tan corta se
me ha hecho, me he sentido alegre, y como si hubiera vuelto a la vida.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> </span></i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">Y aludía a la importancia que la música
estaba volviendo a tener en su alegría, tras dos años desconectado de ella. En
Marienbad había conciertos, bailes, jolgorio, charlas, bullicio…y una joven,
llamada Ulrike von Levetzov. Ella, su hermana y su madre, a quien Goethe
conocía de mucho tiempo atrás, eran compañía habitual del poeta y causa de
aquel “volver a la vida”. Pero el sentimiento íntimo de Goethe se desbocó:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">¡<i>Si alguna vez amor entusiasmó a un amante,<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> ello ocurrió conmigo del modo
más hermoso!<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 247.8pt; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">(Elegía de
Marienbad)<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> </span></i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">Acabado el veraneo en Marienbad, madre e
hijas regresan a Karlsbad. Goethe las sigue y se aloja junto a ellas. Prosigue
sus encuentros, las conversaciones, y su pasión por Ulrike cada día crece más.
Hasta el punto de que propondrá al Duque de Weimar, su amigo de tanto tiempo,
que hable con la madre de Ulrike para pedirle su mano. Era un hombre de 74
años. Ella, una muchacha de 17. La petición desconcertó a la familia. La madre
llegó a preguntar a su hija si ella deseaba ese matrimonio. La hija preguntó a
la madre si ella quería que se casase con aquel gran hombre. Todas respetaban a Goethe. Y le querían. Pero
nadie le veía como esposo de Ulrike. Ella sólo sentía el afecto que se puede
sentir por un padre. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg6GgjCEWE8RaunLjkRhn5MbFUySeyS6NXV90nFSu00FfTbvnBk03ef6to6SKd3Edgug1AfuU-Yq8waexbJU0II0DycesFPAdw9OMLYEI3XPYxPghBtfoVagis8ubxXmxTN5Cy26Hkh5Y8/s1600/Ulrike+von+Levetzov.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg6GgjCEWE8RaunLjkRhn5MbFUySeyS6NXV90nFSu00FfTbvnBk03ef6to6SKd3Edgug1AfuU-Yq8waexbJU0II0DycesFPAdw9OMLYEI3XPYxPghBtfoVagis8ubxXmxTN5Cy26Hkh5Y8/s1600/Ulrike+von+Levetzov.jpg" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">La respuesta a la petición de mano fue
negativa, aunque delicada en la forma. Había que evitar herir a Goethe. Él aún
permaneció en Karlsbad desde el 25 de agosto hasta el 5 de setiembre. Nada más
se dijo sobre aquella pretensión. Coincidieron aquellos últimos días con el
aniversario de Goethe. Y se celebró. Y Ulrike y su hermana le regalaron un vaso
con sus nombres grabados, vaso que él conservaría hasta su muerte en su mesa de trabajo. Y hubo música, y flores,
y pastel de cumpleaños, y unas botellas de su vino preferido. La señora Levetzov
quería que Goethe partiera con un buen recuerdo. Más no podía hacer. Él, por su
parte, sonreía y daba las gracias por las atenciones. En su interior, el drama
estaba a punto de estallar con toda su fuerza.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> El 5 de setiembre inicia el viaje de
regreso a Weimar. Era un día otoñal, ventoso y frío. En la calesa le acompañan
su sirviente y su secretario. Ellos serán testigos de que en aquel trayecto,
sin apenas palabras, Goethe escribía y escribía. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 70.8pt; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> ¿Qué he de esperar ahora de
una nueva visión,<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> de la flor todavía cerrada el
día de hoy?<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Ante ti están abiertos
Paraíso e Infierno;<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> vacilan los sentidos en mi
ánimo agitado.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> No puedes dudar ya: a la
puerta del Cielo<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> ella avanza, y te quiere
elevar a sus brazos.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> </span></i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">El poeta calificó esta “Elegía de
Marienbad” de “Diario de la vida interior”, pero esta confesión intensa de su
gozo y su tormento por haber descubierto de nuevo el amor y por tener que
aceptar que no le sería posible vivirlo, estuvo siempre tratada con el rigor de
una gran obra literaria. En su versión original se aprecian las estrofas regulares
de seis versos, con sílabas contadas y rimas constantes .Y aunque en las
traducciones se pierda todo ello, sí alcanzamos a captar la magnitud del
sentimiento que la había inspirado:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> <i>Perdí mi mundo y me he perdido a mí mismo,<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> y eso que fui hasta hace poco
el predilecto de los dioses;<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> quisieron ponerme a prueba ,
me entregaron a Pandora,<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> tan rica en bienes y más rica
aún en peligros;<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> me empujaron hacia la boca
generosa,<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> me separan de ella y me
destruyen.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> </span></i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">Con la privación de aquel sueño de amor,
probablemente Goethe sentía que se estaba despidiendo para siempre de la mujer.
Así que, en lo más profundo del otoño de Weimar, se vino abajo. Como un Don
Quijote obligado a renunciar a sus andanzas de caballero, él también enfermó,
sin que se supiera exactamente de qué. Su nuera estaba de viaje, su hijo no
sabía qué hacer, los médicos no encontraban remedio. Y él se extinguía. Alguien
tuvo entonces la idea de informar al que en aquellos momentos era su mejor
amigo: el músico Zelter, a la sazón director del Real Instituto de Música Sacra
de Berlín. Zelter había iniciado una gran amistad con el poeta en 1799, a raíz
de haberle dado a conocer la música que había compuesto para dos poemas suyos.
Cuando llegó a la casa del amigo enfermo, pronto captó la situación, y lo dejó
escrito en una carta:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> <i>¿Con
qué me encontré? Pues con alguien que parece que no tenga más que amor en el
cuerpo, todo el amor y todos los sufrimientos de la juventud.<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> </span></i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">Y por alguna razón misteriosa, a Zelter
le fue concedida la fortuna de dar con la medicina que nadie encontraba. Se
quedó varias semanas con Goethe y le
leía, una y otra vez, los versos de su "Elegía de Marienbad”. Pronto debió
de sentir algo el poeta. Le dijo a Zelter que tenía buena voz, que leía muy
bien sus poemas. Le pidió que siguiera haciéndolo. Zelter tomaba aquel cuaderno
rojo, en que el mismo poeta había pasado a limpio su obra, y se sumergía una
vez más en sus cantos:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> <i>Para ti es fácil, pensé entonces: por compañía<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> te dio un dios la gracia del
momento,<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> y todos, en tu dulce
compañía, se sienten<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> prestamente favoritos de la
fortuna;<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> me horroriza la sospecha de
alejarme de ti,<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> ¡de qué me sirve aprender
tanta ciencia!<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> </span></i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">Un día, incomprensiblemente, Goethe dejó
de estar enfermo. Algo emergió de lo más hondo de sí mismo y curó la herida.
Donde el fuego parecía definitivamente apagado, unas ascuas se movieron y
encendieron de nuevo su existencia. Goethe se puso en pie y se dispuso a
completar su obra. Escribiría aún una nueva novela de su personaje Wilhelm
Meister, así como la segunda parte de “Fausto”. Más de ocho años de vida fértil
tuvo por delante quien un día, postrado en su cama, parecía dispuesto a dejar toda
esperanza, hasta que se escuchó a sí mismo en la voz de un amigo .<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> <i>Que
ningún remedio le ayude </i> -explicó en
aquellos días Zelter-.<i>Que sea el propio
dolor lo que le fortalezca y sane. ¡Y así fue, así es como ha sucedido!<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> </span></i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">------------------------------<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Pero, ¿quién fue Zelter? De las biografías
que he consultado, sólo una le da un cierto protagonismo en torno a los hechos
que rodearon la creación de la “Elegía de Marienbad”: la de Stefan Zweig en
“Momentos estelares de la humanidad”. Sin embargo, quise saber más de lo que en
aquel gran texto se decía sobre quien interpretó el papel de sanador
- quizá algo involuntario- de
aquel genio hundido.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Carl Friedrich Zelter ofrecía un perfil
biográfico insuperable. Fue albañil y músico. Maestro albañil y maestro de
músicos como, por ejemplo, de Mendelssohn. Enfocó definitivamente su vida hacia
el pentagrama y compuso conciertos, sinfonías, obras corales, música de iglesia
y canciones. De éstas, algunas sobre poemas de Goethe. No se habían visto
nunca, pero cuando Goethe oyó dos de ellas, quiso conocer al músico. Fue en
1799 y la amistad nacida entonces se mantuvo siempre viva. Su correspondencia
alcanzó la cifra de 871 cartas. Otros músicos habían compuesto sobre textos de
Goethe, y no precisamente principiantes: Schubert, Beethoven… Nada convenció
tanto a Goethe como las composiciones del que sería su amigo. El poeta no quería excesos
sonoros. Zelter decía “buscar la melodía que el poeta se representó al escribir
los versos”. Dio con ella repetidas veces.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhOqUUO65SS_rp2-pCOZdbjqpb9KHfnxjDcCu9goVEQSAJxGA-rGfyiakC3fh5rY321s_ZeIX0v9SAl2HRy9Bv8dyGYUI_jSvHMAjDBTrCKq87_IxAkgE6o6Ehp274k8-hyNMcoug7WVu4/s1600/Zelter+y+Goethe.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhOqUUO65SS_rp2-pCOZdbjqpb9KHfnxjDcCu9goVEQSAJxGA-rGfyiakC3fh5rY321s_ZeIX0v9SAl2HRy9Bv8dyGYUI_jSvHMAjDBTrCKq87_IxAkgE6o6Ehp274k8-hyNMcoug7WVu4/s1600/Zelter+y+Goethe.jpg" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Iluminemos un poco más la figura de
este hombre en aquellos días de la enfermedad del autor de la "Elegía de Marienbad". Está dirigiendo en
Berlín el Real Instituto de Música Sacra cuando alguien le escribe y le explica
la extrema debilidad en que se halla el poeta. Aplaza sus obligaciones y viaja
a Weimar. Llega a la casa de Goethe. Nadie sale a recibirle. Él mismo abre la
puerta y va penetrando en aquel hogar demasiado solitario. Habla con el hijo,
August, que le advierte de la gravedad y de su impotencia ante la situación. Su
esposa, Otilia, está de viaje por causas familiares. Probablemente Zelter pronto comprende
que Goethe no está recibiendo el afecto que necesita. Su visita no va a ser
breve. Se quedará junto al amigo. Le
hablará, le escuchará, tocará el piano…y le leerá los versos cuyo origen era el
mismo que el de su derrota. Cuando Goethe volvió a la vida, él subió a su silla
de posta y regresó a Berlín.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> No quisiera acabar este recorte biográfico
simplemente alabando el gesto de amistad de un hombre hacia otro. No faltaría a la verdad si lo hiciera, pero me
parece que Zelter lo vivió con mucha naturalidad, como algo evidente y
necesario, sin etiqueta ninguna de gran acción salvadora. Tampoco querría
cerrarlo dando relevancia al hecho notable de que Zelter falleciera el mismo año que Goethe, sólo dos
meses después. No sabría ahora qué hacer con este dato.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Creo, eso sí, que esta historia culmina
con un gesto que valdría la pena subrayar, ni que sea tenuemente. El gesto de
regalar tiempo, con discreción, a alguien muy estimado. De hecho, Zelter tan sólo
se sentó al lado del amigo enfermo. Sin prisas y con paciencia. Una paciencia
que tal vez había aprendido ya a los 14 años cuando, iniciándose en la albañilería,
descubrió que un gran muro se levanta poco a poco, y hasta una casa entera
puede erigirse con perseverancia.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Lo importante acabó siendo que Zelter
pasó muchas horas sentado junto a la
cama de Goethe. Por eso ocurrió que un día tomó el cuaderno rojo de la “Elegía
de Marienbad” y empezó a leer.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>UN ENTENDER NO ENTENDIENDOhttp://www.blogger.com/profile/02724945100264130290noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-1556314740316041710.post-6750479244684889432012-04-14T04:30:00.000-07:002012-08-05T16:10:08.881-07:00Al cerrar la luz<br />
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">Que
el olivo es seña de identidad de Andalucía, nadie podría dudarlo. Sin embargo,
la importancia de la agricultura no ha de esconder que parte de su historia ha
estado también ligada a las minas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Es el caso emblemático de la provincia de
Jaén. Pese a ser la mayor productora de aceite del mundo, y disponer de más de
medio millón de hectáreas de suelo cultivado, y pese a haber sido así
inmortalizada por el verso de Miguel Hernández : “Andaluces de Jaén/aceituneros
altivos”, muchos jiennenses han
subsistido hundiéndose en lo profundo de la tierra hasta encontrar sus
limitados, pero necesarios, frutos, de sabor bien distinto a la aceituna.
Hierro, cobre, plomo, incluso algo de plata, era lo que con tanto riesgo
recogían mientras otros andaluces
sobrevivían vareando los olivos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">Incluso algunos pueblos fueron modelados
para este exclusivo fin. Compañías inglesas, propietarias en el siglo XIX y
parte del XX de algunas minas, diseñaban pueblos con viviendas distintas, según
el nivel y la situación social de los empleados. Viviendas para solteros, otras
para obreros casados, otras para capataces, y algunas más lujosas para
directivos e ingenieros. A ello se añadían los servicios comunitarios, como el
hospital, el mercado, la farmacia, el economato, la iglesia, un cine, un
cuartel de la Guardia Civil y, por supuesto, un casino, entendido como un lugar
de encuentro para hombres, donde beber, charlar o discutir y jugar a las cartas
o al dominó.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">La historia que voy a contar ocurrió en
un pueblo así y en una casa para obreros casados, hace ochenta años. Sólo nos
falta un elemento más del lugar, que aquí va a cobrar un gran protagonismo: el
cable aéreo. Se trataba de un medio de transporte desde la mina hasta los
enclaves ferroviarios, que a la vuelta era aprovechado para llevar al pueblo
carbón, madera y otros materiales para la mina. Creados a principios del siglo
XX, estos cables aéreos salvaban grandes distancias (hasta 12 kilómetros),
desde importantes alturas, con un paso no tan lento (2’5 metros por segundo) y,
desde luego, no tan seguro.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgCFz_1uA7fvZmN2kOXC7YbTnaXOiQql1tzM4RRvSBWgGff8_JsR78YvePAftMKfefsCRi32IRdrdwIZXUtQi8iIpia0Ajzi3TuzrBX30jF_dcbGcmRIL1-pwgtFC9ytImT5eDxutioXpA/s1600/Telef%C3%A9rico+el+centenillo.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgCFz_1uA7fvZmN2kOXC7YbTnaXOiQql1tzM4RRvSBWgGff8_JsR78YvePAftMKfefsCRi32IRdrdwIZXUtQi8iIpia0Ajzi3TuzrBX30jF_dcbGcmRIL1-pwgtFC9ytImT5eDxutioXpA/s1600/Telef%C3%A9rico+el+centenillo.jpg" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> </span><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"><v:shapetype coordsize="21600,21600" filled="f" id="_x0000_t75" o:preferrelative="t" o:spt="75" path="m@4@5l@4@11@9@11@9@5xe" stroked="f">
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</o:lock></v:path></v:stroke></v:shapetype><v:shape alt="Descripción: C:\Users\Usuario\Documents\Teleférico el centenillo.jpg" id="Imagen_x0020_1" o:spid="_x0000_i1026" style="height: 125.25pt; mso-wrap-style: square; visibility: visible; width: 180pt;" type="#_x0000_t75">
<v:imagedata o:title="Teleférico el centenillo" src="file:///C:\Users\Usuario\AppData\Local\Temp\msohtmlclip1\01\clip_image001.jpg">
</v:imagedata></v:shape></span><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> </span><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt; text-indent: 35.25pt;">Él se llamaba
Antonio. Su esposa, María. Tenían ya un hijo y una hija, y cuando se inicia esta
historia, estaban esperando el tercero, que sería una niña. Antonio trabajaba
para la mina, pero no de minero. Era administrativo y ocupaba con su familia
una de aquellas viviendas para obreros casados, propiedad de la empresa de la
mina, a que antes me refería. A veces tenía que desplazarse para llevar
documentos de un sitio a otro. De ahí vendrá todo.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt; text-indent: 35.25pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt; text-indent: 35.25pt;">No sé si en la
legislación de aquella época era legal que los empleados se subieran a las
vagonetas que transportaban por las alturas el plomo extraído en la mina. Ni
cuántas veces esto se hacía. Al menos en una ocasión sí ocurrió. Iba Antonio
con dos compañeros más rodando por el cable aéreo cuando se produjo el
accidente. El cable se rompió. Dos de los trabajadores murieron. El tercero,
Antonio, quedó seriamente herido. Su existencia, y la de su familia, cambió
para siempre desde aquel día. Antonio salvó la vida pero no la salud. Al
parecer, una astilla de sus costillas le perforó el pulmón y le hundió en una enfermedad permanente. Apenas salía. Se fatigaba mucho por poco que anduviera.
Guardaba cama con frecuencia.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt; text-indent: 35.25pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt; text-indent: 35.25pt;">En ese tiempo
nació la hija que estaba en camino antes del accidente. Creció viendo como algo
natural que el padre siempre estuviera en casa. Cuando le llegó el tiempo de
andar, era precisamente con su padre con quien caminaba. Ambos tenían el paso
lento y el trayecto breve, aunque por razones bien distintas. Pero la niña se
acostumbró a la mano del padre. Así fueron sus primeros pasos y sus primeros
recuerdos. Mientras, la mina seguía siendo la razón de ser de aquel pueblo. Algunos
de sus trabajadores visitaban con regularidad a Antonio.</span><br />
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt; text-indent: 35.25pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-indent: 35.25pt;">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> </span><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"><v:shape alt="Descripción: C:\Users\Usuario\Documents\mina el centenillo.jpg" id="Imagen_x0020_2" o:spid="_x0000_i1025" style="height: 137.25pt; mso-wrap-style: square; visibility: visible; width: 206.25pt;" type="#_x0000_t75">
<v:imagedata o:title="mina el centenillo" src="file:///C:\Users\Usuario\AppData\Local\Temp\msohtmlclip1\01\clip_image002.jpg">
</v:imagedata></v:shape></span><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"><o:p></o:p></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjXYV7CMDAK1j1PuSasFNckIKmORSwcpkdLGbzmvWbbecTVFPLw-vr9G-nLfCGNBQvgBeBZKkgDXTUkBYc22hkbcR6gnlIrC0mwt8XLA7kJA7JpVMypIKS0M-xVNM-c-ziFaviN4dObP4c/s1600/mina+el+centenillo.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjXYV7CMDAK1j1PuSasFNckIKmORSwcpkdLGbzmvWbbecTVFPLw-vr9G-nLfCGNBQvgBeBZKkgDXTUkBYc22hkbcR6gnlIrC0mwt8XLA7kJA7JpVMypIKS0M-xVNM-c-ziFaviN4dObP4c/s1600/mina+el+centenillo.jpg" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Uno de sus mejores amigos era Gregorio.
Era más que amigo, casi hermano. Sus visitas eran frecuentes. Quizá por eso
resultó tan difícil engañar a Antonio. Y fue que un día Gregorio murió
inesperadamente. Decidieron no decírselo, pues en aquella misma época la salud
de Antonio había empeorado. Pero, ¡ay!, la iglesia del pueblo no podía ser
discreta y su campanario, como siempre hacía, redobló para anunciar un funeral.
Antonio llamó a su mujer, inquieto.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoListParagraphCxSpFirst" style="margin-left: 53.25pt; mso-add-space: auto; mso-list: l0 level1 lfo1; text-indent: -18.0pt;">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">—<span style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 7pt;">
</span></span><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">María,
¿qué pasa? ¿Por quién doblan las
campanas?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoListParagraphCxSpLast" style="margin-left: 53.25pt; mso-add-space: auto; mso-list: l0 level1 lfo1; text-indent: -18.0pt;">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">—<span style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 7pt;">
</span></span><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">Es
por la señora Vicenta, ya sabes, aquella mujer tan mayor.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 35.25pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 35.25pt;">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">La excusa que la esposa había urdido era
fácil de sostener, pues <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">Antonio
no tenía fuerzas para salir de casa en aquellos días. Al principio pareció que la cosa había
funcionado, pero pasaban los días y Gregorio no visitaba a su amigo como era
costumbre. Cuando Antonio preguntaba por su amigo, se inventaban más pretextos,
y es que Antonio estaba peor y nadie sabía cómo podría afectarle una noticia
como aquélla, que cada vez era más difícil de dar. Al cabo de unos días de la
muerte de Gregorio, ya no hizo falta seguir inventando mentiras piadosas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Antonio llamó a su mujer al dormitorio
y le habló serenamente, con una extraña
seguridad.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoListParagraphCxSpFirst" style="margin-left: 53.25pt; mso-add-space: auto; mso-list: l0 level1 lfo1; text-indent: -18.0pt;">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">—<span style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 7pt;">
</span></span><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">¿Por
qué me habéis engañado?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="margin-left: 53.25pt; mso-add-space: auto; mso-list: l0 level1 lfo1; text-indent: -18.0pt;">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">—<span style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 7pt;">
</span></span><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">¿Engañado?
¿De qué hablas?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoListParagraphCxSpLast" style="margin-left: 53.25pt; mso-add-space: auto; mso-list: l0 level1 lfo1; text-indent: -18.0pt;">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">—<span style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 7pt;">
</span></span><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">Mi
amigo Gregorio ha muerto y no me habéis dicho nada.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 35.25pt;">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">María, sin tiempo para pensar, aún quiso
mantener su insensata <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">versión
de los hechos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoListParagraph" style="margin-left: 53.25pt; mso-add-space: auto; mso-list: l0 level1 lfo1; text-indent: -18.0pt;">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">—<span style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 7pt;">
</span></span><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">¡Que
no, que no se ha muerto! Mira, si quieres voy a buscarlo. No <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">sé
si ahora lo encontraré, pero yo voy a buscarlo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoListParagraph" style="margin-left: 53.25pt; mso-add-space: auto; mso-list: l0 level1 lfo1; text-indent: -18.0pt;">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">—<span style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 7pt;">
</span></span><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">Sí
que ha muerto. Y ahora está en la ventana. Cuando cerréis la <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">la
luz, podrá entrar. Mi amigo ha venido a por mí. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoListParagraphCxSpFirst" style="margin-left: 53.25pt; mso-add-space: auto; mso-list: l0 level1 lfo1; text-indent: -18.0pt;">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">—<span style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 7pt;">
</span></span><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">¿Cómo
me dices esas cosas? – la mujer lloraba desesperada.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoListParagraphCxSpLast" style="margin-left: 53.25pt; mso-add-space: auto; mso-list: l0 level1 lfo1; text-indent: -18.0pt;">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">—<span style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 7pt;">
</span></span><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">Es
que estoy muy mal, María. Anda, escúchame lo que te voy a <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">decir.
– Antonio parecía tenerlo todo tan claro-. Haz la cena. Luego que vengan a
darme un beso los niños y te los llevas a la casa de la vecina.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Todo se acabó haciendo como él decía.
Al fin, Antonio y María se quedaron solos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoListParagraph" style="margin-left: 53.25pt; mso-add-space: auto; mso-list: l0 level1 lfo1; text-indent: -18.0pt;">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">—<span style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 7pt;">
</span></span><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">Ahora
ponme un cojín debajo de la cabeza y apaga la bombilla, <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">que
con esta luz mi amigo no puede entrar .Y enseguida nos iremos los dos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> María le besó, cerró la luz y, al poco,
Antonio expiró.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> --------------------------------------------<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Una mujer viuda con tres hijos, en un
pueblo minero, año 1923. Para
adjudicarle una pensión, la empresa exigió la realización de la
autopsia. María se negó rotundamente: “Después de lo que ha sufrido”. Sólo le dieron seis meses de paga y tuvo,
además, que abandonar la casa, que era propiedad de la empresa minera. En el
camino hacia una nueva vida, parece ser que María le pidió alguna señal a su
marido. Según cuentan, le llegó.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> He estado hablando con aquella niña de
apenas tres años que iba siempre de la mano de su padre enfermo. Ochenta años
después, ha dejado en mis manos su memoria viva de cuanto ocurrió en aquellos
días y en aquella noche en que el padre
pidió que apagaran la luz.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> El olvido lo va a tener un poco más
difícil para borrar la historia de esta última visita del amigo. Una visita
para atravesar juntos ese muro que se nos aparece al final del camino de
alguien querido, y en el que nuestras miradas, en la hora de la despedida,
suelen rendirse impotentes. Como si creyéramos que es el fin del mundo.<o:p></o:p></span></div>UN ENTENDER NO ENTENDIENDOhttp://www.blogger.com/profile/02724945100264130290noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-1556314740316041710.post-92076163439877027702012-04-03T12:32:00.000-07:002012-07-01T14:27:21.443-07:00Una mariposa en el coche de Murray Stein<br />
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">Navegar
por internet no debe de ser tan distinto de una improvisada excursión en metro
por una ciudad con kilómetros de túneles. Te subes a un vagón en dirección
norte y en cualquier momento te apeas, haces transbordo y ya vas dirección este,
para al poco rato, volver a enlazar </span><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">con
otra línea que te lleva al sur o al oeste, o al fin del mundo. Y así
indefinidamente, dando saltos en un mismo viaje: en una misma sesión.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Es lo que nos ocurre cuando subimos a una
página web y enlazamos con otra y con
otra, a lomos de ratón, sin detenernos demasiado en ninguna, hasta que nos
apeamos en aquélla que, de pronto, comprendemos que era nuestro destino
desconocido. Y al llegar es muy posible que uno ya no recuerde por dónde ha
ido haciendo transbordos. Sólo sabe que ha llegado la hora de quedarse quieto
y poner más atención.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Esto es lo que me ocurrió el día en que
llegué a una estación llamada “Murray Stein”, en la que nunca me había bajado.
No sé cómo empezó aquel viaje, pero al instante decidí tomarme el tiempo que
hiciera falta. Valió la pena. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> </span><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiZCwcYy6MKHT3jC2ji8tPg9mZr2Wocfn-Z-gwz21xlv3d_7QFF6fAqAVuBakgiLCBDnzddchDi-vmUJRvknHWe3EdheXy4E907UUkGnZFKFhIUQRxNdcYH40m4Bbkzl_meNyZZHTVjB4M/s1600/Murray+Stein+en+color.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-align: center;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiZCwcYy6MKHT3jC2ji8tPg9mZr2Wocfn-Z-gwz21xlv3d_7QFF6fAqAVuBakgiLCBDnzddchDi-vmUJRvknHWe3EdheXy4E907UUkGnZFKFhIUQRxNdcYH40m4Bbkzl_meNyZZHTVjB4M/s1600/Murray+Stein+en+color.jpg" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Murray Stein es psicólogo, de la rama
de los discípulos de Jung (este dato es importante, como se verá), escritor y
conferenciante. Estudió en las universidades de Yale y Chicago, y en el Instituto Carl G. Jung de Zurich. Ha
sido Presidente de la Asociación Internacional de Psicoterapia Analítica. Dos
de sus libros más conocidos son: “Principio de individuación” y el “Mapa del
alma de Jung”. Ambos títulos están traducidos al castellano y no hacen más que
confirmar la estrecha relación de este hombre con la obra de Jung. Es
interesante saber cómo surgió este vínculo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> A los 24 años Stein estudiaba Historia.
La psicología no contaba apenas para él. Un día, a lo largo de una conversación
sobre la propensión a la agresividad del género humano, alguien mencionó la
teoría de la sombra de Jung .No sabía nada de él, por eso al día siguiente fue
a una librería y sólo encontró un libro : “Recuerdos, sueños, pensamientos”,
sus memorias. Y la vida de Murray Stein dio un giro definitivo:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Desde que empecé a leer aquel libro,mi
vida cambió definitivamente. Supe que la psicología de Jung era para mí</span></i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Creo que momentos como éste son escasos
en nuestras vidas. Puede ser que en algunas ni lleguen a darse. Antoni Pascual
(ver “Enlaces de interés”) los llamaba “sueño despierto” y muestran un momento
de gran energía al descubrir un camino (una relación, una profesión, unos
estudios, un lugar…) que se nos ofrece, casi como si nos estuviera esperando, y
en el que deseamos con una convicción especial adentrarnos. Pese a las
dificultades que a lo largo de ese camino se presentarán inevitablemente, es
una experiencia que inyecta una fuerza y un sentido muy notables a nuestra
existencia. Vuelvo a Stein después de esta digresión.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> A raíz del descubrimiento de Jung
reorientó su formación. Estudió Psicología en Zurich y después en Chicago.
Había en él la dimensión del sanador (su nueva profesión), pero también la del
hombre de cultura (sus estudios iniciales). Y ésta era precisamente la
combinación de la obra junguiana: mente y espíritu, ambas reunidas
esencialmente en todo ser humano.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Se convirtió, pues, en terapeuta y el
vínculo con sus pacientes, a lo largo de muchos años, le fue confirmando que lo
real discurre a menudo por la frontera de mundos distintos: el ego y el inconsciente;
los hechos con causa conocida y los hechos sin causa aparente; la visión
científica del mundo y la visión espiritual. Esta era su vida como analista
junguiano.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Y de ese límite de la realidad en que
los hechos a veces nos desbordan, nos conmueven, nos piden amplitud si no
queremos desperdiciarlos, Stein ha querido dejarnos unas historias de mariposas
acaecidas en su propia vida. El mismo Murray Stein nos las va a contar.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhDIDrAlehXeUEixIl53rfzwTkx0OBB4T7ROcJjpcsOsm8twAly_uuKEzuDzvc94gXGRckOFWOtCa09bqqHQma41kvlVSBYs3JZXohc8OYQfjWXR8foaWhKanIeLOXnaqrZY8JLRga25cU/s1600/Murray+Stein+blanco+y+negro.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhDIDrAlehXeUEixIl53rfzwTkx0OBB4T7ROcJjpcsOsm8twAly_uuKEzuDzvc94gXGRckOFWOtCa09bqqHQma41kvlVSBYs3JZXohc8OYQfjWXR8foaWhKanIeLOXnaqrZY8JLRga25cU/s1600/Murray+Stein+blanco+y+negro.jpg" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">Ella se llamaba
Magda. Murió a los ochenta años. Los diez precedentes iba siempre en silla de ruedas. Yo
la visitaba en su casa algunas veces. En los cinco años anteriores a esta situación,
ella había acudido regularmente a mi consulta. Un día, cuando ya había perdido
su capacidad de andar, me había dicho: “Cuando me muera y llegue al cielo, lo
primero que haré será ponerme de pie y bailar”.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Al funeral fui con mi esposa, y cuando
conducía de regreso noté que algo volaba
y se removía en el cristal de la parte de atrás del coche. Ella se giró y dijo:
“Es una mariposa”. Abrimos las ventanas para que se fuera, pero no se iba. Llegamos
a casa casi de noche. Mi esposa intentó de nuevo que saliera del coche, pero el
pequeño insecto marrón decidió quedarse
en la palma de su mano. Así
anduvimos por la calle, buscando la luz de las farolas para poder ver
mejor a la mariposa. De repente, inició un vuelo, se posó en la acera y comenzó
a bailar, enérgicamente, trazando círculos y saltando de uno a otro de nuestros
pies.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Ya hacía rato que llamábamos Magda a nuestra mariposa.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"><br /></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> ___________________</span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif;"><span style="font-size: 19px;"><i><br /></i></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif;"><span style="font-size: 19px;"><i><br /></i></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">Esta otra mujer
también se había analizado conmigo durante muchos años. Luchó contra un cáncer,
con cierto éxito durante bastante tiempo, pero al final murió. En sus últimos
años mantuvo una relación muy intensa con su psique. Sus sueños y su
imaginación activa le habían proporcionado un gran coraje para asumir su
muerte, y también la seguridad de estar siendo acompañada por una presencia que
la confortaba mucho más que cualquier presencia humana. Ella había sido una de
las personas más despiertas y vitales que yo había conocido.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Dos semanas después del entierro, su
hija me llamó para explicarme esta historia. Una amiga de toda la vida de su
madre, que vivía en Suecia, la había telefoneado para decirle que acababa de
recibir la carta en que le comunicaban el reciente fallecimiento de su amiga. Y
sucedió que, cuando estaba sentada en su jardín, leyendo la carta, una preciosa
mariposa se posó sobre el papel . Ella no entendía por qué había
escogido precisamente un lugar tan minúsculo. Entonces la mariposa voló hasta
su brazo y allí se quedó unos cuantos minutos más. De pronto, la mujer se dio
cuenta de lo que estaba pasando: “¡Era tu madre, estoy segura!”, gritó a través
del teléfono. “¡Tan alegre, tan bonita, tan viva! Igual que tu madre.”<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Y ciertamente estos eran los rasgos más
característicos de aquella mujer tan especial.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> ___________________________<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"><br /></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">Cuando se toca y
se comparte lo más hondo del ser humano, vemos que un cierto tipo de relación se
va creando entre analista y analizando. Dos personas en un mismo espacio sutil
y sagrado, lo cual va más allá de la habitual relación médico-paciente. Es un
vínculo que une recíprocamente nuestros corazones y trasciende nuestros egos.
Un lugar mágico donde no son raras las sincronías.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif;"><span style="font-size: 19px;"><i><br /></i></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> <o:p></o:p></span></div>UN ENTENDER NO ENTENDIENDOhttp://www.blogger.com/profile/02724945100264130290noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-1556314740316041710.post-33377409379766152332012-03-27T12:27:00.000-07:002012-08-19T12:53:40.096-07:00Petrarca: humanista y alpinista.<br />
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">Era
tanto el amor de Petrarca por los libros, que el día que acometió la proeza de
escalar el Mont Ventoux, llevaba en su bolsillo uno de tamaño muy reducido,
“pero de infinita dulzura”, en palabras suyas, y se puso a leerlo al alcanzar la
cima. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Este hecho, que él mismo narró con gran
detalle en una carta a su amigo Dionigi da Borgo San Sepolcro, y del que vamos
a ocuparnos en este texto, ocurrió el 26 de abril de 1336, cuando tenía 32
años; aún viviría 38 más. Hasta ese día, la vida de aquel hombre nacido en Arezzo
el 20 de julio de 1304 ,y crecido cerca de Avignon, ya había mostrado las líneas
maestras de lo que sería su existencia. Sin embrago, algo esencial aún tenía que
ocurrir .<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> La juventud del que sería uno de los
más influyentes poetas de la historia de la literatura, y ejemplo máximo de
humanista, había transcurrido en la Provenza. Allí Francesco Petrarca conoció
bien la poesía que habían inventado los trovadores, y debió de sacar muy buena
nota en su educación sentimental de la mano de aquellos enamorados de damas
imposibles, a las que, a pesar de todo, amaban con pasión, trataban con delicadeza
y poetizaban sin descanso. El amor cortés. ¡Cómo llegaría Petrarca a recrearlo!<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Mas otro tipo de amor le había
comenzado a poseer y nunca le abandonaría: el que profesó por los libros en
general y por la literatura clásica latina en particular. Sin embargo, su padre
le envió muy joven a estudiar leyes en Montpellier y después en Bolonia. El
padre no quería saber nada del hechizo que aquellos libros ejercían sobre su
hijo y un día llegó incluso a quemarlos. Petrarca, según se cuenta, salió corriendo hacia la hoguera
para rescatar cuanto fuera posible. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> En el 1326 murió el padre y Petrarca regresó
a Avignon. Un año más tarde, el Viernes Santo, ocurrió un hecho inesperado y
trascendental. Y fue que vio por primera vez a una dama, llamada Laura, y ese
día la historia de la poesía comenzó a cambiar. También comenzó a cambiar Petrarca,
claro está, que se enamoró hondamente de ella, casi con seguridad ya casada, a
la que vio pocas veces más y siempre de manera fortuita. Poco importó que no
fuera correspondido. El impacto sentimental debió de ser indescriptible, y a
nuestros ojos, de otro mundo. A partir
de aquel día no dejó de escribir (en italiano, que no en latín como el resto de
su obra) centenares de composiciones dedicadas a Laura, de una penetración
psicológica y precisión en la palabra tan originales en su momento, que crearon
una escuela poética de gran influencia en toda Europa: el petrarquismo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"><o:p> </o:p></span><span style="text-align: center;"> </span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhWajXfL3av2I56jiDLhaHUXE871YAjMbO24T8kGVy5mc16Q5dbMlTWjM0-ltvzEtLcTJwbr8AlpLbDQ8vv8wE1nFG9j-66otBFkm2iPeB4zc0mPsKBDhXA1cfXCAJ348g0Saev5TwxxqU/s1600/Petrarca+y+Laura.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhWajXfL3av2I56jiDLhaHUXE871YAjMbO24T8kGVy5mc16Q5dbMlTWjM0-ltvzEtLcTJwbr8AlpLbDQ8vv8wE1nFG9j-66otBFkm2iPeB4zc0mPsKBDhXA1cfXCAJ348g0Saev5TwxxqU/s1600/Petrarca+y+Laura.jpg" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"><o:p> </o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">Dejo aquí unos versos del soneto 18 (en
traducción de Atilio Pentimalli):<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> <i>Cuando
todo estoy vuelto hacia aquel sitio<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> donde brilla la bella faz de
mi señora,<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> y me ha quedado en el
pensamiento la luz<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> que adentro poco a poco me
arde y me consume;<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> yo, que
temo que el corazón se me rompa<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> y veo cercano el concluir de
mi luz,<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> me marcho, como un ciego, sin
luz,<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> que no sabe dónde va y sin
embargo parte.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> </span></i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">¿Adónde partió Petrarca con aquella
inundación de amor que no cesaba? En varias direcciones. Hacia el pasado, sin
duda. La cultura clásica, que la Edad Media poco había apreciado, fue uno de
sus motivos de vida. El estudio de Cicerón, Virgilio, Tito Livio y tantos
otros; los viajes por Europa recuperando manuscritos de estos y otros autores; la creación de una importante biblioteca personal que acabó donando a la ciudad
de Venecia; en fin, la tarea de traer al presente la riqueza de un pasado
eclipsado durante siglos, tarea que conocemos hoy como Humanismo y que formó
parte esencial del Renacimiento.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> También partió Petrarca hacia una casa
cercana a Avignon, en Vauclus (valle cerrado), donde se abismó en sus estudios,
en la escritura de obras en prosa y en verso, en latín, y en la prolongación
del retrato poético de su amor por Laura, que hoy se conoce como “Cancionero”.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi24spV3Tno_YDJZFF4xtG00rw7il1Fq1Wg93iep7NQ3rcrTVxSjBc-C8i2UdbUqhi7b09-s6vb6iJUbobnS1YTiPTRk0lag8tE8-Yh9KW-pH285WkzJSA6xcWR2HHZ8-22RnGuXqPpUGg/s1600/Petraca+2.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi24spV3Tno_YDJZFF4xtG00rw7il1Fq1Wg93iep7NQ3rcrTVxSjBc-C8i2UdbUqhi7b09-s6vb6iJUbobnS1YTiPTRk0lag8tE8-Yh9KW-pH285WkzJSA6xcWR2HHZ8-22RnGuXqPpUGg/s1600/Petraca+2.jpg" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Y un día partió a la conquista de la
cima de un gigante de casi 2000 metros de altura: el Mont Ventoux. Hoy es especialmente conocido como el final
de muchas etapas ciclistas del Tour de Francia, pero en siglo XIV, nadie (o
casi nadie) se había atrevido a emprender la subida, ni nadie parecía tener
motivos para arriesgarse a tal empresa. ¿Por qué Petrarca se empeñó en hacerlo?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Decía al principio que todo lo
relacionado con esta insólita iniciativa de 1336 lo dejó escrito en una larga
carta a un amigo, que comenzó a redactar la misma noche en que regresó de la
ascensión. En su escrito, este hombre de 32 años, dedicado al estudio y a la
poesía, enamorado de una imposible dama, aunque en 1330 había tomado las
órdenes menores eclesiásticas, nos explica que su deseo era llegar a la cima
para contemplar el formidable y vastísimo paisaje que desde ella se podría
descubrir. Era la gran montaña de la zona en que se había criado y siempre la había tenido ante sus ojos. Mas un hecho muy
literario, muy propio de su devoción por los autores clásicos, le había animado
definitivamente: la lectura de la Historia de Roma de Tito Livio, quien
explicaba que Filipo, rey de Macedonia,
había escalado el monte Hemo en Tesalia, atraído por el rumor de que desde su
cumbre se podían divisar dos mares: el Adriático y el Euxino. El embrujo de la
naturaleza sumado al de la cultura decidieron a Petrarca a
acometer la conquista de la montaña. Le acompañaron su hermano pequeño y
dos criados.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Al comenzar el intento un pastor
intentó disuadirles. Fue en vano. La ilusión por llegar a un lugar vedado al
ojo humano era más fuerte que el desafío de aquella mole rocosa. Crestas,
valles, rocas, zarzas…Petrarca buscaba entre todo ello el camino más accesible.
Retrocedía, hallaba otro atajo, perdía el paso de su hermano, se reencontraban
más tarde, y mientras tanto se hablaba a sí mismo:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> <i>Debes
saber que lo que hoy te ha sucedido tantas veces en la ascensión de este monte
os ocurre a ti y a otros muchos en el camino de tu viva bienaventurada.<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> La vida que llamamos bienaventurada
está situada en un lugar elevado; la senda que a ella conduce es angosta, según
dicen.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> </span></i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">Finalmente llegó a la cumbre soñada. El
espectáculo, descrito por él mismo, era impresionante. A sus pies, las nubes.
Dirigiendo la vista a Italia, aparecían los Alpes. Hacia occidente, los montes
de Lyon; a la izquierda, el mar de Marsella; frente a ellos, el río Ródano.
Petrarca admiraba todos los detalles desde aquel espacio de soledad.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjvEJf3wpT_y2YMUW1usWxnggzxrC-zsudOU0u2_NBgh3_XSy6uJUawgATHFQg971gq628fel0xHdNKNT88iF6hBYdUEyE4gQVcAmnhxIR8UezlXFcGD0qyHJOhiiFiuYQ9lXgd9fgKY9Y/s1600/Mont+Ventoux+Petrarca+1.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjvEJf3wpT_y2YMUW1usWxnggzxrC-zsudOU0u2_NBgh3_XSy6uJUawgATHFQg971gq628fel0xHdNKNT88iF6hBYdUEyE4gQVcAmnhxIR8UezlXFcGD0qyHJOhiiFiuYQ9lXgd9fgKY9Y/s1600/Mont+Ventoux+Petrarca+1.jpg" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Fue entonces cuando abrió al azar el
librito que siempre le acompañaba: las “Confesiones” de San Agustín, regalo del
amigo a quien escribíó la carta con este relato, y en la que quiso recalcar que
“a Dios pongo por testigo, y también a mi hermano –que se hallaba presente,
porque esperaba con interés oír a Agustín hablar por mi boca-, de que las
primeras líneas que vi decían”:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-family: 'Times New Roman', serif;"> Los
hombres viajan para admirar la altura de los montes, las grandes olas del mar,
las anchurosas corrientes de los ríos, la latitud inmensa del océano, el curso
de los astros, y se olvidan de lo mucho de admirable que hay en sí mismos.<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-family: 'Times New Roman', serif;"> </span></b><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">Petrarca se
quedó atónito y guardó silencio. Emprendieron el camino de regreso, pero nadie
le oyó decir ni una sola palabra.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> <i>No
podía creer que se tratara de un suceso fortuito, sino que pensaba que lo que
allí había leído se había dicho únicamente para mí.<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> </span></i><b><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">------------------------------------<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> </span></b><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">Francesco Petrarca se consagró al estudio y a la escritura. Su
visión de la cultura no apuntaba a una simple acumulación de conocimientos,
sino que aspiraba a la sabiduría. Es, sin duda, uno de los padres del Humanismo:
la visión del ser humano como centro del mundo. El traje mental que la Edad
Media había reservado al hombre, le vestía para una vida de cumplimiento de la
voluntad divina, como tarea principal de sus días. El Humanismo fue clausurando
esa época, fue desgarrando las costuras de ese traje ya demasiado estrecho y,
con Dios o sin Dios, nos propuso descubrir qué era el ser humano, en toda su
amplitud. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Algunos estudiosos creen que aquel
hecho del Mont Ventoux fue un decisivo impulso para el nacimiento de esta
visión de la existencia. Hay quien cree, incluso, que aquel día comenzó,
simbólicamente, el Renacimiento, dada la influencia histórica de Petrarca. Bien
es cierto también que algún otro biógrafo optó por bautizarle, a raíz de la
conquista de la montaña, como “el primer alpinista moderno”. De lo que no cabe
duda es de que el hombre que bajó de la gran montaña no era el mismo que la
había subido.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Un día le
quisieron confiar un cargo eclesiástico que implicaba dedicarse por completo a
una parroquia. Petrarca rechazó el ofrecimiento y dijo: “Bastante quehacer me
da mi propia alma”.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
UN ENTENDER NO ENTENDIENDOhttp://www.blogger.com/profile/02724945100264130290noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-1556314740316041710.post-34570428196632947872012-03-14T13:23:00.000-07:002012-07-19T11:46:40.168-07:00A pesar de todo, Viktor Frankl hablaba a su esposa<br />
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">Cuando
Viktor Frankl murió en 1997 en Viena, la
misma ciudad en la que había nacido 92 años antes, no hacía más que 11 meses
que había impartido su última clase en la Universidad. Su energía para comunicar
cuanto había descubierto</span><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> con su propia vida y con sus investigaciones parecía inagotable.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Y es que ciertamente Frankl tuvo mucho
que decir y fue ampliamente escuchado. Este neurólogo y psiquiatra vienés
escribió 26 libros, que han sido traducidos a 18 idiomas. De uno de ellos (“El
hombre en busca de sentido”) se llevan
vendidos diez millones de ejemplares. Fue nombrado doctor <i>honoris causa</i> por 29 universidades del mundo entero. Durante 25
años, el profesor Frankl fue director de la Policlínica neurológica de Viena y
ha sido estudiado en multitud de artículos, en multitud de lenguas, por sus
aportaciones a la psicología. Estamos hablando del creador de la logoterapia, considerada la tercera
escuela vienesa de psicoterapia (las otras dos serían las fundadas por Freud y
Adler). <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">Estos datos, que para muchos lectores
son bastante conocidos, no dan apenas
idea de la gran aportación de Frankl al conocimiento del ser humano y a la
superación de sus conflictos internos. Ni aun añadiendo datos como que el libro
antes citado fue considerado por la Biblioteca del Congreso de Washington uno de los diez títulos que más influencia
han tenido en Estados Unidos, se puede comprender cabalmente la importancia de
este hombre, que apuntó al sentido que cada uno logra encontrar para su vida
como el elemento clave de cualquier existencia.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgsEY1MA0P5WqF7sV8l5c47TgVAbh9B01TYwhYM9ca8kOpvmK89q4efeZ1miEuCgLBDgeOVQv9sHujs31RX-ND5ONTNi3ruuqRKU1ds70A3RnKKjMd5jlcHqdg2J7UwLwQZ9SF-TjEIxpg/s1600/Viktor+Frankl+mayor.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgsEY1MA0P5WqF7sV8l5c47TgVAbh9B01TYwhYM9ca8kOpvmK89q4efeZ1miEuCgLBDgeOVQv9sHujs31RX-ND5ONTNi3ruuqRKU1ds70A3RnKKjMd5jlcHqdg2J7UwLwQZ9SF-TjEIxpg/s1600/Viktor+Frankl+mayor.jpg" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> </span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Pero hubo un momento en que Viktor
Frankl estuvo a punto de quebrarse por completo, y nada de este inventario de
hallazgos y reconocimientos hubiera podido existir. Es de este tiempo en la
vida de Frankl, y de un hecho en apariencia muy pequeño, de lo que quiero
hablar.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Era el año 1938 y Austria había sido
invadida por los nazis. Viktor Frankl tenía 33 años y ejercía como médico en Viena,
en un consultorio privado que pronto tuvo que ser cerrado. A los médicos
judíos, y él lo era, se les prohibió atender a pacientes que no fueran judíos.
La amenaza se acercaba inevitablemente. Frankl consiguió un visado para marchar
a Estados Unidos, pero sólo para él, no para su familia. Precisamente entonces le fue ofrecida la
dirección de un hospital de la comunidad cultural israelita de Viena, el Hospital
Rostchild, y él la aceptó. Este hecho va a ser muy importante en esta historia.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Estar al frente de dicha tarea le suponía,
momentáneamente, protección para él y para su familia ante la posibilidad de
ser deportados a un campo de concentración. Frankl decidió, pues, quedarse y
dejó caducar su visado. Pero en el hospital ocurrió algo más. Conoció a una enfermera, llamada Tilly Grosser, y en diciembre de 1941 contrajeron
matrimonio. Poco tiempo después, la situación de los judíos de Viena fue
empeorando. El hospital fue clausurado, y la protección de médicos, enfermeras y familiares directos frente a la deportación se esfumó. Todo podía ocurrir, y
en cualquier momento.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">Así fue. En setiembre de 1942, Frankl,
sus padres, su esposa y la abuela de ésta fueron obligados a acudir al “punto
de reunión”, el lugar fatídico desde el que serían llevados a los trenes que
conducían a la nada, es decir, a los campos de concentración. Frankl , al igual
que los demás, tuvo que despedirse de casi todo. Sólo llevó consigo una maleta,
que al llegar al campo desapareció, y el manuscrito de la obra que había acabado de escribir con
premura en los días anteriores: “Psicoanálisis y existencialismo”, que acabó
corriendo la misma suerte. No fue esto lo peor.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">El tren al que fueron obligados a subir
no se sabía dónde les llevaba. Amontonados en grupos de 80 personas por
vagón, algunos creían que iban a trabajar a una fábrica de municiones. Pero
llegaron al campo de concentración de Auschwitz. Puestos en fila y ya
custodiados por las SS, hombres y mujeres fueron separados. Frankl y su
esposa tuvieron que despedirse. Como
tantos otros.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">Lo que vino después es bien sabido
hoy.1100 prisioneros hacinados en un barracón para 200. Varios días con un
trozo de pan. Cualquier cosa de valor (anillos de casado, relojes, agujas de
corbata…) acababan en las manos de los guardianes. Había que quitárselo todo
para enfundarse el traje del campo, y en 2 minutos; después llegaban los
latigazos. Cabezas rasuradas, dormir sobre los tablones de las literas y varios
hombres en cada una… Viktor Frankl lo resumía diciendo que “lo único que
poseían era la existencia desnuda”.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">Mas no para todos fue así. Esta era la
vida que esperaba a los que desde la llegada del tren fueron enviados en una
dirección del campo. Muchos otros fueron enviados a un edificio con un rótulo:
“Baño”. Incluso se les daba una pastilla de jabón al entrar. De sus duchas,
como es sabido, no salía agua. Así funcionaban los crematorios.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Para los que habían salvado aquella primera
selección, estaba esperándoles una vida en condiciones extremas. Temperaturas a
20 grados bajo cero, desnutrición, enfermedades frecuentes, trabajos durísimos
al aire libre, insultos, golpes…Y algo más,algo casi peor: la ausencia de
noticias de los familiares. En el caso de Frankl , eran sus padres, y era su
joven esposa Tilly. ¿Cómo sobrellevar todo aquello?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">Viktor Frankl lo cuenta en su libro “El
hombre en busca de sentido”. Éstas son sus palabras:<o:p></o:p></span><br />
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">Mientras
marchábamos a trompicones durante kilómetros, resbalando en el hielo y
apoyándonos continuamente el uno en el otro, cada uno pensaba en su mujer. De
vez en cuando yo levantaba la vista al cielo y veía diluirse las estrellas al
primer albor rosáceo de la mañana, que comenzaba a mostrarse tras una oscura
franja de nubes. Pero mi mente se aferraba a la imagen de mi mujer, a quien
vislumbraba con extraña precisión. La oía contestarme</span></i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">, <i>la veía sonriéndome con su mirada franca y
cordial. Real o no, su mirada era más luminosa que el sol del amanecer. Un
pensamiento me petrificó: por primera vez en mi vida comprendí la verdad
vertida en las canciones de tantos poetas y proclamada en la sabiduría
definitiva de tantos pensadores. La verdad de que el amor es la meta última y
más alta a que puede aspirar el hombre. Fue entonces cuando aprehendí el
significado del mayor de los secretos que la poesía, el pensamiento y el credo
humanos intentan comunicar: la salvación del hombre está en el amor y a través
del amor. Comprendí cómo el hombre, desposeído de todo en este mundo, todavía
puede conocer la felicidad —aunque sea sólo momentáneamente —si contempla al
ser querido.<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">En este punto hay que anotar que, de su
amada esposa, Viktor Frankl se había despedido dramáticamente, al ser
separados nada más llegar a Auschwitz, con estas palabras: “Conserva la vida a
cualquier precio, óyeme bien, a cualquier precio”. Frankl se adelantaba así a
los terribles pensamientos, a las dudas fatales, a los remordimientos que podrían
paralizar a Tilly si se veía obligada a prostituirse con un oficial de las SS. <o:p></o:p></span><br />
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: -webkit-auto; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt; text-align: center; text-indent: 35.4pt;"> </span><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiMLfbvTIre6RFs4AF0aLXFwAugr6CPNAfvfRhsKri1XAf5HIFwPoOcS7QmLunG0IK5_i6nObJ7czkwW4oiwL_JKeBocDWORtGJoR9c7TgaDHmJger8R3ObGU-fu69XNzyb5YxkSg3J2PE/s1600/Viktor+Frankl+y+esposa+Tilly.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; display: inline !important; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em; text-align: center;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiMLfbvTIre6RFs4AF0aLXFwAugr6CPNAfvfRhsKri1XAf5HIFwPoOcS7QmLunG0IK5_i6nObJ7czkwW4oiwL_JKeBocDWORtGJoR9c7TgaDHmJger8R3ObGU-fu69XNzyb5YxkSg3J2PE/s1600/Viktor+Frankl+y+esposa+Tilly.jpg" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">Un día, en uno de aquellos grises
amaneceres, Frankl estaba cavando una trinchera y en voz muy baja le hablaba a
su esposa. Pero se sentía acabado, sentía próxima su muerte, y entonces,
hallando un resto de energía en su interior se preguntó si aquella existencia
tenía algún sentido. Y de lo hondo de sí
mismo oyó un “sí”. En aquel mismo instante, en una franja lejana encendieron
una luz, que se quedó fija en el horizonte oscuro.</span><br />
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt; text-indent: 35.4pt;">Siguió golpeando el helado suelo, y
siguió hablando con Tilly. El guardián soltaba sus insultos habituales y
entonces algo nuevo, algo único, sucedió:</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">Volví
a conversar con mi amada. La sentía presente a mi lado, cada vez con más fuerza
y tuve la sensación de que sería capaz de tocarla, de que si extendía mi mano,
cogería la suya. La sensación era terriblemente fuerte; ella estaba </span></i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">allí <i>realmente. Y, entonces, en aquel mismo
momento, un pájaro bajó volando y se posó justo frente a mí, sobre la tierra
que había extraído de la zanja, y se me quedó mirando fijamente.<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">Viktor y Tilly no pudieron reanudar su relación al final de la guerra.
Ella, así como el resto de la familia, no sobrevivió al campo de concentración.
No se sabe cuándo murió.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">El libro en que Frankl dejó escrito todo
esto (“El hombre en busca de sentido”) llevaba un primer título: “Trotzdem ja
zum Leben sagen”, que según nos aconseja el diccionario sería: “A pesar de
todo, decir sí a la vida”.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">Para llegar un día a tal conclusión,
Viktor Frankl habló, a pesar de todo, a su querida esposa.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 14pt;"><o:p></o:p></span></div>UN ENTENDER NO ENTENDIENDOhttp://www.blogger.com/profile/02724945100264130290noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-1556314740316041710.post-12794908420493138612012-02-28T04:28:00.001-08:002012-02-28T04:43:16.318-08:00Un año más tarde<span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">Ella
tendría unos 25 años; él, 30. Se conocieron en unas clases de yoga y se
hicieron amigos; sólo amigos, que no es poco. Conversaron varias veces de
cuanto les ocurría al uno y al otro, de lo mejor y de lo peor. Era todo muy
fluido. Al llegar el verano fueron con un pequeño grupo a Mallorca. Los
primeros días se alojaron todos en un piso de una mallorquina hospitalaria , en
Palma. </span><span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> </span><span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">Por las mañanas la gente dormía
hasta tarde y luego les daba por la ceremonia del té o algo parecido. Menos
ellos dos, que preferían tomarse un café y una ensaimada en un bar cercano.
Siempre se sentaban a la misma mesa de la terraza, que casualmente siempre
parecía esperarles . El resto de la estancia en la isla estuvo muy bien,
pero no aporta nada especial a esta historia, cuyo acto central ocurrirá</span><span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> </span><span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">tres meses después, en otoño.</span><br />
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> A principios de
noviembre, cuando en Barcelona se celebra el Día de Todos los Santos comiendo
castañas, boniatos y un dulce de mazapán llamado “panellets”, aquel mismo grupo
de amigos del verano se volvió a reunir y entre todos prepararon una fiesta simpática,
alegre, confiada.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Unos diez días más tarde, ella comenzó
a sentirse mal; tuvieron incluso que ingresarla. Parecía inconcebible, pero
cada día estaba peor y no había manera de contener aquel asalto de la
enfermedad. Se había detectado el mal, pero nadie sabía cómo pararlo. Cuando
corrió la voz entre los amigos, ya estaba tan sólo medio consciente . Murió 24
días después de aquella fiesta a la que ella había llevado sonriente unos
“panellets” hechos con sus propias manos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> El impacto, el desconcierto, el dolor
de la familia y de los amigos fue inmenso; no es difícil imaginarlo. Él había
acudido a la clínica cuando su estado ya no permitía ninguna conversación. Pero
la noche de su fallecimiento pudo, junto con un familiar, velarla durante unas
horas.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> La gran pregunta sobre el más allá de
aquella amiga desaparecida se instaló en su vida. Una noche tuvo un sueño
vivísimo con ella. Estaba hermosa, serena. ¿Quién podía asegurar que el sueño fuera un mensaje? Lo cierto es que ella siempre estaba muy presente.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> En verano él volvió a
Mallorca. Esta vez se instaló en casa de un amigo, pero no en la capital de la
isla, Palma, sino en un pueblecito bastante alejado. Resultaba inevitable
evocar la presencia de ella por aquellos lugares. Allí habían estado sólo un
año antes. El amigo que le acogió también lo era de ella, así que el recuerdo
se avivaba entre los dos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Llegó el último día de la semana de
vacaciones. Él tenía que tomar un avión por la tarde. El pueblecito distaba
unos 30 kilómetros de la capital y estaba mal comunicado. El amigo había tenido que
partir a primera hora de la mañana con su coche, pero le había asegurado que en
aquel paraje hacer auto-stop era fácil. Aunque él no lo veía claro, siguió el
consejo. Al poco de intentarlo, para su sorpresa, una furgoneta se detuvo. Iba
hasta Palma. Respiró aliviado y, por supuesto, le dijo al conductor que le
daba igual en qué parte de la ciudad le dejara. En cualquier sitio se espabilaría para llegar a la estación de
autobuses que le trasladarían al aeropuerto.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Fue un viaje simpático, el hombre era
cordial, pero no podía desviarse ni una manzana de su recorrido habitual por la
ciudad. Estaba trabajando y con cierta prisa; le llevaría adonde iba a descargar, que era una zona bastante céntrica. Él se perdió un poco
cuando el vehículo comenzó a serpentear por una calle y por otra y por otra.
Daba igual, la conexión con el aeropuerto estaba asegurada. Finalmente se
detuvo. En aquel lugar ya se orientaría, le dijo el conductor. Aunque él no
sabía muy bien dónde estaba, le dijo que seguro que sí, y que gracias, muchas gracias.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Cuando
se quedó en la acera con su bolsa y se giró, no se lo podía creer. De todos los
metros cuadrados de aquella ciudad, la furgoneta le había dejado frente al que
ocupaba precisamente aquella mesa de café en que ella y él se instalaban las mañanas del verano anterior. Cómo no
quedarse desconcertado, y emocionado,pero con una emoción que no sabía definir.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> ¿De qué estaba hecho aquel suceso? No
podía llamarlo fantasía, ni menos sueño. Pero tampoco iba a llamarlo
casualidad.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14pt;"><span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"> Sin una palabra exacta, pero con una
sonrisa interna que antes no había conocido, siguió su vida.</span><span style="font-family: 'Times New Roman', serif;"><o:p></o:p></span></span></div>UN ENTENDER NO ENTENDIENDOhttp://www.blogger.com/profile/02724945100264130290noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-1556314740316041710.post-7106810614038446332012-02-21T04:27:00.000-08:002012-02-28T04:40:37.502-08:00“¡Ay, quién podrá sanarme!”<br />
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">A
aquel hombre le habían detenido, secuestrado, encerrado, borrado del mapa. Lo
más increíble, para nuestra época, es que el motivo eran algunas diferencias de
pensamiento, sólo algunas. Pero estamos en el siglo XVI, y los principios,
sobre todo los religiosos, podían llegar a ser mucho más importantes que el simple respeto a un ser humano.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Le metieron en una mazmorra, y empezó
su calvario. Muchos días, sólo pan y agua. A veces, una sardina. O media. Y aún
peor, no tenía ropa para cambiarse. Los piojos le atormentaban. El recipiente
donde hacía sus necesidades no siempre se lo retiraban. El mal olor era mareante.
Apenas llegaba la ventilación o la luz a aquel agujero negro. Aunque no fuera
lo peor, el trato podía llegar a ser de menosprecio y burla. Ni pensar en poder
leer nada, como aquel hombre tenía por costumbre.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">¿De qué forma pudo soportar tal
crueldad durante ocho meses?<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Es importante que sepamos que era
persona de gran vida interior. Religioso, sí, pero además con una intensa vida
espiritual, pues una cosa y otra no siempre van unidas. Probablemente no
erraremos si le imaginamos, en aquellos interminables días, semanas, meses de
penurias y extrema soledad, cerrando los ojos y viviendo muy adentro de sí
mismo otra vida secreta, libre, rica en compañía y consuelo. Pero, ¿de qué
forma esto fue así? Sigamos su biografía.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Avanzado su cautiverio, le cambiaron el
carcelero, y era el nuevo de mayor humanidad que sus antecesores. Le permitió
algún paseo fuera de la celda, mejoró el
trato y parece ser que le proporcionó papel y pluma, como el preso le había
rogado. Éste comenzó entonces a ver posible la fuga. Y así fue que una noche
consiguió deslizarse abajo del muro de la prisión suspendido en unas telas que
había ido atando. La fortuna le ayudó y pudo llegar a un convento cercano, donde las monjas le reconocieron y escondieron, hasta que días más tarde pudo
huir definitivamente muy lejos de allí.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Lo más notable de esta historia quizá
sea lo que viene a continuación. No se sabe con exactitud si en su evasión
salvó escritos unos poemas que había ido componiendo en su cautiverio o es que andaban
todos refugiados en su memoria, que era muy notable. El hecho es que una de las
primeras cosas que hizo al llegar al convento fue ir recitando los dichos
poemas (treinta estrofas, llamadas liras, de cinco versos cada una) a una monja que los iba copiando, o bien para
salvarlos del olvido, o bien para que hubiera una copia más, o mezcla de ambas
cosas. No se sabe bien.</span><br />
<span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Y esos ciento cincuenta versos, hijos de su dolor y apartamiento del mundo,
comenzaron a circular en manuscritos varios.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> ¿Qué tipo de poesía engendró aquel
cautiverio extremo?<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Tenemos estos poemas sobre nuestra
mesa, aunque no fue fácil que llegaran a ser impresos. La obra comenzó a nacer
en prisión en 1578 y anduvo circulando, como hemos dicho, en bastantes copias
hasta 1630, cuando por primera vez fue libro. Leemos algunos de sus versos
ahora, sin dejar de pensar que esto es lo que <i>vio</i> un hombre que malvivía en una celda sucia y aislada del mundo, cuando cerraba los
ojos y algo bien distinto se le ofrecía.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> <i>¿A dónde te escondiste,<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Amado, y me dejaste
con gemido?<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Como el ciervo
huiste,<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> habiéndome herido;<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> salí tras ti
clamando, y eras ido.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Pastores los que fuerdes<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> allá por las majadas
al otero,<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> si por ventura
vierdes<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> aquel que yo más
quiero,<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> decidle que
adolezco, peno y muero.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><i><span lang="ES" style="font-size: 14pt;"> </span></i><span lang="ES" style="font-size: 14pt;">Esta <i>historia de amor</i> es y no es tal, pues el
texto lleva un título imprescindible
para el buen entendimiento de su intención:<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> <b><i>Canciones entre el alma y el
Esposo<o:p></o:p></i></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt;"><b><i> </i></b>El
alma del hombre busca vivamente el
encuentro con el Amado, que en este caso
es la divinidad. Llegados a este punto, muchos entre quienes estén leyendo este
escrito ya habrán reconocido a su autor, incluso desde las primeras líneas. Más
aún, el título de este blog, <b>Un entender
no entendiendo,</b> se debe a un verso suyo, que algún día comentaremos, aunque
yo lo he tomado en un sentido muy amplio, como se irá viendo en sucesivas
historias. Sí, el fraile cautivo por desavenencias con hermanos de la misma
orden, los carmelitas, pero con distintas opiniones sobre cómo profesarla, los
llamados calzados, no es otro que Juan
de Yepes, después conocido como Juan de la Cruz o San Juan de la Cruz.</span><span lang="ES"> </span><span lang="ES" style="font-size: 14pt;"><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt;"><o:p> </o:p></span><span style="font-size: 14pt;"> </span></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhTsXNBLLqkGwdbeZvdXs8tppShwXVU3qE30uhOHR1g-UNL83iT6fvo4v7dfW6MujeR4QenYRhlsY0_Oc1m4n7CryEfl7-ojw50Zq9Pg2MsWBMLqSxpaFTqdvVVdQoOw24Gd2uiijRkjkA/s1600/imatge_san_juan.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhTsXNBLLqkGwdbeZvdXs8tppShwXVU3qE30uhOHR1g-UNL83iT6fvo4v7dfW6MujeR4QenYRhlsY0_Oc1m4n7CryEfl7-ojw50Zq9Pg2MsWBMLqSxpaFTqdvVVdQoOw24Gd2uiijRkjkA/s1600/imatge_san_juan.jpg" /></span></a></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 106.2pt; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span lang="ES"> </span><span lang="ES" style="font-size: 14pt;"><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt;"><o:p> </o:p></span><span style="font-size: 14pt;"> </span></span><br />
<div style="text-align: -webkit-auto;">
<span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt; text-align: center;"> Y la obra en cuestión, el </span><b style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt; text-align: center;">Cántico espiritual.</b><span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt; text-align: center;"> Leamos un poco más:</span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> <i>Mi Amado, las montañas,<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> los valles
solitarios nemorosos,<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> las ínsulas extrañas,<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> los ríos sonorosos,<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> el silbo de los
aires amorosos.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> La noche sosegada<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> en par de los
levantes de la aurora,<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> la música callada,<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> la soledad sonora,<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> la cena, que recrea
y enamora.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> (…)<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Mi alma se ha
empleado,<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> y todo mi caudal en
su servicio:<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> ya no guardo ganado,<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> ni ya tengo otro
oficio;<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> que ya sólo en amar
es mi ejercicio.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><i><span lang="ES" style="font-size: 14pt;"> </span></i><span lang="ES" style="font-size: 14pt;">Afirman todas
las biografías de Juan de la Cruz que fue en agosto de 1578 cuando consiguió
evadirse de la cárcel. Mas si uno lee estas estrofas que allí fue pacientemente
creando, afinando las rimas, resolviendo el número de sílabas, ya siete, ya
once, de sus versos, recreando ese camino del alma por valles y montañas al
encuentro anhelado con la Fuente de amor hondamente presentida, hay que sacar
la conclusión de que Juan de la Cruz <i>salió
</i>de su prisión muchas, muchas veces, a lo largo de aquel tiempo, sin que
sus carceleros pudieran darse cuenta.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Juan de la Cruz dejaba en un rincón de
su caverna su menguado y dolorido cuerpo, y estaba, en toda su entidad última,
por “bosques y espesuras,/plantadas por la mano del Amado”, por un prado “de
flores esmaltado”, por “cristalina fuente”, entre pastores, vientos , olores…<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">Juan de la Cruz se iba una y otra
vez de su encarcelamiento, y nadie podía impedirlo. ¿Nos mostró con ello algo
al alcance de todo ser humano? ¿Podemos todos, en la adversidad, no hundirnos
por completo en ella, sino retirarnos hacia adentro y encontrar algo más, algo
mejor, de lo que regresemos a nuestro combate más serenos, más fuertes, más
libres? <o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">Antonio Machado escribió: “Nadie
es más que nadie”. De ser así, Juan de la Cruz nos puede haber enseñado a
muchos que nuestro espacio interior está esperándonos. En el suyo aguardaba una
poesía que 434 años después se sigue leyendo, cantando y recitando. La poesía
de un clásico, traducido a muchas lenguas, citado en miles de estudios y que
hoy, en la era de la informática, tiene cinco millones de entradas, según indica el buscador.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">Yo también quiero buscar qué
me espera en mi espacio interior, cuáles son mis bosques, mis ríos, mis
pastores. No sé si encontraré plenamente al “Amado”, pero voy descubriendo que
no es un espacio inhóspito, mudo, ausente, y que cuando llegue el caso,quizá también llegue a decir, como el poeta:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> <i>¡Ay, quién podrá sanarme!<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-size: 14pt;"><span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;">Y probablemente no sea en vano.</span><span style="font-family: 'Times New Roman', serif;"><o:p></o:p></span></span></div>UN ENTENDER NO ENTENDIENDOhttp://www.blogger.com/profile/02724945100264130290noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-1556314740316041710.post-32775667396562892812012-02-14T01:31:00.000-08:002012-10-10T02:44:28.339-07:00Erich-Emmanuel Schmitt, perdido en el desierto<br />
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span style="font-size: 14pt;">Hace
más de 20 años que Eric-Emmanuel Schmitt se dedica a escribir teatro y narrativa, y sus obras no dejan de despertar un interés creciente en Francia y en muchos otros países.</span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Nació en Lyon el 28 de marzo de 1960.
Sus padres eran profesores de Educación Física. Le dieron una educación laica,
pero quisieron que fuera a clases de catecismo a los 11 años porque “a pesar de
todo, tienes que conocer esa historia”. Un día su madre le llevó al teatro a
ver “Cyrano de Bergerac”, con el gran actor francés Jean Marais, y el crío
lloró de emoción. Ya de joven la literatura le atraía como lector y, por qué no
algún día, como autor. Estudió Filosofía y durante un tiempo dio clases de esta
materia. Creo que la semilla de ese ser llamado Eric-Emmanuel Scmitt está hecha en gran medida de estos ingredientes.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgFJJVyoESm0aly-ybKzQJASDulu8ZPmZRAQ401N9W-2AcRVPReO9Vagxs6jpgweiN3R37JrgZepoS4xoo57RnFO3B9xS0hQNY8Z5xG29x3BZUZA3V18MCEYRf_StYm-x0umL6DlyRImN4/s1600/eric.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgFJJVyoESm0aly-ybKzQJASDulu8ZPmZRAQ401N9W-2AcRVPReO9Vagxs6jpgweiN3R37JrgZepoS4xoo57RnFO3B9xS0hQNY8Z5xG29x3BZUZA3V18MCEYRf_StYm-x0umL6DlyRImN4/s1600/eric.jpg" /></span></a></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Hasta el día de hoy su obra se compone
de 14 obras de teatro, 2 ensayos,9 novelas, traducciones y 2 películas, como
guionista y director. Sus obras dramáticas se han representado en 35 países, y
sus textos están traducidos a 50 lenguas. Algunos de sus títulos: “El
visitante”, “El libertino”, “Variaciones enigmáticas” “El señor Ibrahim y las
flores del Corán”, “Oscar y Mamie Rose”, “El Evangelio según Pilatos”, “Mi vida
con Mozart”…Premios, muchos, aunque él no parece frecuentar eso que se llama la
Sociedad literaria.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Esta carrera de escritor tuvo un punto
de partida muy preciso. Ocurrió el 4 de febrero de 1989. Hasta entonces Eric-Emmanuel
Schmitt intentaba escribir pero sin ningún éxito. Tampoco él se sentía
satisfecho de lo que hacía. Entonces algo ocurrió. Algo que lo cambió todo.
Completamente imprevisto. Él mismo lo ha contado:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt;"><o:p> </o:p></span><span style="font-size: 14pt;"> </span><i style="font-size: 14pt;">Me
había ido al desierto del Hoggar, en el Sahara, con unos amigos. Habíamos
escalado el monte Tahar, la cima más alta, y quise descender el primero. Me di
cuenta de que me equivocaba de camino, pero continué, irresistiblemente
seducido por la idea de perderme. Y me perdí. Estaba en camiseta, sin agua ni
comida, a 300 kilómetros de todo lugar habitado. Oscurecía…</i></span></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Cuando cayeron la noche y el frío, como
no tenía nada, me enterré en la arena. En vez de tener miedo, esa noche de
soledad bajo la bóveda estrellada fue extraordinaria. Experimenté sentimientos
intensos: todo miedo y angustia se esfumaban para siempre, experimenté una
confianza infinita en la vida…y percibí que todo tiene sentido. Tuve la certeza
de que un Orden, una inteligencia vela sobre nosotros, y que en este orden,
había sido creado,querido.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Toda esa noche pasó en un segundo. Al
amanecer, caminé montaña arriba, para bajar por la otra cara. Al encontrar a
mis amigos de nuevo, me avergoncé por haberles angustiado con mi desaparición y
no me atreví a compartir con ellos mi alegría. Regresé a Francia con mi
secreto.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> <o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> He intentado imaginar la escena de este
hombre perdido en el desierto, sin agua, sin ninguna seguridad de ser
encontrado y, sin embargo, sin ninguna sensación de desamparo. Todo debió de
ser muy sutil en aquella noche y, al mismo tiempo, de una solidez definitiva. Un
vuelco enorme en su conciencia. ¿Qué clase de experiencia mística fue esa?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> <i>Ahora
sé que dentro de mí hay más que yo mismo,</i> añadió. ¿A qué se refería? ¿Qué
frontera interior cruzó para llegar a un lugar nuevo, luminoso, que era suyo
pero que no era exactamente él, al menos tal como siempre se había sentido? ¿Qué
presencia le acompañó?<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Aparte del descubrimiento de su
realidad transfigurada, aquella noche fue, como dije más arriba, algo así como
el kilómetro 0 de una carrera de creador que aún no había empezado.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> <i>Fue
a partir de esa fecha que pude escribir. Hasta entonces, todo lo que escribía
me parecía vano. Poco tiempo después redacté mi primera obra: “La nuit de
Valognes”, y desde entonces apenas he parado. Esa noche en el desierto me
reveló por qué había sido hecho: yo era un escriba.<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><i><span lang="ES" style="font-size: 14pt;"> </span></i><span lang="ES" style="font-size: 14pt;">En su obra “El visitante”, en la que un
enigmático personaje, que dice no tener ni padre, ni madre, ni sexo, ni
inconsciente, visita a Freud, encontramos unas palabras de aquél dirigidas al fundador del psicoanálisis, que
de inmediato reconocemos como un eco de la experiencia que todo lo cambió:<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> <i>Hasta
esta noche, creías que la vida era absurda. De ahora en adelante, sabrás que es
misteriosa.<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> <i><o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
UN ENTENDER NO ENTENDIENDOhttp://www.blogger.com/profile/02724945100264130290noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-1556314740316041710.post-30862415499616264472012-02-07T02:54:00.000-08:002012-02-28T04:40:05.704-08:00Pero si está aquí.<span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">Los
protagonistas son un matrimonio de edad. Especialmente él, tal vez en los 86 y muy mermado de fuerzas. La esposa le era imprescindible para renovar cada
día su débil vínculo con la vida y llevarle de la cama al sillón del comedor,
los dos únicos escenarios de aquel último tramo de su existencia. Hablaba poco y sólo sonreía cuando los nietos o un reciente biznieto le visitaban. Mientras
estaba en el comedor, que era la mayor parte del día, se dedicaba a ver la televisión.</span><br />
<span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"><br /></span><br />
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> La vida de aquel hombre se había
desarrollado entre la lucha por la supervivencia económica, la familia en toda
su complejidad, una pasajera afición política y la decadencia
física. Una vida difícil y corriente a la vez, pero sin capacidades especiales, y pronto se verá por qué lo digo.</span><br />
<span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> La esposa, y cuidadora a tiempo
completo, tenía una hermana mayor, frisaba los ochenta y vivía en otra
ciudad, a unos 400Km. Las dos hermanas mantenían buena relación, pero sólo telefónica.
A ninguna le era fácil desplazarse: a la una, por la situación del marido; a la
otra, por una enfermedad degenerativa en los huesos, bastante dolorosa.</span><br />
<span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Un día llegó la llamada telefónica que
anunciaba la muerte de ésta. A su hermana le afectó mucho y bien hubiera
querido ir al entierro, pero la distancia era grande y eso suponía dejar al
marido, cosa que no quería hacer.</span><br />
<span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Habló con él, le explicó que, aunque deseaba
ir donde la familia de su hermana, había decidido no ir, pero que sentía mucha
pena por ella y por lo mal que lo había pasado los últimos años. El marido la
escuchó con su mirada acuosa, callada, lenta, y al final habló.</span><br />
<span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoListParagraph" style="margin-left: 53.4pt; mso-add-space: auto; mso-list: l0 level1 lfo1; text-indent: -18.0pt;">
<span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt;">—<span style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 7pt; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; line-height: normal;"> </span></span><span lang="ES" style="font-size: 14pt;">No te
has de preocupar de nada. Tu hermana está bien. <o:p></o:p></span></span><br />
<span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">—¿Y tú qué sabes?- lo dijo casi
sin mirarle, casi sin pensar.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">El hombre respondió al momento,
sin la menor duda.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">—Porque tu hermana está aquí,
ahora, y se la ve muy bien.</span><br />
<span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt;">Entonces ella ya se desconcertó,
pero quiso saber más. T</span><span style="font-size: 14pt;">al vez su marido no hablaba tan sólo para tenerla contenta, así que le pidió que
se explicara, que le diera detalles de lo que decía haber visto.</span></span><br />
<span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span style="font-size: 14pt;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoListParagraph">
<span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> — Tu hermana parece más joven. Y lleva un vestido
estampado,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">marrón,
muy bonito.</span><br />
<span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> No hubo más. Pasaron un par de días y
tras el entierro la mujer llamó a sus sobrinas para saber cómo estaban y cómo
había ido el funeral . En un momento de la conversación, recordó
la supuesta visión de su marido, y sin anticipar nada les preguntó cómo la
habían vestido.</span><br />
<span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoListParagraphCxSpFirst" style="margin-left: 53.4pt; mso-add-space: auto; mso-list: l0 level1 lfo1; text-indent: -18.0pt;">
<span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt;">—<span style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 7pt; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; line-height: normal;"> </span></span><span lang="ES" style="font-size: 14pt;">Con un
vestido estampado, marrón. Estaba muy bonita.</span></span><br />
<span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt;">El hombre falleció hará unos diez
años. Le conocí bastante, </span><span style="font-size: 14pt;">aunque
nunca me habló de esta historia. Creo que para él no tuvo mucha importancia. Su
esposa, que aún vive, y la hija de ambos me la contaron.</span></span><br />
<span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><span style="font-size: 14pt;"><br /></span></span><br />
<span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt; text-indent: 35.4pt;">Nunca antes había visto él nada
igual , ni hablado como lo hizo aquel día.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> </span><span lang="ES" style="font-size: 14pt;"><span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif;"> </span><span style="font-family: 'Times New Roman', serif;"><o:p></o:p></span></span></div>UN ENTENDER NO ENTENDIENDOhttp://www.blogger.com/profile/02724945100264130290noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-1556314740316041710.post-6520144755764977512012-01-31T03:13:00.000-08:002012-08-09T18:09:52.445-07:00El vecino de Jung<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">Esta
historia que Jung nos cuenta en sus “Memorias”, debió de sucederle entre 1914 y
1930, pues fue en ese periodo cuando tuvo sus principales sueños y visiones, a
los que se refirió de este modo:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt;">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">Los
años en los que seguí mis imágenes internas fueron la época más importante de
mi vida y en la que se decidió todo lo esencial.(…) Era la materia originaria
para una obra de vida.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> </span></i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">Y esta “obra de vida” del psiquiatra
suizo Carl Gustav Jung (1875-1961), la podemos cuantificar en 18 volúmenes de Obra
Completa, más 3 de Cartas, la creación de un nuevo camino para la psicología,
llamado psicoterapia analítica, y, sobre todo, en una larga indagación plena de
nuevas intuiciones sobre el interior del ser humano. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> En este viaje tuvo un gran papel el tratamiento de los enfermos que fue
atendiendo a lo largo de su experiencia clínica, pero también la investigación
sobre las profundidades de la psique humana , aquello que nos constituye a
todos, conscientemente o, y sobre todo,
inconscientemente : en sus propias palabras, la realidad del alma.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhDC6Y_a3Hwnx8zuQUcDXdp3sLGnJdS5pg15xH-xl6ZtfuOFfHJ_iokGAlkid3th0bmhEIt693l4liNgJyPfxiY83vHMc5CcJZpEsvsvYrPU-qynu4N3-aYJuNtf0HhGj0pTMyMfJopH2k/s1600/Jung+3.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhDC6Y_a3Hwnx8zuQUcDXdp3sLGnJdS5pg15xH-xl6ZtfuOFfHJ_iokGAlkid3th0bmhEIt693l4liNgJyPfxiY83vHMc5CcJZpEsvsvYrPU-qynu4N3-aYJuNtf0HhGj0pTMyMfJopH2k/s1600/Jung+3.jpg" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 70.8pt; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif;"><span style="font-size: 19px;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 70.8pt; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> En esta exploración Jung se valió de la
observación de los comportamientos de sus pacientes, como decíamos, pero
también de un estudio y reflexión amplísimos, que no sólo abarcaron la
psiquiatría sino también la mitología, las religiones, la parapsicología, el
arte… Sin embargo, buena parte de sus aportaciones llegaron a través de
realidades psíquicas que aparecían en su conciencia sin que él las trajera
directamente. Me estoy refiriendo a los sueños y a las visiones. Sobre ello
dijo:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 35.25pt;">
<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">Hay
cosas en la psique que no son producidas por mí, sino que se presentan por sí
mismas y tienen su propia vida.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 35.25pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Y un ejemplo es la historia a la que aludía al
inicio de este escrito e incluida en sus memorias, tituladas “Recuerdos,
sueños, pensamientos”. Fue esto lo que ocurrió.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Un amigo, y vecino suyo, había muerto
repentinamente. Jung estaba afectado por
aquel imprevisto suceso y el día después del entierro, de noche, pensaba en él.
De improviso sintió que el amigo estaba en su habitación. No sólo eso, sino que
quería que le siguiera. Jung lo explica como una visión interior, no como una
aparición física. Esto le creó dudas: ¿era una fantasía sin más?, ¿era una
presencia, inexplicable pero cierta? Con la fuerza de la imagen interior, pero
con la dificultad de admitirlo como algo real, pasaron unos momentos. Cuando
decidió dar una oportunidad al extraño suceso, el amigo se fue hacia la puerta
y le hizo señas de que le siguiera. Jung dejó que la visión continuara. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> El vecino le llevó fuera de la casa, al
jardín, a la calle y finalmente a su propia casa, que se hallaba a no más de
cien metros de la de Jung. Una vez dentro le condujo a su biblioteca. Es importante aclarar que Jung nunca había estado en aquel lugar. Entonces
el hombre se subió a un taburete y señaló un libro de un estante superior. Se
trataba del segundo de cinco libros encuadernados en rojo. Le indicó ese
volumen, cuyo título Jung no podía distinguir desde abajo, y en ese momento la
visión cesó.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Al día siguiente, Jung no pudo menos
que ir a visitar a la viuda de su amigo y pedirle permiso para entrar en la
biblioteca. Y sí, había un taburete bajo las estanterías y arriba se podían
divisar los cinco libros encuadernados en rojo. Jung subió y tomó entre sus
manos el segundo, el que le había indicado su amigo en la visión . Su título
era “El legado de los muertos”.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Hasta aquí la historia, contada desde
los ojos de Jung. Él concluía que hechos como éste son signos, aunque no
definitivo conocimiento, de la posible vida del alma después de la muerte.<o:p></o:p></span></div>
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<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Pero
en este punto, quizá podríamos pedirle a nuestra imaginación que nos ayudara a
completar esta visión de una de las figuras más influyentes de la cultura del
siglo XX. Será una hipótesis, pero eso no la invalida necesariamente.<o:p></o:p></span></div>
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<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> ¿Y si reconstruimos la historia desde
el visitante y no desde el visitado? ¿Por qué vuelve, y tan pronto, aquella
alma? ¿Por qué escoge a Jung y no a otra persona con la que pudiera haber tenido
más cercanía que con su vecino, quien ni siquiera había visitado su biblioteca?
¿Por qué le propone una ruta que acabará en aquel libro y después ya se
extingue? “Objetivo cumplido”, parece decir el
visitante. Y, por último, ¿qué es el legado de los muertos?<o:p></o:p></span></div>
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<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> ¡Cuánta gente ha deseado una visita así
a lo largo de la historia! Una señal, un indicio, un algo, de que el ser
querido desaparecido seguía su camino, aunque fuera de alguna
incomprensible manera. Es como aquellos versos de Antonio Machado, referidos a
su joven esposa muerta, tras soñar vivísimamente en ella después de haberla
enterrado:<o:p></o:p></span></div>
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<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> <i>Vive, esperanza, ¡quién sabe<o:p></o:p></i></span></div>
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<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> lo que se traga la
tierra!<o:p></o:p></span></i></div>
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<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> </span></i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;">¿Había alguien más, en el entorno de
aquel hombre, que hubiera podido percibir su presencia si se le hubiera
presentado en su nueva naturaleza incorpórea? ¿Y que en caso de notar algo se
hubiera atrevido a seguirle? Es probable que no. Pero lo que es casi seguro es
que aquel hombre no podía ofrecer su legado a nadie como a Jung. ¿Quién mejor
que él para escribir sobre ello y acabar transmitiéndolo a mucha más gente?<o:p></o:p></span></div>
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<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> Porque el “legado de los muertos”, que
tan decididamente señaló el visitante mediante un libro de ese título, parece
ser aquello que él acababa de descubrir tras su muerte y que, inexplicablemente
para los vivos, estaba en condiciones de contar a un vecino muy especial.<o:p></o:p></span></div>
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<i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> </span></i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"><o:p></o:p></span></div>
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<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> <i><o:p></o:p></i></span></div>
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<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt;"> <o:p></o:p></span></div>
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<br /></div>UN ENTENDER NO ENTENDIENDOhttp://www.blogger.com/profile/02724945100264130290noreply@blogger.com